Almanaque de Gotha.-a
(en alemán: Gothaischer Hofkalender, en francés: Almanach de Gotha) era una publicación anual de Europa, que compendiaba con todo detalle datos de las casas reales, la alta nobleza y la aristocracia europeas, así como datos del mundo diplomático. Fue publicado por vez primera en el año 1763 por el editor alemán Justus Perthes, en la corte de Federico III, duque de Sajonia, y destacó desde sus inicios por su afán de listar minuciosamente datos de las dinastías reinantes, familias principescas, y de alta aristocracia, las cuales en dicha época sumaban varias docenas de individuos. El Almanaque se abstuvo de listar a la baja nobleza, dejando dicha tarea a las autoridades de cada país. Publicación del Gotha, 1763–1944 Desde 1763 hasta 1944 se publicó sin interrupciones, alcanzando gran prestigio en la aristocracia europea como un verdadero directorio de la alta nobleza, permitiendo conocer con exactitud las identidades y parentesco de la misma; de hecho, para numerosas familias con título nobiliario, aparecer en el Almanaque de Gotha constituía una confirmación de su condición aristocrática, en tanto que otras familias nobles pugnaban para que sus nombres fueran incluidos debido al prestigio que ello aparejaba. En un principio, sus ediciones eran bilingües, en francés y alemán. Recibió su nombre de la ciudad alemana de Gotha, en Turingia, en la que se publicaba. En el siglo XIX, el Almanaque de Gotha sirvió como guía para los matrimonios concertados dentro de la nobleza europea, donde aristócratas de diverso linaje buscaban individuos de similar origen para emparentar a su descendencia. Secciones. La «primera sección» abarcaba a todas las casas reales o principescas reinantes en Europa, la «segunda sección» a las familias reales o principescas que no tenían reinado efectivo, y la «tercera sección» conmprendía diversas ramas aristocráticas derivadas del Sacro Imperio Romano Germánico y la alta nobleza del resto de Europa. Tal división creaba la sensación de una efectiva diferencia de rango entre los nobles listados en cada sección. No obstante, desde 1876 la sección segunda comenzó a incluir familias de origen alemán derivadas de la aristocracia del Sacro Imperio en calidad de condes, duques, o electores, que habían sido mediatizadas, alegando que pertenecían a dinastías de príncipes del Sacro Imperio. Estas familias fueron agregadas a la "segunda sección" equiparándose con familias reales o principescas que carecían de trono propio, dejando en la "tercera sección" a familias de alta nobleza de origen británico, español, portugués, italiano, o escandinavo, o de Europa Oriental. Una crítica a este ordenamiento fue que la aristocracia alemana del Sacro Imperio era igualada con familias de ex-monarcas o príncipes, pese a no tener tal rango originalmente, colocándolas informamente en un rango superior a antiguas familias aristocráticas de Europa como los Alba, Chigi, Radziwiłł, o Norfolk. Al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, la ciudad de Gotha fue tomada por el Ejército Rojo y desde entonces el Almanaque dejó de publicarse, en tanto que sus archivos fueron destruidos completamente por las tropas soviéticas. Publicación de Londres, desde 1998. A finales del siglo XX, el Almanaque vuelve a reeditarse en Londres. Con el paso del tiempo, las ediciones del Almanaque adquirieron gran importancia para los historiadores, pues permiten conocer con exactitud a los miembros de todas las casas reales europeas y aristócratas, particularmente después de la Primera Guerra Mundial, tras la extinción de las monarquías de los Habsburgo, los Hohenzollern y los Romanov; también permitió desestimar reclamos de impostores que reclamaban origen aristocrático. A lo largo de su historia la publicación, que partió con tan sólo 20 páginas, ha llegado a tener 1225, repartidas en dos tomos. El Almanaque fue el libro de referencia más prestigioso para publicar datos de las realezas o para conocer informaciones muy detalladas sobre distintos países. Fundador. Johan Georg Justus Perthes (Rudolstadt, Turingia, 11 de septiembre de 1749 - Gotha, Turingia, 2 de mayo de 1816) fue un editor alemán, fundador de la empresa editora que lleva su nombre (Justus Perthes), famosa por sus publicaciones geográficas y genealógicas. Justus Perthes nació en Rudolstadt, importante centro cultural de Turingia. En 1785 fundó la empresa editorial 'Justus Perthes Geographische Anstalt Gotha' en la ciudad de Gotha. En 1785 la empresa editó el primer Almanaque de Gotha, una compilación anual que listaba las casas reinantes europeas, así como las diferentes ramas de la alta nobleza, publicada en alemán y en francés. En 1814, su hijo Wilhelm Perthes (1793-1853), quien había trabajado en el establecimiento del sobrino de Justus, Friedrich Christoph Perthes, en Hamburgo, se unió a la empresa, de la cual se hizo cargo a la muerte de Justus. Fue Wilhelm quien puso las bases de la rama geográfica de la empresa, por la cual es famosa, al publicar (entre 1817-1823 ) el Atlas de mano de Adolf Stieler. Perthes publicó obras de los más eminentes geógrafos alemanes de la época. Además del mencionado Stieler, editó a Heinrich