Avenida San Pablo.-a


Arco en la avenida San Pablo, construido por la visita de Juan Pablo II en 1987.

La Avenida San Pablo.

La Avenida San Pablo es la principal del sector norponiente de Santiago en Chile. Se extiende por las comunas de Santiago, Quinta Normal, Lo Prado y Pudahuel, siendo en estas dos últimas su avenida principal.

Historia

Esta es una de las calles a partir de las cuales el alarife Pedro de Gamboa trazó las dieciocho manzanas que conformaron Santiago de Nueva Extremadura en 1541. Durante la Colonia, existían dos caminos desde Santiago hacia el puerto de Valparaíso, siendo el primero de estos el llamado «Camino de Chile» y el otro el «Camino de las Carretas», este último construido durante el siglo XVII. El tránsito por cualquiera de estas dos vías era difícil y agotador, lo cual dejaba en claro la necesidad de la construcción de una nueva vía más moderna y directa para facilitar el tránsito entre ambas ciudades.

El Camino Real de la Costa fue la solución que proveyó el gobernador Ambrosio O'Higgins, trazándolo sobre el antiguo «Sendero de las Cuestas», el cual era utilizado por viajeros y arrieros de mulas o caballos, siendo la construcción del camino encargada al ingeniero José Hidalgo. Hacia el año 1792, la obra ya estaba casi completada y en proceso de empedramiento, estando el camino ya en funcionamiento hacia el año 1794, y habilitado para el tránsito de carruajes en el año 1797. Una vez completado el camino se erigió un monumento para homenajear la obra, instalándose una «pirámide» de ladrillos y cal ubicada en la encrucijada de San Pablo con la Cañada de Saravia o de Negrete, actual avenida Brasil. 
Posteriormente, la vía comenzó a ser conocida como «Camino de San Pablo», por el antiguo Colegio Jesuita de San Pablo, construido por la Compañía de Jesús en 1648, y convertido en el Colegio de Naturales tras la expulsión de los jesuitas en 1768.
Durante la Guerra de la Independencia de Chile, en el año 1817, el gobernador Casimiro Marcó del Pont utilizo el camino de San Pablo como vía de escape, mientras las fuerzas independentistas y realistas luchaban de forma encarnizada. El camino de San Pablo tuvo un rol importante durante el período emancipador y los primeros años de la República, al proveer de un pasaje seguro y menos riesgoso que los otros disponibles, en los cuales terminaban las carretas dañadas e incluso causaban la muerte a los animales que realizaban la travesía.
Para mediados del siglo XIX, un núcleo bastante importante de personas se había establecido en este camino, en las cercanías de la actual avenida Matucana y se le conocía como «la Villita» o el Llano de Portales. Posteriormente, la población de la ciudad siguió extendiéndose a lo largo de este eje estructural que pasa a ser la avenida. Con el auge del automóvil durante el siglo XX, se construyó la nueva salida de Santiago, por la actual Ruta 68, con lo cual San Pablo perdió su importancia. Sin embargo, por la extensión ya alcanzada, se convirtió en el eje de estructural de las comunas de Pudahuel y Lo Prado, nacidas a partir de la antigua comuna de Barrancas.
En 1975 la avenida retoma importancia con la inauguración de la estación homónima del Metro de Santiago, en el final de la Línea 1. A comienzos de 2010 se inauguró un nuevo tramo de la Línea 5 del metro, que une las comunas de Quinta Normal, Lo Prado, Pudahuel y Maipú. Gran parte de esta extensión pasa por debajo de la Avenida San Pablo, exactamente entre las estaciones Gruta de Lourdes y Pudahuel.

Trazado

La calle se desarrolla desde el Paseo 21 de Mayo, dos calles al norte de la Plaza de Armas, y continúa hacia el poniente hasta el cruce de la Avenida Américo Vespucio con la Ruta 68, a unos cinco minutos en automóvil del Aeropuerto de Santiago.

