El atentado y juicio de Sarajevo I a


Soledad  Garcia  Nannig; Maria Veronica Rossi Valenzuela; Francia Vera Valdes



Introducción

A principios del siglo XX, el nacionalismo serbio estaba en plena efervescencia. En 1912 y 1913, Serbia había derrotado a turcos y búlgaros, logrando apoderarse de gran parte de Macedonia y de Kosovo, y soñaba con seguir ampliando sus fronteras. Para su gobierno –al menos cierto sector del mismo– era una gran afrenta el hecho de que el Imperio austrohúngaro se hubiese anexionado Bosnia y Herzegovina, en donde gran parte de la población era serbia.
El ejército y sus servicios secretos comulgaban con el paneslavismo y alimentaban las sociedades secretas terroristas, como la Mano Negra, que conspiraban para buscar una alianza de los eslavos del sur e independizarse de Viena. Por ello, desde hacía años, serbios de Bosnia-Herzegovina ya venían atentando contra las autoridades austriacas en un intento de hacer prender la llama de la insurrección popular, lograr desestabilizar al Imperio y con ello tratar de anexionarse nuevos territorios.
En enero de 1914, los agentes serbios comenzaron a trazar un plan para atentar contra el gobernador de Sarajevo, pero lo suspendieron ante la aparición de un nuevo objetivo que sería mucho más impactante: el archiduque Francisco Fernando, sobrino del emperador y heredero al trono imperial de Viena.
En el mes de mayo, una vez confirmada la visita que el heredero iba a hacer a Sarajevo, comenzó a urdirse el plan y se fijó el atentado para el 28 de junio. Seis jóvenes serbios fueron reclutados por los servicios secretos, tres en Belgrado y tres en Sarajevo, con el fin de perpetrar el magnicidio. A finales de ese mes les entregaron armas y los adiestraron en su manejo; se trataba de pistolas, bombas y cápsulas de cianuro, que debían morder para suicidarse en caso de ser atrapados.
La comitiva imperial inició su recorrido el día 28 a las nueve de la mañana. En un alarde de imprudencia, pues los rumores de atentados eran constantes, se hizo público el trayecto de la caravana. Los seis terroristas se ubicaron a lo largo del recorrido por el que iban a discurrir los automóviles oficiales. Se situaron en distintos puntos para que, si el primer grupo fallaba, los otros dos pudiesen actuar.
El archiduque y su esposa iban en el tercer vehículo, un descapotable en el que también viajaba el gobernador de Sarajevo. Tras hacer una primera parada en un cuartel, la caravana siguió su periplo y pasó por delante de la primera pareja de terroristas. El primero, presa de los nervios, no supo sacar la bomba a tiempo, y el segundo, de sólo 16 años, se quedó petrificado sin atinar a desenfundar su pistola.
Minutos después, el convoy pasó por delante del segundo grupo de asesinos. Eran las 10:10 horas y un terrorista lanzó la bomba, pero no tuvo en cuenta que había que esperar 10 segundos una vez activado el detonador, por lo que la arrojó a toda prisa y, tras rebotar en la capota plegada del lujoso vehículo Gräf & Stift, fue a parar debajo del coche que marchaba detrás, causando la explosión veinte heridos. Rápidamente el activista se quiso suicidar, mordiendo la cápsula de cianuro mientras se tiraba al río; una chapuza, pues el veneno estaba caducado y el río seco, con lo que sólo se llevó un golpe.
Tras el frustrado atentado, la caravana emprendió a toda velocidad su camino hacia el ayuntamiento, en donde lo esperaba la recepción oficial. Dada la celeridad de la marcha, los tres terroristas restantes no pudieron actuar. Lo normal es que la visita se hubiese cancelado. Sin embargo, tras pronunciar un tenso discurso, el archiduque decidió ir al hospital a visitar a los heridos por la bomba; eran las 10:45 horas. Para evitar las calles céntricas, se propuso cambiar la ruta y se informó de ello a la escolta, pero en un absurdo tragicómico se olvidaron de informar a los chóferes.
Cuando giraban por la calle prevista en la ruta inicial, el gobernador se dio cuenta del error y ordenó retroceder, lo cual tuvo que hacerse empujando, pues la marcha atrás del coche era muy lenta, y mientras se maniobraba el automóvil casi se detuvo. Mientras tanto, un desolado Gavrilo Princip, uno de los seis terroristas preparados para atentar, estaba apostado ante el café Moritz Schiller sin saber muy bien qué hacer; cuál no sería su sorpresa al ver delante de él, en ese momento, el coche del archiduque casi parado. La casualidad estaba jugando su papel y le había puesto delante una magnífica oportunidad. Sin pensárselo se dirigió al coche y, a pocos metros, disparó. Lo hizo cerrando los ojos, pero la suerte quiso que hiriese mortalmente a la pareja real, que fallecería a los pocos minutos.
Las consecuencias son conocidas. El Imperio austrohúngaro dio un ultimátum a Serbia exigiendo una serie de condiciones que ésta, hábilmente, sólo aceptó a medias, confiando en el apoyo de su protectora Rusia. Durante el mes de julio se fue incrementando la tensión, hasta que las tropas serbias comenzaron las provocaciones y Viena, ansiosa de revancha, declaró la guerra a Serbia. La cadena de alianzas fue implicando a todas las potencias europeas en una contienda que acabaría costando más de veinte millones de muertos. Mientras tanto, todos los implicados en el atentado fueron detenidos; los austriacos apresaron a veinticinco, de los que tres fueron ahorcados, nueve absueltos y el resto condenados a distintas penas de prisión.