Berghaus (1797-1884), Christian Gottlieb Reichard (1758-1837), asociado a Stieler en la compilación del atlas, Karl Spruner (1803-1892) y Emil von Sydow (1812-1873). Tras la muertre de Wilhelm, la empresa pasó a su hijo Bernhardt Wilhelm Perthes (1821-1857), quien se asoció con August Petermann (1822-1878, bajo cuya dirección se fundó el conocido periódico Petermanns Geographische Mitteilungen) y Bruno Hassenstein (1839-1902). Posteriormente, la empresa continuó bajo la dirección de Bernhard Perthes (1858-1919), hijo de Bernhardt Wilhelm y bisnieto de Justus. Federico III de Sajonia-Gotha-Altemburgo (Gotha, 14 de abril de 1699 - Gotha, 10 de marzo de 1772) fue un duque de Sajonia-Gotha-Altemburgo. Era el mayor de los hijos del duque de Federico II de Sajonia-Gotha-Altemburgo y de Magdalena Augusta de Anhalt-Zerbst. Después de la muerte de su padre en 1732, Federico III asumió el ducado de Sajonia-Gotha-Altemburgo. En 1734 comenzó un floreciente comercio de soldados con el Emperador, el Príncipe de Waldeck y con el Rey de Prusia, que lo puso en posición de crear un impuesto en su propio ducado. El ducado tuvo que sufrir por Federico con serias dificultades en la Guerra de los Siete Años y también forzó al ducado a entrar en guerra con su vecino, el duque Antonio Ulrico de Sajonia-Meiningen (la "Guerra Wasunger"). |
(Un artículo de Amadeo Martín Rey y Cabieses en la revista Época del 28 de noviembre de 2010) Dicen que el príncipe Metternich afirmó: "Para mí la condición humana comienza en los barones". Parece que este curioso punto de vista era compartido por Justus Perthes, editor del prestigioso Almanaque de Gotha, libro imprescindible en cortes, cancillerías y embajadas, en las bibliotecas de grandes familias y en las de historiadores y genealogistas. La palabra gotha, capital del antiguo ducado de Sajonia-Coburgo-Gotha, se ha incorporado al acerbo semántico para aludir al conjunto de la realeza. Si hay un libro que -casi tanto como la Biblia- han consultado los príncipes ha sido el Almanaque de Gotha. La duquesa de Segovia lo utilizó para proponer a su hijo el duque de Anjou y de Cádiz, Alfonso de Borbón, una novia adecuada, católica y de familia real: la archiduquesa Constanza de Austria, acertada elección truncada con la trágica muerte del duque. El Gotha ayuda a ejercer de perfecto cortesano. Una de las chismosas más ilustres de las cortes europeas, la princesa Catherine Radziwill, describía a éstos como gente agradable que desde su infancia han sido enseñados a sonreír, aunque estén aburridos, y a recordar caras y nombres. El Gotha llevaba a los hogares aristocráticos y burgueses algo de ese encanto regio derivado de un prestigio principesco aún inmenso. Aparecer en el Gotha suponía una verdadera consagración. En Cannes vivía una vieja dama que, cuando recibía su nueva edición del Gotha, hacía cambiar las tapas rojas y encuadernaba con sus propias armas la parte genealógica del libro, única que se molestaba en leer. Sin embargo, la sección diplomática y estadística era utilísima. El príncipe Bernhard von Bülow cuenta en sus memorias que durante las negociaciones del armisticio de 1871 el conde Guido Henckel von Donnersmarck, amante -y luego esposo- de la marquesa de Païva, fue llamado a Versalles para aconsejar sobre la indemnización de guerra que debía pedirse a Francia. Oponiéndose a Bleichröder, que decía que podría pagar como máximo mil millones de francos, Henckel mantuvo que podría dar cinco mil millones y justificó su opinión en un memorando redactado en una noche, usando estadísticas del Almanaque de Gotha: fina venganza contra el país cuyo segundo imperio censuró sus devaneos amorosos. La primera edición del Gotha, de 1763, realizada por Carl W. Ettinger en la corte de Federico III, duque de Sajonia-Gotha-Altenburg, fue patrocinada por la duquesa, nacida princesa Luisa Dorotea de Sajonia-Meiningen, admiradora de Voltaire, que mantuvo una fastuosa corte à la grande mode française. Eran libros que, además de datos estadísticos y diplomáticos, aportaban información, con fama de infalible, acerca de las familias reales y principescas de toda Europa. Empezó con 20 páginas y llegó a tener 1.225. Desde su fundación y hasta 1944 se editó anualmente en la ciudad de Gotha, en esa corte donde las precedencias y el ceremonial eran obsesión. James Boswell la visitó en 1764 y se sorprendió de la sencillez del duque reinante, que hablaba de su hermana la princesa de Gales como lo habría hecho cualquier noble escocés. Eso sí, su biblioteca era soberbia: eran amantes de la literatura y las ciencias, hablaban en francés y por eso en 1763 Wilhelm de Rothberg imprimió en ese idioma el primer almanaque. El año siguiente Klüpfel, antiguo tutor de la casa ducal, introdujo la genealogía de las casas reinantes y una tabla cronológica de los emperadores del sacro imperio. Al principio se publicaba en francés y alemán. A inicios del siglo XIX se incluyeron los nombres de embajadores y ministros plenipotenciarios. A partir de 1768 se adornó con grabados alegóricos o mitológicos, luego reemplazados por otras composiciones diseñadas por el polaco Daniel Chodowiecki, conocido como el delicioso Chodowiecki, pintor