Puntos de interés

Mercado Central: antiguo punto de aprovisionamiento de los habitantes de la ciudad, actual punto gastronómico, en especial pescados y mariscos. El edificio además es Monumento Nacional.
En la esquina suroriente con la Autopista Central se ubica el Teatro Teletón.
Cruzando la Autopista Central, se entra al Barrio Brasil, zona de abundantes restaurantes que se originó a partir del Barrio Yungay.
En la esquina con Almirante Barroso, se emplaza actualmente la Pirámide del Camino de San Pablo, originalmente erigida en la intersección con la Avenida Brasil.
En la esquina con Matucana se ubica la panadería San Camilo, una de las más antiguas, si es que no es la más antigua de la ciudad, que funciona desde 1884, cuenta con un Salón de Té para poder degustar los dulces y postres que se preparan en el local.
En la comuna de Lo Prado, sobre la avenida, hay un arco metálico con una cruz, construido en 1987, honrando la visita al país del papa Juan Pablo II, quien transitó por esta avenida.2​
En la intersección con la avenida Teniente Luis Cruz Martínez, un par de cuadras hacia el norte, se instala la feria Persa Teniente Cruz, donde se puede encontrar ropa, abarrotes, antigüedades, entre otros productos.


Pirámide del Camino de San Pablo.

La Pirámide del Camino de San Pablo es un monumento construido en Santiago de Chile para conmemorar la construcción del Camino de San Pablo para facilitar el tránsito entre Santiago y Valparaíso. Se encuentra actualmente ubicado en la calle San Pablo con Almirante Barroso.

Historia

En Santiago de Chile durante el siglo XVIII existían dos caminos hacia Valparaíso, siendo el primero de estos el llamado Camino de Chile y el otro el Camino de las Carretas, el cual fue construido durante el siglo XVII. El tránsito por cualquiera de estas dos vías era difícil y agotador, lo cual dejaba en claro la necesidad de la construcción de una nueva vía más moderna y directa para facilitar el tránsito entre ambas ciudades. El Camino de San Pablo fue la solución que proveyó el gobierno del Marqués don Ambrosio O’Higgins, trazándolo sobre el antiguo Sendero de las Cuestas, el cual era utilizado por viajeros y arrieros de mulas o caballos, siendo la construcción del camino encargada al ingeniero José Hidalgo.
Con la construcción de diques para encauzar las aguas del Mapocho, se redujeron por mucho la coberturas de sus aguas, lo cual dejó al descubierto un sendero pedregoso en la orilla sobre la cual "nació una calle más estable y urbanizable".2​ En el año 1788 don Ambrosio O’Higgins asumiría la gobernación de Chile, durante la cual inició una serie de gestiones para poder reunir los fondos necesarios para la construcción de un nuevo dique, mientras que al mismo tiempo inició la edificación de una nueva ruta hacia Valparaíso a partir del año 1791, ruta que conectaba con la calle de San Pablo y en la construcción de esta participaron los ingenieros Pedro Rico, Joaquín Toesca y Agustín Cavallero. La construcción del camino tuvo al principio una oposición por parte de la ciudadanía debido al decreto del cobro de peajes para la financiación de la apertura y la manutención del camino.


monumento


Fue así como la calle de San Pablo cobró importancia para la ciudad de Santiago y ya hacia el año 1792, la obra ya estaba casi completada y en proceso de empedramiento, estando el camino ya en funcionamiento hacia el año 1794, estando habilitado para el tránsito de carruajes en el año 1797. Una vez completado el camino se erigió un monumento para homenajear la obra, instalándose una "pirámide" de ladrillos y cal ubicada en la "encrucijada de San Pablo con la Cañada de Saravia o de Negrete, actual avenida Brasil".​ Duró cerca de 70 años la carretera como principal ruta entre Santiago y Valparaíso, permaneciendo el monumento como un símbolo de tiempos remotos para despedir a los viajeros en sus viajes de ida y vuelta.
Durante la Guerra de la Independencia de Chile, en el año 1817, el gobernador Casimiro Marcó del Pont utilizo el camino de San Pablo como vía de escape, mientras las fuerzas independentistas y realistas luchaban de forma encarnizada. Así mismo el Director Supremo don Bernardo O'Higgins colocó sobre el obelisco un aviso público para el pueblo chileno y el clero que había empeñado sus joyas y otros objetos preciosos a favor de las arcas de la república. El camino de San Pablo tuvo un rol importante durante el período emancipador y los primeros años de la república al proveer de un pasaje seguro y menos riesgoso que los otros disponibles, en los cuales terminaban las carretas dañadas e incluso causaban la muerte a los animales que realizaban la travesía.
Placa alusiva al mensaje inaugural de la primera "pirámide".

