Patriciado de la corona de Aragón.-a

Ana Karina González Huenchuñir




La expresión en catalán Ciutadans honrats (en español, ciudadanos honrados) se refiere a una clase de aristocracia urbana que se desarrolló en la Corona de Aragón durante la Baja Edad Media simultáneamente al propio crecimiento político de las grandes ciudades.

Historia.

A partir del siglo xi, en paralelo al crecimiento de esas grandes ciudades, se había ido constituyendo una clase de patriciado burgués que, con el incremento de la libertad municipal concedido por la realeza, irá monopolizando el gobierno de la ciudad.
Cuando a partir del siglo xii se produjeron diferenciaciones entre estamentos o mans (manos), los ciutadans honrats comenzaron a posicionarse como la mà major (mano mayor). Estaba formada por gente de carrera, familias de buena posición, e incluso propietarios de terrenos con derechos de señorío.
La máxima representación de esta clase fue el ciutadà honrat de Barcelona (ciudadano honorable de Barcelona), que estaba exento de determinados tributos y disfrutaba de prerrogativas. Formaron un número reducido de familias, pero también se podía acceder a ello por acuerdo favorable de los consejeros de la ciudad.
Era una oligarquía urbana con un poder creciente en un momento en que el desarrollo municipal de las grandes ciudades en toda Europa competía con el campo, tradicional feudo de la nobleza.
Los ciutadans honrats de Barcelona desempeñaron un papel fundamental en la creación de la Biga durante el siglo xv. La Biga agrupaba a los ciutadans honrats con grandes comerciantes importadores para oponerse, políticamente, a los mercaderes, comerciantes y menestrales. Durante los siglos XVI y XVII los ciudadanos honrados formaron parte del brazo real, es decir, podían participar en las Cortes.

Estamentos urbanos.

La  mà major,  fue uno de los estamentos sociales y de poder en los territorios de la Corona de Aragón (1162-1715).

El tercer estamento importante de la sociedad, políticamente hablando, después de la nobleza y la iglesia, era el patriciado, la aristocracia del dinero, que tendió a equipararse con la pequeña nobleza, impulsó la institucionalización de los municipios y va aprovechar su posición privilegiada para asegurarse el control de los gobiernos municipales desde sus inicios, a pesar de ser un grupo demográficamente minoritario en el medio urbano.

Sirviéndose de esta plataforma política, el patriciado monopolizó también la representación en las Cortes de los hombres de las villas y las ciudades del realense, el llamado brazo real, que formaban un cuerpo social divisible en tres estratos:

La mano mayor ( mà major), constituida por estos patricios, dichos propiamente ciudadanos.
La mano media (mà mitjana), integrada por mercaderes y gente de profesiones liberales de categoría (juristas, notarios, cirujanos).
La mano menor ( mà menor), que agrupaba al conjunto de los menestrales.




La Biga y la Busca.


La Biga y La Busca eran los dos bloques políticos principales en que estaba dividida la burguesía barcelonesa durante el siglo xv. La Busca fomentó un modelo anárquico basado en el acceso a los cargos públicos por la fuerza (método denominado "ad baculum" ) mientras que la Biga intentó gobernar conforme a las costumbres romanas.

Historia

En Barcelona, la crisis económica en el ámbito mediterráneo, favoreció la adopción de medidas proteccionistas hacia 1425. Sin embargo, su aplicación requirió vencer la resistencia de la oligarquía urbana o ciutadans honrats (ciudadanos honrados).
Las protestas y motines se sucedieron durante algún tiempo, ante lo cual se adoptaron una serie de cambios y reformas. Los mercaderes y menestrales propusieron algunas medidas entre las que se incluían: la devaluación monetaria, la prohibición de la importación de productos, la mejora de la producción textil y los impuestos a los extranjeros. Los ciutadans honrats proponen medidas más limitadas como los trabajos públicos para atenuar el desempleo.