de la vida íntima de la Alemania del siglo XVIII. En la primera parte de ese libro se incluían las casas soberanas de Europa con las ramas con derechos sucesorios, así como las casas soberanas desposeídas de sus estados a raíz del Tratado de Viena. La segunda parte estaba dedicada a la genealogía de los señores mediatizados de Alemania: casas principescas cuyos jefes tenían el tratamiento de alteza serenísima y casas condales cuyos jefes tenían el de alteza ilustrísima. Eran familias que, aunque no poseían vasto poder, eran consideradas de igual rango para casar con las familias soberanas, constituyendo un vivero de princesas para las casas imperiales y reales. Si una condesa de la segunda parte se casaba con un príncipe de la primera, su alianza era considerada igual y sus hijos se consideraban aptos para la sucesión, es decir eran considerados dinastas. El almanaque de Gotha: la guía de la realeza. Casar o no con alguien de determinada parte del Gotha puede acarrear disgustos. En Alemania se siguen tomando esto en serio. Así, el príncipe heredero Gustavo de Sayn-Wittgenstein-Berleburg, hijo de la princesa Benedicta de Dinamarca -hermana de Margarita II- sabe que si no contrae matrimonio según las reglas de su casa, no recibirá lo dispuesto en el testamento de su abuelo y tocayo. El príncipe Karl Emich de Leiningen no sucedió a su padre, jefe de la casa de Leiningen, por su segundo y desigual matrimonio en 1991 con Gabriele Thyssen, pasando la sucesión a su hermano Andreas. Sin embargo, los príncipes Leopoldo y Adalberto de Baviera, que habían pasado a la parte III por sus matrimonios morganáticos, fueron recientemente transferidos a la I por no haber sucesión directa del jefe de la casa. Ya en época del emperador Francisco José de Austria, éste prohibió a su heredero Carlos casar con muy cierta princesa de Hohenlohe, de la segunda parte del Gotha. Acabó casando con la princesa Zita de Borbón- Parma. Revoluciones y guerras dieron al traste con los tronos de muchos soberanos que figuraban en el libro, pero para el Gotha siguieron estando donde les correspondía por nacimiento. A finales de la II Guerra Mundial los soviéticos ocuparon Gotha y destruyeron las prensas de la editorial y la mayoría de sus archivos. El odio contra la realeza, y nobleza, ampliamente tratados en el almanaque, impulsaron a cometer ese atropello. Heredero del Gotha fue el Genealogisches Handbuch des Adels, desde 1951. Aparece anualmente en varios volúmenes y colores según sean casas reales y principescas, condes, barones o nobles no titulados. Los derechos de publicación del almanaque fueron comprados a Justus Perthes, editor desde 1785,y fue reeditado de 1998 a 2004 por John Kennedy, secretario privado del príncipe Miguel de Kent, omitiendo los datos estadísticos y diplomáticos. Esa edición fue muy criticada y acusada -con razón- de errores e inexactitudes, sorprendentes omisiones y extrañas inclusiones, especialmente en su tercera parte. Se le achacó, además, haber sido escrita en inglés, en vez de en francés, el idioma diplomático y regio, pero la lengua del nuevo imperio norteamericano había ya sustituido al elegante idioma de Saint-Simon. Más nobleza francesa El 20 de octubre de 1807 Napoleón I escribió a su ministro de Exteriores: "Monsieur de Champagny, el Almanaque de Gotha de este año está mal hecho. Protesto. Debería haber más de la nobleza francesa que he creado y menos príncipes alemanes que ya no son soberanos. Además, la Familia Imperial de Bonaparte debería aparecer antes de cualquier otra dinastía, y déjeles claro que nosotros y no los Borbones somos la Casa de Francia. Indique al ministro del Interior de Gotha que yo personalmente ordeno esos cambios". Eso hizo que el Almanaque publicara dos ediciones el año siguiente, la primera de ellas una "Edición para Francia, a petición de Su Majestad Imperial". |
La mediatización de muchos estados soberanos alemanes del Sacro Imperio Romano Germánico, así como la secularización de territorios soberanos pertenecientes a obispados, abadías y otras órdenes religiosas, fue un proceso que aconteció en Alemania entre 1795 y 1814, un periodo marcado por el final de la Revolución francesa, el nacimiento y la desaparición del Primer Imperio francés y por la subsiguiente descomposición (causada por la victoria de este sobre Austria) del Sacro Imperio Romano Germánico, que tuvo como consecuencia la creación y desaparición de su sustituta, títere de Napoleón Bonaparte, la Confederación del Rin. La mediatización se produce con la anexión de las tierras y la jurisdicción de un estado soberano por otro, a menudo manteniendo algunos derechos (generalmente, la conservación del título nobiliario) en los poderes mediatizados. Con la secularización se produce la redistribución a poderes seculares de los territorios gobernados secularmente por un mandatario eclesiástico, tal como un obispo, un abad (o abadesa) o un gran maestre. Con el colapso del Imperio carolingio y el ascenso del feudalismo, gran parte del espacio europeo se había reducido a un conjunto de minúsculos estados independientes. En Alemania, los sucesivos reyes y los emperadores del Sacro Imperio invistieron de autoridad