Previa a la Guerra del Pacífico, la placa conmemorativa ya era escasamente visible, siendo esta recuperada más tarde por Benjamín Vicuña Mackenna al mejorar la inscripción y realizar manutención al monumento durante su tiempo en la intendencia de Santiago, aunque a pesar de esto el monumento no se encontraba en su mejor momento ya que la obra "se encontraba algo descuidada".
 Al irse urbanizando el sector en el cual se encontraba la pirámide, el cual corresponde a la actual Plaza Brasil, este comenzó a estorbar y a bloquear una parte de la calle, pasando las líneas del tranvía a solo "centímetros del mismo monumento colonial".
 Debido a lo anteriormente señalado y al paso del tiempo, el monumento fue incapaz de resistir a los cambios urbanos que se producían en la urbe y finalmente este término derrumbado y consecutivamente demolido. Posteriormente se estableció un nuevo monumento semejante al anterior, el cual conservaba la antigua placa recuperada por Vicuña Mackenna, en la intersección de las calles Brasil con Rosas, aunque este fue finalmente trasladado debido a la realización de recientes trabajos de remodelación.

Monumento actual, en San Pablo con Almirante Barroso​.

Finalmente el monumento fue trasladado hasta la plazoleta de San Pablo con Almirante Barroso, siendo este restaurado por la Municipalidad de Santiago y el Instituto de Conmemoración Histórica e inaugurado en el año 2002, con una copia de la placa original y un medallón de bronce, recordando este monolito la vieja ruta colonial construida por don Ambrosio O’Higgins.
Soledad  Garcia  Nannig; Maria Veronica Rossi Valenzuela; Francia Vera Valdes


LA DESAPARECIDA "PIRÁMIDE" DEL CAMINO DE SAN PABLO... Y OTRO MONUMENTO PARA EL CONSUELO.




"Pirámide" original de San Pablo con Brasil, en fotografía de Walton, 1915. Estaba ubicada más exactamente en Brasil justo donde conecta con San Pablo, con su placa de cara a esta última calle, junto a la esquina donde actualmente hay una gasolinera. 
El chapitel del fondo en la fotografía es el campanario de la Iglesia del Corpus Domini (calle Santo Domingo). 

Coordenadas: 33°26'5.22"S 70°39'53.60"W (obelisco original, destruido) / 33°26'10.39"S 70°39'53.81"W (segundo obelisco, ubicación antigua) / 33°26'4.32"S 70°39'47.12"W (segundo obelisco, ubicación actual) 


Hasta el siglo XVIII, los caminos de Santiago a Valparaíso eran dos: el original Camino de Chile o La Cañadilla de la actual avenida Independencia (por la que habían llegado incas y españoles), que iba a Tiltil, Caleu, Cuesta la Dormida y desde ahí hacia la costa; y un camino de carretas construido en el siglo XVII desde el Callejón de Padura (llamado después calle del Campo de Marte y hoy Almirante Latorre) hasta el sector de Chuchunco en el borde de Santiago, desde ahí a Melipilla y luego al puerto, siendo llamado Camino de las Carretas. Ambas rutas eran en extremo difíciles y agotadoras, además de hacer grandes desvíos, resultando clara la necesidad de construir una buena vía y más directa uniendo ambos destinos. 

El Camino de San Pablo fue la solución que procuró el gobierno del Marqués don Ambrosio O’Higgins, trazándolo sobre el anteriormente llamado Sendero de las Cuestas, viejo camino de viajeros y arrieros de mulas o caballos que partía en la calle de San Pablo, seguía por Pudahuel, Lo Aguirre, la Cuesta Lo Prado, Curacaví, Cuesta Zapata y finalmente la costa. El plan lo encargó al ingeniero José Hidalgo, partiendo desde un sector llamado Quebrada de las Zorras. San Pablo era una calle que partía a un costado del gran Basural de Santo Domingo, en el actual barrio de los mercados. Recibió su nombre por la presencia en ella de la Plaza, la Iglesia y el Colegio de San Pablo, hacia donde están ahora el edificio PDI y la ex Cárcel Pública.

 Nació primitiva y originalmente como un cascajal del río en el que eran amarrados animales, siempre y cuando el ancho del caudal del día lo permitiera. Con la construcción los tajamares, el Mapocho redujo mucho la cobertura de sus aguas y el volumen de su cauce, y así dejó al descubierto el sendero pedregoso y rústico en la orilla, sobre el cual nació la calle más establemente y urbanizable.