A partir de 1450 la intransigencia de este último grupo y su resistencia a las reformas provocaron una crisis política y la división en dos bloques políticos opuestos: la Biga y la Busca:

  • la Biga ('la viga', por analogía a la pieza de madera que soporta un edificio o estructura), estaba integrada por la mayoría de ciutadans honrats y algunos mercaderes, importadores de telas de lujo. Este grupo social se considera, actúa y vive como un grupo nobiliario: poseían tierras, castillos y derechos señoriales y vivían de rentas. Además tenían el control del poder municipal y se oponían a los sectores vinculados con la economía productiva.
  • la Busca ('la astilla'), en oposición a la Biga fue el partido de los mercaderes, artesanos que aspiraban a controlar el poder municipal para hacer cumplir los privilegios, libertades y costumbres otorgados al pueblo de Barcelona. Deseaban la devaluación monetaria y medidas proteccionistas.
Alfonso el magnánimo mantuvo ante estos dos grupos una postura ambigua, ya que tenía necesidades de financiación y aceptó dinero tanto de miembros de la Busca o buscaires como de miembros de la Biga o bigaires. Además este monarca pretendía, como los otros reyes del siglo xv, imponer su autoridad sobre las cortes catalanas y sobre la nobleza.

Tal como estaba organizado el sistema de elección de los cargos municipales, resultaba imposible el acceso a los mismos de los miembros de la Busca, a menos que mediase intervención del rey.

Bajo el reinado Alfonso el magnánimo, la monarquía como la Busca tenían coyunturalmente como enemigo común a la oligarquía urbana representada por la Biga. Esta oligarquía se oponía tanto a las pretensiones de preeminencia de la monarquía como a la política reformista de los buscaires. Esa situación llevó a una alianza coyuntural de la monarquía y la Busca y así, Alfonso el magnánimo, que se encontraba en Nápoles, encarga la resolución del conflicto entre las dos facciones a uno de sus lugartenientes generales, primero a la reina María y más tarde a Galcerán de Requesens. Los buscaires se agrupan en el Sindicat dels Tres Estaments ('Sindicato de los tres estamentos') en 1452, pero aún a pesar de que estaban bien organizados continuaban sin tener acceso al poder municipal.

El 30 de noviembre de 1453 el lugarteniente general Requesens suspendió las elecciones a consellers ('consejeros') y nombró una nueva conselleria formada por buscaires. Con este cambio de gobierno se lograron implantar medidas tradicionalmente reivindicadas por la Busca: medidas proteccionistas, devaluación de la moneda, saneamiento de la administración municipal y favorecimiento de los productos propios frente a los importados. Para dar cobertura legal a este gobierno, Alfonso, concedió un privilegio de regulación de la ciudad en 1455 que repartía de manera fija la composición de los órganos de gobierno municipal entre los diversos estamentos:

  • Los jurados del Consejo de Ciento, que siempre serían 128, se repartían en cuatro grupos de 32, cada uno formado por miembros de un estamento (ciudadanos honrados, mercaderes, artistas y menestrals).
  • En Trentari, formado por 32 miembros, se dividía en cuatro grupos de ocho, uno para cada estamento.
  • El poder ejecutivo se distribuía así: el conseller en cap y el conseller segon eran ciudadanos honrados, el conseller tercer era mercader, el conseller quart era artista y el conseller cinquè era menestral.
El programa de cambios promovidos por la Busca no tuvo el éxito debido a la oposición feroz de la Biga y la preeminencia que se había dado en el reparto de cargos hacia consejeros de la Biga respecto a consejeros de la Busca. Y en 1462 estalló la guerra civil catalana (1462-1472) al final de la cual la Biga recuperó el poder. La capitulación de Pedralbes de 1472 no castigaba a los instigadores, con el fin declarado de lograr una paz perdurable.

Posteriormente Fernando II de Aragón reformará el Consejo de Ciento.

La oligarquía cargó contra los buscaires de la Biga por la decadencia de Barcelona y en 1497, un magnate de la ciudad escribía:

Hace 44 años, que, por soberbia y otros vicios, el pueblo se ha rebelado contra los prohombres de la ciudad, y los más ricos han tenido que huir. Desde entonces, el comercio ha emigrado a Valencia, de forma, que hoy Barcelona es casi una ciudad muerta si se la compara con lo que era antes.

 Referencias: Julio Valdeón (1981). «La Baja Edad Media». Historia 16: 83.