terrenal a muchos obispados, abadías, órdenes religiosas militares y conventos, y también concedieron derechos y libertades a muchas ciudades y villas (ciudades imperiales libres). Al contrario que en España, Inglaterra o Francia, los príncipes alemanes fueron incapaces de unir sus dominios en una monarquía centralizada y, por lo tanto, con el paso de los siglos Alemania vino a estar compuesta por no menos de 300 estados independientes. El significado de la palabra "Mediatizar" (como en "Las casas principescas mediatizadas") The meaning of the word "Mediatize" (as in "The Mediatized Princely Houses") Una de las principales preguntas sobre las Casas Mediatizadas es la palabra "Mediatizadas". ¿Qué significa? La palabra se usó principalmente en el funcionamiento del Sacro Imperio Romano Germánico y sus Estados sucesores en lo que hoy es Alemania. La raíz de la palabra es la palabra latina "media", que significa "entre", y su uso proviene del número de capas de lealtad (en un sentido feudal) entre un noble y su soberano, quien, en el Sacro Imperio Romano Germánico, era el Emperador. Si el noble A y el noble B mantuvieron sus feudos directamente del Emperador, entonces estos eran feudos "inmediatos" ("im" - "mediar", nada intermedio). Si por alguna razón el feudo del noble A se colocaba bajo la autoridad del noble B, entonces el feudo del noble A ya no era "inmediato", era "mediato". Por varias razones (ninguna de las cuales se discutirá aquí), Alemania no se fusionó en una nación moderna de la misma manera que, digamos, Francia y España. Si bien a lo largo de los siglos hubo intentos intermitentes de unir a las Alemanias, y varias personas usaron el título de "Rey de Alemania", no existió tal cosa como "Alemania" hasta la República de Weimar de 1919. Incluso el "Imperio Alemán" de 1871 no era Alemania - el rey de Prusia simplemente tomó un título que sonaba más alto que no afectó la soberanía o independencia o territorio de ninguno de los otros estados alemanes. ¿Cuántos de estos Estados alemanes existieron bajo el Sacro Imperio Romano Germánico y cuál de estos Estados podría considerarse soberano? Las respuestas son "varios cientos" y "solo algunas de ellas". Para citar al príncipe Jean Engelbert d'Arenberg, en su disertación Los príncipes menores del Sacro Imperio Romano Germánico en la Era Napoleónica [Washington, DC, 1950], posteriormente publicada como Les Princes du St-Empire a l'epoque napoleonienne [Louvain, 1951], a partir de la p. 15: Los Estados Imperiales [Reichsstand] fueron los verdaderos pilares del Sacro Imperio Romano Germánico. Ellos consistieron principalmente de los Príncipes y Condes del Imperio que poseyó territorios inmediatos en el mismo; es decir, feudos que se llevaron a cabo directamente del mismo Emperador, y que tenían, cada uno de ellos, un voto y un asiento en el Dieta imperial. Los poseedores de estos Estados Imperiales y todos aquellos que eran de igual nacimiento que ellos Constituyó la Alta Nobleza [Hochadel] ... La dignidad de los Estados del Imperio fue en general apegado no a la persona sino al feudo. Tal territorio tenía que gozar de derechos soberanos bajo el soberanía del Imperio. ... Los Estados del Imperio en consecuencia ejerció soberanía sobre varios imperiales Territorios. Pero el hecho de la soberanía bajo el la soberanía del Emperador no era en sí misma suficiente para constituir un Estado del Imperio. De igual importancia era el hecho de tener un voto y un escaño en la Dieta Imperial. Otro requisito más era el reconocimiento de la calidad de un Estado del Imperio ya sea por uso o por autorización legal especial. En en algunos casos esta autorización se otorgó a personas incluso sin una territorialidad inmediata. El seguimiento los requisitos legales fueron cumplidos por todos los Estados Imperiales, excepto por aquellos que habían recibido esa dignidad por su persona y no por su territorio: 1. La posesión de un Principado, condado o señorío investido con el derecho de soberanía [Landeshoheit]. 2. El consentimiento del Emperador y de todos los Consejos de la Dieta Imperial, en el caso de un electorado; el consentimiento del Emperador, de el Consejo de Electores y del Consejo de Príncipes en todos los demás casos. 3. El supuesto de una participación adecuada en Suministrar los recursos financieros, militares y de otro tipo. necesidades del Imperio. 4. La membresía en uno de los diez Imperial Círculos. Estos Círculos Imperiales habían sido establecidos por Maximiliano I y tenían fines militares. Como tal, no se describirán más aquí. En el Consejo de Príncipes [Reichsfürstlicheskollegium] de la Dieta Imperial [Reichstag] de 1792 hubo 108 escaños y votos, distribuidos de la siguiente manera, con el nombre de la dinastía que ocupaba el escaño entre (paréntesis): 3 electores eclesiásticos:
5 electores seculares:
33 príncipes eclesiásticos (no descritos aquí en detalle) 61 príncipes seculares: "Antiguos Príncipes":
Territorios eclesiásticos secularizados:
"Nuevos príncipes":
4 escaños que representan a los Consejos de los Condes del Imperio:
2 otros asientos, en representación de las Ciudades Libres. Este es también el orden en el que votaron los príncipes. Se pueden señalar varios puntos sobre esta lista. Primero, hay varios dominios de Habsburgo, como Hungría y Moravia, que no están en esta lista. Esto se debe a que no formaban parte del Sacro Imperio Romano. En realidad, Prusia (el territorio del que era rey el elector de Brandeburgo) tampoco estaba en el Imperio. En segundo lugar, observe la concentración de votos en unas pocas cámaras; por ejemplo, el elector palatino tenía seis votos y el elector de Hannover tenía siete. El elector de Hannover era, en ese momento (1792), también rey de Gran Bretaña, lo que ilustra cuántos soberanos no alemanes jugaron un papel en el Imperio (por otro lado, los reyes de Cerdeña, mientras tenían un asiento en el Dieta, rara vez se molestó incluso en enviar un representante). Tenga en cuenta también la distinción entre "Antiguos Príncipes" y "Nuevos Príncipes". Todos los "Antiguos Príncipes" estuvieron presentes en la Dieta de 1582, y los "Nuevos Príncipes" se agregaron después. A partir de 1641, el Emperador otorgaría el título de "Reichsfürst" [Príncipe del Imperio] a aquellas personas o Casas que considerara dignas, y una vez que la persona o dinastía receptora pudiera satisfacer los demás requisitos, fueron admitidos en la Dieta. . La mayoría, aunque no todas, las creaciones del Reichsfürst fueron para personas o casas que ya tenían un territorio y una función en el Imperio. Las Casas que habían recibido el título de Reichsfürst pero que no habían cumplido los demás requisitos permanecieron en los Consejos de los Condes del Imperio. Estos Consejos comprendían, hacia 1792, los siguientes miembros: Consejo de los Condes de Wetterau.
Consejo de los Condes de Franconia
Consejo de los Condes de Westfalia
Aquellos que se muestran como [personaliter] eran miembros personales, no hereditarios, de su Consejo. Tenga en cuenta también que estas no son de ninguna manera las únicas personas tituladas en el Imperio. Tampoco son estas las únicas personas que tenían feudos inmediatos o no inmediatos, o las personas que formaban parte de los diez Círculos Imperiales. Las personas enumeradas anteriormente son aquellas que tenían una voz, por pequeña que fuera, en el proceso de toma de decisiones imperial. En la época de la Dieta de 1792, el vecino occidental del Imperio, Francia, ya se había hundido en la revolución. Francia logró cierto grado de estabilidad bajo la República y el Directorio, y sus ejércitos, especialmente bajo el mando de Bonaparte, obtuvieron algunas victorias importantes contra el Imperio, particularmente en Marengo (14 de junio de 1800). En el Tratado de Luneville (9 de febrero de 1801), el Imperio perdió unas veinticinco mil millas cuadradas de territorio. La única forma que tenía el emperador de compensar a los príncipes desposeídos era asediar los territorios eclesiásticos restantes. Una delegación imperial lo hizo y publicó el 25 de febrero de 1803 el famoso Reichsdeputationshauptschluss, que reorganizó el Imperio y la Dieta Imperial. La Dieta ratificó esta decisión el 24 de marzo de 1803, y el Emperador lo ratificó el 27 de abril de 1803, excepto el párrafo (párrafo 32) que trataba específicamente de la reorganización de la Dieta. Las objeciones del Emperador nunca fueron superadas, por lo que la reorganización de la Dieta basada en el Reichsdeputationshauptschluss no puede considerarse legal, a pesar de que se elaboró una lista tentativa de escaños. Los pocos asuntos que tramitó la Dieta entre 1803 y su disolución en 1806 se basaron en la lista, parte de la cual (el Consejo de los Príncipes) se imprimió en la disertación del príncipe Arenberg (citada anteriormente) en las páginas 61-64 y se proporciona aquí, territorio primero con el nombre de la dinastía entre (paréntesis): por tanto, la reorganización de la Dieta basada en el Reichsdeputationshauptschluss no puede considerarse legal, a pesar de que se elaboró una lista tentativa de escaños. Los pocos asuntos que tramitó la Dieta entre 1803 y su disolución en 1806 se basaron en la lista, parte de la cual (el Consejo de los Príncipes) se imprimió en la disertación del príncipe Arenberg (citada anteriormente) en las páginas 61-64 y se proporciona aquí, territorio primero con el nombre de la dinastía entre (paréntesis): por tanto, la reorganización de la Dieta basada en el Reichsdeputationshauptschluss no puede considerarse legal, a pesar de que se elaboró una lista tentativa de escaños. Los pocos asuntos que tramitó la Dieta entre 1803 y su disolución en 1806 se basaron en la lista, parte de la cual (el Consejo de los Príncipes) se imprimió en la disertación del príncipe Arenberg (citada anteriormente) en las páginas 61-64 y se proporciona aquí, territorio primero con el nombre de la dinastía entre (paréntesis):