 En esta calle se estableció el que era, en principio, un pequeño templito, con una nave y un altar junto a la futura Plaza de San Pablo, que más tarde sería la iglesia principal y el Colegio, situados en donde se estableció después el Cuartel de Dragones. En el tramo del tajamar junto al río Mapocho se construyó también la Alameda de San Pablo, antiguo paseo del Santiago colonial y junto al cual los sacerdotes habían instalado molinos. El Colegio de San Pablo dejó de pertenecer a los religiosos tras la expulsión de los jesuitas en 1767, siendo convertido en un presidio y más tarde en el cuartel militar. A todo esto, don Ambrosio O'Higgins (o Higgins, como solía firmar hasta sus últimos años en Chile) asumiría el mando de la gobernación chilena en 1788, después de expirar el año anterior su tocayo Benavides. 

Tomando rápidas providencias ante las amenazas contra la colonia del Valle del Mapocho, en septiembre de ese año el personaje inició una serie de gestiones para poder reunir los 150 mil pesos necesarios para el proyecto de construcción del nuevo tajamar pendiente, a partir de modificaciones al sistema de impuestos para yerbas, azúcar y el derecho de balanza, además de cobrar 121 mil pesos vacantes del tesoro del Rey originalmente orientados a la Casa de las Recogidas, curiosa institución dedicada a albergar y a rectificar mujeres que se consideraba de vida reprochable o libertina. Monumento actual, en San Pablo con Almirante Barroso. 
Casi en el mismo tiempo en que reconstruía los tajamares del Mapocho, don Ambrosio inició la construcción de la necesaria ruta a Valparaíso a partir de 1791, carretera que conectaba con calle San Pablo. En ella participaron sucesivamente como ingenieros Pedro Rico, Joaquín Toesca y Agustín Cavallero. El proyecto tuvo grandes oposiciones de los propietarios de fundos que quedaban en el camino, además de la ciudadanía en general al decretarse el cobro de un peaje en la entrada de Valparaíso (primer peaje de la historia de Chile) de cuatro reales por cada carreta y medio real por mula (la mitad si iban sin carga), para financiar la apertura y mantención del camino. La calle de San Pablo cobró, así, importancia vital para la ciudad con la construcción del camino. 

Hacia fines de 1792, la obra ya estaba avanzada por Rico y el Cabildo iba a ordenar también el empedrado del camino en su último tramo donde tocaba la ciudad a través de San Pablo, precisamente. Se encontraba muy operativo ya en 1794, de acuerdo al trayecto que hace el viajero inglés George Vancouver; y para 1797, se hallaba totalmente habilitado al tránsito de carruajes. Solía ser llamado también Camino de las Siete Hermanas, Camino Real Santiago-Valparaíso y Camino del Caracol, y sus obras finales se extendieron hasta 1802. Terminado el camino, un monumento conmemorativo iba a homenajear la enorme obra: en un sector del borde de la ciudad de Santiago en donde hubo pobres rancheríos coloniales llamado El Guangalí, la autoridad del Cabildo instaló un obelisco o "pirámide" de ladrillos y cal ubicado por la encrucijada de San Pablo con la Cañada de Saravia o de Negrete, actual avenida Brasil, y en cuya inscripción central se leía celebrando su presencia al servicio del reino:

 "EL EXCELENTISIMO SEÑOR D. AMBROSIO O'HIGGINS BARON DE VALLENARY MANDO HACER ESTE CAMINO AÑO DE 1795" 

