Uniforme de Bibliotecario de la Real Biblioteca Pública.-a
Soledad Garcia Nannig; Maria Veronica Rossi Valenzuela; Francia Vera Valdes
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uniforme |
Quienes se pasen, podrán conocer, por ejemplo, que hasta que la Biblioteca Nacional abrió sus puertas como Real Biblioteca Pública, el año 1836, los bibliotecarios eran considerados criados de la Real Casa, lo que les obligaba a llevar un uniforme que los identificara y definiera su jerarquía dentro del oficio.
Un Real Decreto firmado el 8 de diciembre de 1830 por Fernando VII regula cómo debe ser el atuendo. Incluso distingue entre uniforme de gala y de diario.
Como se aclara en uno de los documentos, la necesidad de usar un uniforme era más bien una cuestión de tipo práctico:
“Me parece que pueda ser útil el uso de uniforme para la decencia de la misma Real Biblioteca y evitar que los concurrentes falten, como sucede algunas veces, a la atención y urbanidad debida a los Bibliotecarios y Oficiales; y que estos con la diversidad de modas en el vestir usen para ir a la Biblioteca de trages menos correspondientes, lo que no se podrá evitar no teniendo un uniforme propio con que se les obligue a concurrir, y cuyo destino conducirá también para que la guardia que se muda diariamente los conozca, y no los impida la entrada, como sucede algunas veces, quando llegan a la Biblioteca antes de que se abra al Público…”.
Había toda una serie de elementos distintivos, como la aplicación de galones, bordados de oro y plata, y los diferentes colores utilizados, que servían para determinar la jerarquización de funciones. Así, el uniforme de gala estaba elaborado en seda y paño, con casaca bordada, chupa y calzón y su coste ascendía a 3.751 reales y 17 maravedíes.
un lindo uniforme
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