En total, 131 escaños en el Consejo de Príncipes, después de la reorganización propuesta de la Dieta, basada en el Reichsdeputationshauptschluss de 1803. Los príncipes que se habrían beneficiado de esta reorganización al obtener finalmente un escaño en la Dieta, como Leiningen y Waldeck, Comenzaron a actuar como si se hubieran convertido en soberanos (aunque todavía bajo la soberanía del Emperador), y se les sigue acreditando, en obras de referencias por lo demás precisas, haber alcanzado la soberanía en virtud de la delegación del Reichshauptschluss, a pesar de que la reorganización de la Dieta en 1803 no puede considerarse lícito. También en 1803 el número de electores seculares casi se duplicó, de 5 (Bohemia, Palatinado, Electoral de Sajonia, Brandeburgo y Hannover) a 9 (con Baden, Hesse-Cassel, Württemberg y Salzburgo [más tarde Würzburg, y en poder del Gran Duque de Toscana] añadió), mientras que los electores eclesiásticos se redujeron de 3 (Mainz, Trier y Colonia) a uno (Mainz, los otros dos secularizados). Después de que Bonaparte se proclamara emperador de los franceses el 18 de mayo de 1804, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico se proclamó emperador de Austria el 11 de agosto de 1804, seguido inmediatamente por los electores de Baviera y Wurtemberg, quienes aprovecharon la confusión y la falta de control imperial para proclamar ellos mismos reyes, y comenzaron a devorar Estados más pequeños, a partir del 19 de noviembre de 1805 cuando Württemberg anexó Fürstenberg. El fin formal del Imperio se señaló el 13 de enero de 1806 cuando el Rey de Suecia se negó a enviar un representante a la Dieta Imperial debido a las violaciones de su constitución por parte de sus miembros. Después de su victoria en Austerlitz (2 de diciembre de 1805), Bonaparte intentó romper el Imperio abriendo una brecha entre Brandeburgo (el poder en el norte) y Austria (el poder en el sur), ofreciendo establecer una federación de Estados alemanes bajo su protección. Los Estados que abandonaron el Imperio y se unieron a la federación podrían aumentar sus territorios a expensas de los Estados que no lo hicieron. El 12 de julio de 1806 se firmó el Tratado de la Confederación del Rin y la Confederación entró en vigor legalmente. Los Estados que inicialmente se unieron a la Confederación, sus dinastías y su fecha de ingreso fueron:
Tenga en cuenta que muchos de ellos actualizaron su título cuando se unieron. Los artículos 13-25 del Tratado de la Confederación del Rin describen en detalle los intercambios territoriales entre los Estados que se unieron a la Confederación y las anexiones por los Estados miembros de los territorios de los Príncipes y Condes que no se unieron. Los Príncipes y Condes cuyos territorios fueron anexados, y que así fueron mediatizados el 12 de julio de 1806, en los términos de los artículos 13-25 del Tratado de la Confederación del Rin, fueron:
Cabe señalar que estos eran los Príncipes y Condes que tenían feudos inmediatos que fueron mediatizados por las anexiones descritas en los artículos 13-25 del Tratado de la Confederación del Rin. Algunos de estos Príncipes y Condes tenían un asiento y un voto en el Consejo de Príncipes (antes o después de la reorganización de la Dieta Imperial en 1803), y algunos de estos Príncipes y Condes tenían un asiento y un voto en uno de los Consejos de la Condes del Imperio, y algunos de ellos no tenían escaños ni votos. La mediatización de un feudo se refiere únicamente a la degradación de la inmediatez de ese feudo, y no implica nada más sobre el poseedor del feudo. Tenga en cuenta también que la mediatización bajo la Confederación del Rin es ligeramente diferente de la mediatización bajo el Imperio, debido a los niveles de alianza feudal involucrados. El 1 de agosto de 1806, diez Estados (Baviera, Württemberg, el Archcanciller, Baden, Hesse-Darmstadt, Hohenzollern-Sigmaringen, Hohenzollern-Hechingen, Salm-Salm, Salm-Kyrburg e Isenburg) presentaron una nota a la Dieta Imperial declarando que se estaban separando del Imperio y la Dieta. Dos semanas más tarde, se añadieron a la nota Arenberg, von der Leyen, Nassau-Usingen y Nassau-Weilburg, pero para entonces el emperador había abdicado y el Imperio se había disuelto (6 de agosto de 1806). Más estados se unieron a la Confederación:
Los detalles de las actividades de la Confederación del Rin pueden llenar varios libros y no tienen por qué preocuparnos aquí, excepto que las demandas militares de Napoleón aumentaron constantemente. Napoleón al menos mantuvo la apariencia de legalidad en sus tratos con los Estados de la Confederación, hasta el 13 de diciembre de 1810 cuando, sin pretexto, incorporó el Ducado de Oldenburg, el Ducado de Arenberg, los Principados de Salm-Salm y Salm-Kyrburg, y grandes partes del Gran Ducado de Cleves y Berg, del antiguo Electorado de Hannover y del Reino de Westfalia, en Francia. Esto siguió a su deglución de Holanda (9 de julio de 1810). La acción del 13 de diciembre de 1810 fue citada más tarde por Alejandro I de Rusia (cuñado del duque de Oldenburg) como una de las razones por las que él (Alejandro I) se unió a la Gran Coalición contra Napoleón. La Confederación comenzó a desmoronarse después del Tratado de Kalisch (28 de febrero de 1813), que disponía que la Confederación se disolviera después de una victoria aliada. Los Duques de Mecklemburgo abandonaron rápidamente la Confederación y se unieron a los Aliados, seguidos por los Duques de Anhalt y la mayoría del resto. Entre los últimos en marcharse se encontraban los príncipes de Hohenzollern el 24 de noviembre de 1813, dejando atrás al rey de