Cerca de 60 o 70 años duró esta carretera como principal enlace entre Santiago y Valparaíso hasta el mejoramiento de las actuales rutas, permaneciendo la "pirámide" erigida como símbolo añejo de despedida para el viajero que salía hacia el puerto o bien como saludo y alivio para aquel que venía llegando por el mismo camino. Vista general de la plaza de San Pablo y Barroso, desde la esquina opuesta. Vista desde la plaza hacia la esquina opuesta, con el monumento de espalda. Por este camino escapó hacia el poniente el Gobernador Casimiro Marcó del Pont en 1817, cuando casi quedaban echados en Chacabuco los destinos de la lucha entre independentistas y realistas. El electo Director Supremo don Bernardo O'Higgins, por singular paradoja, escogió el obelisco de San Pablo erigido por su padre para colocar en él un aviso público para los representantes del clero, los particulares y el propio pueblo chileno que habían empeñado sus objetos, joyas y alhajas de plata a favor de las arcas fiscales de la floreciente República:
 "El 5 de marzo de 1818 se despojó solemnemente el pueblo de Santiago de todas sus alhajas y útiles de plata, protestando no adquirir otros mientras la Patria se hallare en peligro".
 El Camino Real de San Pablo tuvo gran protagonismo durante este proceso emancipador y los primeros años del ordenamiento republicano. A la larga, su peaje era un seguro de paso por un buen camino, mucho menos riesgoso y oneroso que los otros disponibles y en donde se terminaban dañando las carretas y muriendo algunos de los animales durante cada travesía, argumento que esgrimió el propio Ambrosio O'Higgins en su momento para justificar el pago de tránsito. 
Además, su vástago don Bernardo fundaría el Mercado de Abasto justo en la desembocadura de la calle San Pablo, en donde estaba el mencionado basural y donde ahora se ve el Mercado Central de Santiago, facilitando con ello el comercio de productos agrícolas y ganaderos llegados a Santiago. San Pablo fue, también, un camino donde se fueron estableciendo rústicas rancherías, fondas y ramadas, toldos para atender viajeros en las afueras. Del mismo modo, fue escenario frecuente de grescas y asaltos, como recuerda Sady Zañartu en "Santiago calles viejas":

 "...la vía de San Pablo acentuó su carácter villano, por las grescas que continuamente se armaban con el transito de los viajeros, entre los que nunca faltaban capataces borrachos e indisciplinados marineros. Numerosas bodegas levantaban sus aleros a la vera del camino, mostrando los portones como boquetes de enormes pipas, que convidaban con el tufillo a un taco 'entre pecho y espalda'. Además, el trajinero se encontraba como en el último patio de su casa, pues el derecho de hacer lo que a cada uno le daba la gana parecía haber resuelto el problema social de la propiedad, según era la confianza que cada cual tomaba lo que pertenecía a otro. Una dueña nunca estaba segura de las flores que aromaban su balconete, y menos de los secretos de los tarambanas. Para andar por allí había que criar garbo, perorar con palabras recias, mirar a la 'gallada' de soslayo y escupir por el colmillo, a trueque de que saliese encumbrado por la baranda, entre los gritos de los chiquillos el cantar chinganas". 

Desde tiempos previos a la Guerra del Pacífico, la placa con la señalada inscripción ya era apenas legible, pues dice don Benjamín Vicuña Mackenna en su "Historia crítica y social de la ciudad de Santiago" que, para 1868, lo único que podía distinguirse de ella era:

 "...de Vallenary, mandó hacer este camino, año de 1795".

 El mismo intelectual haría mejorar la inscripción y recuperarla durante su período en la Intendencia de Santiago (1872-1875), al igual que la placa de los Tajamares de la "pirámide" del Mapocho y la piedra inaugural del Puente de Cal y Canto. Empero, el estado del monumento ya no era el mejor, pues dice Ramón Briceño que la obra "hoy se conserva algo descuidada", en su "Repertorio de antigüedades chilenas" de 1889. Por su ubicación respondiendo al antiguo y ancho trazado del Camino de San Pablo, al irse urbanizando el sector que corresponde actualmente a Plaza Brasil y su entorno, el monumento quedó en la calzada, bloqueando una parte de la calle como se observa en fotografías del "Álbum de Santiago" de Jorge Walton, de 1915. Las líneas del tranvía debían pasar a sólo centímetros del mismo monumento colonial. Plaza alusiva al mensaje inaugural de la primera "pirámide".

 Punto de referencia para mensuras y delimitaciones de la ciudad, el monolito fue incapaz de resistir más al tiempo ni al acoso del progreso y de los terremotos, acabando demolido y retirado. Poco después, en un lugar cercano pero que no correspondía al preciso donde estuvo el anterior, se erigió un monolito vagamente parecido y que conmemoraba el recuerdo de la construcción del Camino de San Pablo por O'Higgins, al parecer con la antigua placa original de inauguración que había recuperado Vicuña Macenna. Esto ha generado errores y confusiones, al creer que dicho monolito correspondía al original de don Ambrosio. 

El nuevo monumento estaba, más precisamente, en la intersección de las calles Brasil con Rosas, en un área despejada donde se habilitó después la pequeña Plazoleta Irlanda, suponemos que así llamada por referencia a la nacionalidad del Gobernador O'Higgins. Es allí donde lo ve, ya en 1945, la autora Graciela Illanes Adaro, según comenta en su "Santiago legendario y artístico". 