Origen y significado del apellido Godó.

 Parte superior de la imagen: PRIMUS/ GLADIORUM/ LITTERA
En la imagen: DUODECIM FRATES AEQUITIS RECEM SIGNUM ET-LIBERANT
Parte inferior de la imagen: CONDE DE GODO./ EX-LIBRIS


Linaje originario de Valldellou (Huesca) y radicado en Igualada, provincia de Barcelona. En 1916 el rey Alfonso XIII creó conde de Godó a don Ramón Godó y de La Llana.

Escudo de Armas:
De oro, una faja de gules, acompañada de dos rosas al natural, una a cada lado, botonadas de oro.

Simbología del Escudo de Armas:

Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos.
 Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza.

Familia Godó.

Familia de empresarios y políticos catalanes activa desde el siglo XVIII. El primer miembro destacado de la dinastía familiar, originaria de Baldellou, Huesca, fue Ramón Godó (Valldellou, 1717-Igualada, 1798), afincado en Igualada junto a su hijo, que se estableció como tejedor, Ramón Godó Mas (Valldellou, 1742-Igualada, 1813). 

Durante la primera mitad del siglo XIX, el auge de la industria textil permitió a la familia Godó alcanzar un alto nivel de desarrollo económico e intervenir en la política municipal de Igualada. Los hermanos Carlos Godó y Pié (Igualada, 1834-Teiá, 1897) y Bartolomé Godó y Pié (Igualada, 1837-Barcelona, 1894) se instalaron en Barcelona para, posteriormente, trasladarse a Bilbao y Oviedo, donde establecieron delegaciones de la industria textil familiar, pero la crisis que conllevó el desarrollo de la III Guerra Carlista (1872-1876), les obligó a cerrarlas y a volver a Barcelona. 
Junto a Pere Milà i Pi fundaron Godó Hermanos y Cía, compraron una fábrica de hilados de yute y constituyeron otra, subsidiaria, de tejidos de yute. Esta última se mantuvo activa hasta la pérdida de los territorios coloniales españoles, en 1898, pero la de hilados siguió funcionando, a pesar de no contar ya con sus principales proveedores de materias primas, con el nombre de Godó y Trías, S. A. Ambos hermanos fueron miembros activos del Partido Liberal, dirigido por Práxedes Mateo Sagasta y ocuparon distintos cargos políticos, tanto de carácter local como nacional. En 1881, para que sirviera de órgano difusor de sus doctrinas políticas, fundaron el diario La Vanguardia. 

El hijo de Carles, Ramón Godó Lallana (Bilbao, 1864-Barcelona, 1931), mantuvo la línea política de sus predecesores, impulsó el crecimiento de la publicación periódica y creó una industria papelera, Papelera Godó, que abastecía al diario del papel necesario para su publicación. En 1916 fue nombrado I Conde de Godó. Su sucesor, Carlos de Godó y Valls (Barcelona, 1899-1987), II Conde de Godó, amplió la empresa periodística y consolidó un importante grupo editorial, cuyas actividades se han diversificado en los sectores de la radiodifusión y la televisión. Fue procurador en cortes, por designación del general Franco, y presidente de la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País. 

Su hijo, Javier Godó Muntañola (Barcelona, 1941), III Conde de Godó, mantiene la misma línea empresarial. Preside La Vanguardia y El Mundo Deportivo y fue miembro fundador y presidente de Antena 3 S. A. En 1991 recibió la medalla de oro del Spanish Institute de Nueva York. En julio de 2008 el III Conde de Godó recibió del rey, la grandeza de España (por su fidelidad a la Corona y por su defensa de las libertades democráticas) para unir a su título nobiliario.

El condado de Godó.

El condado de Godó, con grandeza de España, es un título nobiliario español creado por el rey Alfonso XIII de España en favor de Ramón Godó Lallana, diputado a Cortes e hijo del fundador del diario La Vanguardia —Carlos Godó y Pié—, el 30 de octubre de 1916 por real decreto y el 2 de diciembre del mismo año por real despacho.​ El 12 de julio de 2008, el rey Juan Carlos I de España le concedió al actual conde de Godó, para unir al título, la grandeza de España.​



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