Sajonia, al gran duque de Frankfurt, al príncipe von der Leyen y al príncipe de Isenburg, pero para entonces la Confederación del Rin estaba efectivamente muerta. . El Congreso de Viena se encargó de traer algún tipo de orden a Europa después de la caída y el exilio de Napoleón. Una vez más, los detalles de las negociaciones no tienen por qué preocuparnos, pero uno de los resultados fue la Ley Federal Alemana [Deutschen Bundesakte] del 8 de junio de 1815, que se ocupaba de las casas mediatizadas en el artículo 14. En esto, las casas mediatizadas se contaban entre la más alta nobleza. con el derecho de igualdad con las casas reinantes [Ebenbürtigkeit], los jefes de las casas mediatizadas fueron los primeros vasallos [Standesherren] de aquellos Estados en los que estaban ubicados sus antiguos territorios, estaban exentos del servicio militar, se les otorgó jurisdicción civil y penal en el nivel más bajo, etc., pero siempre en el marco de las leyes del nuevo Estado y bajo la supervisión del gobierno del nuevo Estado. Muchas de las Casas Mediatizadas protestaron violentamente contra los términos de este artículo, pero fueron impotentes para evitarlo. Sin embargo, en ningún momento el Congreso de Viena decidió exactamentequé Casas habían sido mediatizadas y, por lo tanto, merecedoras de estos privilegios superiores, dejando eso a la discreción de los Estados individuales. El lector astuto puede haber notado que las listas de aquellas Casas que tenían un asiento y voto en el Consejo de Príncipes de la Dieta Imperial tanto antes como después de la Reichsdeputationshauptschluss, y las listas de aquellas Casas que se unieron a la Confederación del Rin, o cuyos territorios fueron mediatizados por el Tratado de la Confederación del Rin, guardan poca o ninguna relación con la lista de familias a las que normalmente nos referimos como "Mediatizadas". Hay una explicación para esto, aunque quizás no una razón. Después del Congreso de Viena, Europa se asentó. Los Estados soberanos en el área que solía ser el Sacro Imperio Romano Germánico eran los Estados que nos son familiares:
Varios de estos Estados reconocieron a varios Standesherren entre la nobleza de su país, según los términos del artículo 14 de la Deutsches Bundesakte, y el 18 de agosto de 1825, la Dieta alemana reconoció el predicado de "Most Serene Highness" [Durchlaucht] para los Jefes de las Casas principescas que fueron reconocidas como Standesherren, y más tarde, el 13 de febrero de 1829, la Dieta reconoció el predicado de "Most Illustrious Highness" [Erlaucht] para los Jefes de las numerosas Casas que fueron reconocidas como Standesherren. Tenga en cuenta que los Standesherren eran la nobleza más alta en sus países, y que estos predicados de "Durchlaucht" y "Erlaucht" no denotaban nada más que el estatus social dentro y entre estos países. El Almanaque de Gotha, una publicación anual, que hasta la edición de 1835 había dividido sus páginas genealógicas en dos Partes, la Parte I mostrando las casas soberanas y la Parte II mostrando las casas principescas no soberanas, agregó una Parte III a partir de su edición de 1836. En esta Parte III, ""Maisons Princieres et Comtales"", se enumeran los Príncipes y Condes que habían sido reconocidos como Standesherren, con los predicados de "Durchlaucht" y "Erlaucht", y los Estados en los que los Standesherren habían sido reconocidos: Princes ("Durchlaucht" a partir del 18 de agosto de 1825):
Condes ("Erlaucht" al 13 de febrero de 1829):
La lista de Casas que la Dieta Alemana consideró que habían sido Mediatizadas parece bastante extraña en comparación con los eventos históricos (mencionados anteriormente) en el Sacro Imperio Romano Germánico y en la Confederación del Rin, pero dado que las decisiones sobre qué Príncipe o Conde iba a ser reconocido como un Standesherr se dejó en manos de los Estados individuales, no había ninguna razón para que los Estados estuvieran demasiado preocupados por lo que había sucedido antes. El cambio principal para estas casas mediatizadas fue que ahora tenían un nuevo predicado (Durchlaucht o Erlaucht) por el cual debían dirigirse. Incluso estos honores fueron otorgados a la ligera, ya que el 12 de junio de 1845 la Dieta alemana extendió el reconocimiento de "Erlaucht" al conde de Bentinck, que ni siquiera era un Standesherr en ninguno de los estados alemanes (aunque Oldenburg más tarde nombró al conde de Bentinck Standesherr). Estas divisiones de la sección genealógica del Almanaque de Gotha (Parte I las casas soberanas, Parte II las casas principescas no soberanas incluyendo aquellos Standesherren que eran Príncipes, y Parte III los Condes Standesherren de los estados alemanes) continuaron hasta la Guerra Franco-Prusiana. y el rey de Prusia se nombró a sí mismo "Emperador Alemán" (1871). Un triunfalismo pan-alemán apareció en los estados alemanes, seguido por los editores del Almanaque de Gotha . En una parte bastante desagradable de chovinismo germánico, el Almanaque de Gotha de 1876 combinó las Partes II y III en una sola Parte II. En el Prefacio de la edición de 1876, los editores afirman que su razón para hacer esto fue que algunas de las casas en la Parte III pertenecían