No era el mismo primer monolito hecho por don Ambrosio, entonces, a diferencia de lo que sugieren algunas fuentes dispersas por internet e incluso escritores como René León Echaíz, pero en él se perpetuaba la señalada inscripción inaugural que, con el tiempo, también desapareció de allí. El monumento del obelisco trunco, por entonces motado sobre doble grada (dos escalones), fue desarmado y sacado desde allí durante unos trabajos de remodelación de épocas más recientes, y acabó trasladado hasta la plazoleta de San Pablo con Almirante Barroso, montado sobre una tercera y mayor grada que sirve de base. 

Había sido restaurado por la Municipalidad de Santiago y el Instituto de Conmemoración Histórica hacía muy poco siendo reinaugurada en 2002, ocasión en la que, bajo la copia de la placa inaugural y de un medallón de bronce con el perfil de Ambrosio O'Higgins con firma de un artista Echeverría, se había instalado un mármol con la siguiente leyenda:

 "INSTITUTO DE CONMEMORACIÓN HISTÓRICA DE CHILE AMBROSIO O'HIGGINS BARÓN DE BALLENARY Y MARQUÉS DE OSORNO 1720-1801 GOBERNADOR, PRESIDENTE Y CAPITÁN GENERAL DEL REINO DE CHILE 1787-1795 VIRREY DEL PERÚ 1798-1801 DURANTE SU GOBIERNO SE CONSTRUYÓ EL CAMINO REAL DE SANTIAGO A VALPARAÍSO QUE SALÍA DE ESTE SITIO. PADRE DE NUESTRO LIBERTADOR BERNARDO O'HIGGINS. I. MUNICIPALIDAD DE SANTIAGO COMUNIDAD IRLANDESA DE CHILE 2002"


 Hubo cierto desagrado entre los residentes de estos barrios por el traslado del monumento, aunque en interpretaciones más rigurosas es indiscutible que su actual ubicación, en calle San Pablo y a una cuadra de Brasil, es históricamente más apropiada que la anterior de Rosas, pues queda más cercana a la que tuvo el monumento original de don Ambrosio en esta misma calle. Su placa con el mensaje inaugural de 1795, sin embargo, no es la original, no quedando nada ya del primer monumento en éste, entonces. 
El monolito no es lo único que queda recordando la ruta colonial que hiciera construir don Ambrosio en la Colonia Tardía: una fracción del viejo camino a Valparaíso sobrevive junto a la actual Ruta 68, a espaldas del Cementerio Parque Canaán, con el nombre que tuvo en tiempos coloniales y como vestigio o retazo histórico de aquella época: San Pablo Antiguo. Básicamente, además, la Ruta 68 mantiene la línea general del viejo camino desde que entró en plenas funciones hacia los años treinta, siendo terminada a fines de la década del setenta. Medallón de bronce y placa del 2002 instalada en el monolito.




Personajes famosos vivieron en la avenida.

Nombre: Arcadia Patricia Flores Pérez
Lugar y fecha de nacimiento: Antofagasta, 26 de enero de 1954
Especialidad: Estudiante de periodismo de la Universidad de Chile
Lugar y fecha de muerte: Quinta Normal, 16 de agosto de 1981
Actividades: Dirigente estudiantil en Antofagasta, fundadora de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, militante del MIR y editora del periódico El Miliciano. Participó en acciones de propaganda armada.

Situación judicial: Causa radicada en la Fiscalía Militar, Rol 65781, con sobreseimiento temporal desde el 29/3/1983.

Arcadia Patricia Flores Pérez soñó de niña con ser periodista, pero el destino la convirtió en protagonista de acciones armadas de propaganda contra la dictadura. En su corta vida sólo ejerció el periodismo de combate. Murió acribillada a los 27 años en su casa de Santa Petronila 644, Quinta Normal.
Los restos de Arcadia reposan en el cementerio de Antofagasta junto a sus padres, Fidel y Julia, quienes la sobrevivieron poco tiempo.
La vida de sus padres se apagó lentamente cuando abandonaron la esperanza de recuperar los restos de Julio, su hijo desaparecido el 10 de enero de 1975.
Morena, pelo liso y expresivos ojos oscuros, «La Negra» Arcadia era dulce, alegre. También, valiente y serena. Su llamado a luchar contra la dictadura irrumpió en miles de hogares, a través de radio Portales, al comenzar los '80. Editó el periódico El Miliciano, tarea que significaba reportear, escribir, diagramar, calar estenciles, imprimir en mimeógrafo, compaginar, corchetear y distribuir; todo clandestinamente.
Escribía poemas y dicen que muy buenos. No es posible citarlos porque su cuaderno de poesía sigue siendo trofeo de guerra de algún funcionario de Investigaciones. Así se lo exhibieron a su pareja, Guillermo Rodríguez, detenido el mismo día del asesinato de su compañera.
La familia de Arcadia Flores fue golpeada por la represión y la violencia. La figura de la joven se convirtió en ejemplo para los grupos combatientes que contribuyó a organizar. Y su nombre se multiplicó en las acciones de propaganda de los 'Comandos Arcadia Flores» que --como ella-- lucharon por derrocar la dictadura.

El comienzo de todo

Fidel Flores y Julia Pérez, los padres, se vinieron de Antofagasta en la década del '50 para formar en Santiago una típica familia de clase media. Por definición, ambos eran apolíticos. Arcadia nació en 1954, para completar «7a pareja» con Julio, su hermano mayor. La niña estudió en las monjas de María Auxiliadora, donde se destacó en obras sociales y trabajos voluntarios.
Una extensa familia los acogía en Antofagasta. Arcadia ingresó a pedagogía en inglés en la Universidad del Norte en 1973, pero luego se trasladó a periodismo de la Universidad de Chile. Se vinculó al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) al que ya pertenecía su hermano Julio. El golpe la encuentra en Antofagasta, donde asumió la tarea de ocultar a sus compañeros más buscados, mientras intentaban salir de la zona.

Represión a la familia

Los padres la reclamaron en Santiago, donde la vida familiar no mostró alteraciones... hasta el 10 de enero de 1975. Ante unos padres atónitos, la casa fue copada por agentes de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA) encabezados por Osvaldo Romo. Buscaban a Julio, pero mientras lo esperaban mantuvieron a la familia como rehén. Arcadia, con sus 20 años, quedó marcada para siempre por la rabia y la impotencia desde que se llevaran a su hermano.

Detenidos desaparecidos

En la búsqueda de Julio, conoció a Cecilia Radrigán, que también buscaba a su hermano desaparecido y, más tarde, fue presa política durante una década.
Cecilia Radrigán: 
«En muchas familias de detenidos desaparecidos, la actividad política de los hijos era una sorpresa para los padres: no entendían qué pasaba y estaban muy nerviosos. Arcadia, en cambio, se mostraba serena y tranquila. Era una persona especial, muy expresiva. Conversamos mucho y como las dos vivíamos en la zona sur de la ciudad, nos fuimos Juntas en la micro y de allí para. adelante no nos separamos más».
Cecilia y Arcadia organizaron en marzo de 1975 la Agrupación de Detenidos Desaparecidos. "Arcadia hacía todo muy alegre, con un gran sentido del humor y muchas condiciones artísticas», relató. En julio de 1975 apareció en El Mercurio la lista de 119 detenidos desaparecidos "muertos " en Argentina, entre ellos, Julio Flores Pérez y Anselmo Radrigán.

"Estaba claro que nuestros hermanos habían sido asesinados; dijo Cecilia. «Sin decirnos palabras, nos abrazamos y lloramos. Después hablamos de impulsar el camino armado para derrocar a la dictadura. Pero antes había que ayudar a los demás familiares de la Agrupación y denunciar lo ocurrido. Llegábamos muy temprano a la sede y estábamos hasta tarde en la noche. No teníamos plata y muchas veces viajábamos en la pisadera de las micros atestadas, bajándonos cuando se iban desocupando para tomar otra llena, sin tener que pagar:

Combatiente antidictadura

En 1976 las dos amigas se integraron a la estructura militar del MIR, donde impulsaron acciones que denominaron de "propaganda armada». Arcadia le inventó a sus padres que trabajaba dictando clases en el sur. Alimentaba la historia con postales y cartas, para no preocuparlos. Arcadia y Cecilia constituyeron uno de los primeros grupos de combate.
 •En esa época hicimos un pacto: si una de las dos moría antes, la otra se ocuparía de explicarles a los hijos por qué habíamos optado por la revolución», recuerda Cecilia

.
«Su gran deseo era ser madre y cuando nació mi hijo, en agosto de 1979, se convirtió en su madrina y segunda mamá. De hecho, ella le eligió como nombre el seudónimo político de su hermano desaparecido, Víctor».