a la misma dinastía que algunas de las casas en la Parte II (no se dieron ejemplos en el Prefacio, aunque Fugger , Isenburg y Leiningen son buenos ejemplos), y pensaron que sería más fácil para el lector tratar con estas casas cuando se combinaran en una sola lista. Esto ya era bastante malo (insinuar que un noble de rango superior en un pequeño Estado alemán, como los condes de Görtz o los condes de Pappenheim, eran de alguna manera comparables a los príncipes de Rohan o los príncipes Kinsky o los príncipes de Chigi). Albani), pero lo que pasó con la próxima edición fue peor. En el Almanaque de Gotha de 1877, la nueva Parte II se dividió en dos subpartes, A y B. La Parte II A fue para los nobles alemanes mediatizados, y la Parte II B fue para los otros Príncipes alemanes y los Príncipes no alemanes. Los criterios utilizados para la inclusión en la Parte II A se enumeraron en la página 90 de la edición de 1877, y fueron únicamente las decisiones de la Dieta alemana el 18 de agosto de 1825, el 13 de febrero de 1829 y el 12 de junio de 1845 mencionados anteriormente sobre los predicados Durchlaucht y Erlaucht. Esto significa que, según los editores del Almanaque de Gotha , los Condes de Görtz y los Condes de Pappenheim no solo eran comparables a los Príncipes de Rohan o los Príncipes Kinsky o los Príncipes de Chigi-Albani, eran superiores. La edición de 1890 cambió el nombre de la Parte II A a la Parte II, y el nombre de la Parte II B a la Parte III, pero aparte de eso, no ha habido ninguna alteración en la estructura ni del Almanaque de Gotha ni de su sucesor, el Genealogisches Handbuch. der Fürstlichen Häuser subserie del Genealogisches Handbuch des Adels . Se podría argumentar que el Reichsstanden del Sacro Imperio Romano Germánico, es decir, los Príncipes que ocuparon un escaño y votaron en la Dieta Imperial (al menos aquellos que ocuparon un escaño y votaron antes de la reorganización ilegal de la Dieta en 1803 ) podría considerarse que tuvo algún nivel de soberanía, o incluso co-soberanía, bajo la soberanía del Emperador, pero las afirmaciones del Almanaque de Gothason, en el mejor de los casos, ridículas. Lo que es impresionante, sin embargo, es la cantidad de otras obras genealógicas, como Royal Families of the World de Burke , vol. I, págs. 547-557, que aceptan acríticamente las opiniones de los editores del Almanaque de Gotha como representativas de algún modo del registro histórico. Una última cita de la disertación del príncipe Arenberg (págs. 203-205): Todos los Príncipes del Sacro Imperio Romano Germánico, excepto el Emperador, el elector de Brandeburgo en su calidad de rey de Prusia, el Elector de Hannover en su calidad de rey de Gran Bretaña y algunos otros príncipes en posiciones similares, no eran de pleno derecho soberanos porque reconocieron la soberanía del Imperio sobre sus territorios. La personificación de esta soberanía era el Emperador, quien estaba por sus propios territorios hereditarios Sovereign y Suzerain al mismo tiempo. Pero esta situacion cambió con el establecimiento de la Confederación del Rin. Los soberanos de la Confederación anunciaron su sucesión del Imperio y la asunción de la soberanía plena. Ese acto, en en sí mismo, por supuesto, nunca podría constituir una terminación legal de la soberanía del emperador. Pero Francisco II, en su proclamación del 6 de agosto de 1806, abdicó por sí mismo y por su descendientes, liberaron a los funcionarios del Imperio de su juramento y efectuó la disolución del Sacro Imperio Romano Germánico. los La posición del Emperador nunca había sido legalmente la de un monarca hereditario. La dignidad imperial era electiva y, por lo tanto, depende de una especie de contrato entre el Estados electorales del Imperio y un Estado en particular al que deseaban transferir la autoridad suprema. Con mucho mas justicia que en el caso del Imperio alemán creado por Bismarck, se puede decir del Sacro Imperio Romano Germánico que fue un República de los Príncipes con uno de ellos como presidente electo. los Los soberanos de la Confederación del Rin constituyeron un minoría del número total de Estados del Imperio, y su secesión, por lo tanto, no podría volverse legal hasta que el presidente electo acordó poner fin a la totalidad sistema. Pero una vez hecho esto, los príncipes de la Confederación se independizó en virtud tanto de su propio acto como de la renuncia a su soberano legal. Si en el futuro alguien publicará un manual genealógico de aquellas familias que fueron completamente soberanas, incluyendo (o no) el Reichsstanden (los Estados Imperiales), e incluyendo (o no) las Casas que supuestamente fueron promovidas por la delegación del Reichshauptschluss, e incluyendo (o no) los Estados que se unieron a la Confederación del Rin, en otras palabras, un manual genealógico cuyos criterios de inclusión son algo más cercanos a la exactitud histórica que los caprichos de precedencia social de la Dieta alemana o el nacionalismo beligerante de un editor del siglo XIX. está, por supuesto, más allá del alcance de este documento. Enero de 1998 William Addams Reitwiesner |
biblia de nobleza europea
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