Arcadia trabajó en campañas de propaganda para romper la censura y llamar a la lucha. Colocó "bombas panfleteras "en lugares públicos. Vivió sola, arrendando piezas en diversos barrios, hasta que en diciembre de 1979, retomó clandestinamente Guillermo Rodríguez, quien sería su pareja. Su contacto en Chile fue «La Negra».
Guillermo Rodríguez:

"Era super serena, tranquila; vivía la clandestinidad con alegría, casi como un juego. Ella me enseñó a moverme, a, soltarme, a relajarme. Al principio yo me ponía tan tenso en la calle, que le apretaba la mano hasta dejársela morada... Así como era juguetona, al mismo tiempo era extremadamente rigurosa para trabajar. Era un cronómetro, Jamás llegaba atrasada a un encuentro. No tenía gran formación teórica, pero estaba profundamente convencida del proyecto político del MIR y era absolutamente consecuente con eso*.

Amor y lucha

Juntos arrendaron una "pieza amoblada con vista a la calle» en Santa Petronila. Arcadia era "profesora" y Guillermo, "dibujante técnico".

La pareja, que salía todos los días a sus «trabajos», compartía con los vecinos, entre ellos un carabinero que arrendaba otra pieza. Participaron en "acciones financieras» contra bancos y Arcadia se reveló como una gran combatiente.
Guillermo Rodríguez:

 "En momentos en que la disyuntiva era salvarse uno o rescatar a un compañero, Arcadia imponía la solidaridad: se devolvía para cubrir a tiros el rescate del herido. Exigía la primera línea de fuego y formó un grupo de mujeres que realizó operaciones sin hombres, entre ellas el ataque a la escuela sindical de la dictadura, para denunciar el asesinato de Tucapel Jiménez, el dirigente de la ANEF".
Arcadia redactó y grabó personalmente el mensaje transmitido por el grupo de propaganda que ocupó radio Portales. Redactó también los comunicados de las acciones armadas y se las arregló para distribuirlos a los diarios y agencias informativas.

Su último día

El 16 de agosto de 1981, la pareja salió de Santa Petronila a las seis de la mañana. Guillermo fue detenido en Puente Alto, estuvo incomunicado durante tres meses y fue sometido a un consejo de guerra. Sobrevivió a un envenenamiento y salió de la cárcel en 1991.
Cecilia Radrigán:
«Esa mañana, Arcadia hizo temprano unos contactos para pasar unas armas y luego, vino a mí casa. Hablamos harto, le ayudé a lavarse el pelo y se fue como a, las diez y medía. Quería ir a la feria, comprar verduras para la semana y preparar almuerzo porque se juntaría con Guillermo en casa. Quedamos de vernos a las siete de la tarde. Nunca más volví a verla. La esperé, fui al lugar convenido para cuando nos perdíamos; no apareció. Me enteré de lo ocurrido por el noticiero de televisión. Mostraron su carnet de identidad y dijeron que murió en un enfrentamiento: Cecilia Radrigán fue detenida dos meses después.
Los vecinos de Santa Petronila recuerdan que el sector fue rodeado antes del mediodía. A la casa ingresó un grupo de hombres armados, sintieron un tiroteo y vieron sacar el cadáver de la «Joven profesora, morena buenamoza: 
Según la versión policial, Arcadia Flores Pérez, 27 años, resistió el arresto con un revólver Smith & Wesson 38.
Por expreso deseo de sus padres, sus restos fueron sepultados en Antofagasta. 

Murió acribillada a los 27 años en su casa de Santa Petronila 644, Quinta Normal


recuerdo



IVAN PALACIOS GUARDA
ERICK RODRIGUEZ HINOJOSA

El 18 de abril de 1989 murió Iván PALACIOS GUARDA, de 19 años, y fue herido Erick RODRIGUEZ HINOJOSA, de 20 años, en un enfrentamiento con efectivos de seguridad, de la CNI.
Según versión oficial, a las 21:10 horas en en las inmediaciones de Radal con San Pablo, se produce un corte de luz y en un enfrentamiento entre efectivos de la CNI y civiles, caen abatidos Iván Palacios quien fallece al instante y Erick Rodríguez quien quedó herido y murió más tarde.




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