Juicio de Sarajevo (octubre de 1914)
El juicio de Sarajevo. Princip está sentado en el centro de la primera fila.

Las autoridades austrohúngaras capturaron y procesaron a los conspiradores de Sarajevo, así como a los agentes y los campesinos que ayudaron a ejecutar los planes. La principal acusación era conspiración para alta traición con relación a los círculos oficiales del Reino de Serbia, cuya pena era la muerte. El juicio se celebró entre el 12 y el 23 de octubre y el veredicto fue dictado el 28 de octubre de 1914.

Los reos adultos, que podían ser condenados a pena de muerte, se presentaron en el juicio como participantes involuntarios de la conspiración. La declaración de Veljko Cubrilović (agente de la Narodna Odbrana, que ayudó a coordinar el transporte de armas) es ilustrativa de esa táctica de defensa. Este declaró al tribunal: «Princip se me encaró y me dijo enérgicamente: "Si lo quieres saber, esa es la razón por la que vamos a realizar el asesinato del heredero, y ya que lo sabemos, debes mantenerlo en secreto. Si nos traicionas, tú y tu familia seréis asesinados"»
​ Interrogado por su abogado, Cubrilović describió con detalle los motivos que le obligaron a cooperar con Princip y Grabež.​ Explicó que una organización revolucionaria, capaz de cometer grandes atrocidades, estaba detrás de Princip, que este conocía la existencia de esa organización en Serbia y que, por ello, temía que destruyeran su casa y que mataran a su familia si no hacía lo que querían. Cuando le preguntaron sobre por qué se arriesgó a ser castigado por la ley en vez de contar con su protección ante tales amenazas, respondió: «Tenía más miedo al terror que a la ley».
Para rechazar esta acusación, los conspiradores de Belgrado —que, debido a su corta edad, no podían ser condenados a pena de muerte— intentaron salvar a los órganos oficiales serbios modificando sus declaraciones y asumiendo toda la culpa de la conspiración.
Princip declaró: «Soy un nacionalista yugoslavo y creo en la unificación de todos los eslavos meridionales bajo cualquier forma de Estado libre de Austria». Interrogado sobre cómo pretendía realizar ese objetivo, respondió: «Por medio del terror».78​ Cabrinović, sin embargo, declaró que las convicciones políticas que lo motivaron a matar a Francisco Fernando eran las mismas defendidas en medios serbios.
El tribunal no creyó en las historias de los reos, alegando que pretendían eximir a Serbia de la culpa.79​ El veredicto fue: «El tribunal considera probado por las pruebas que tanto la Narodna Odbrana como ciertos círculos militares del Reino de Serbia responsables de los servicios de espionaje, colaboraron con la conspiración».

Según la ley austrohúngara, los detenidos con edad inferior a 20 años en el momento del delito podían ser condenados a una pena máxima de 20 años de cárcel. A pesar de que hubo dudas sobre la edad real de Princip, el tribunal determinó que tenía menos de 20 años en el momento del asesinato. Como Bosnia y Herzegovina no pertenecían formalmente al Imperio austrohúngaro, el gobernador bosnio —y ministro de Finanzas austriaco— Leon Biliński pidió clemencia a Francisco José I para los condenados a muerte. El emperador atendió a dos de las peticiones.​ Las sentencias fueron las siguientes:


NombreSentencia
Gavrilo Princip20 años de cárcel.
Nedjelko Čabrinović20 años de cárcel.
Trifko Trifun Grabež20 años de cárcel.
Vaso Čubrilović16 años de cárcel.
Cvjetko Popović13 años de cárcel.
Lazar Djukić10 años de cárcel.
Danilo IlićMuerte por ahorcamiento
 (ejecutado el 3 de febrero de 1915).
Veljko ČubrilovićMuerte por ahorcamiento
(ejecutado el 3 de febrero de 1915).
Nedjo KerovićMuerte por ahorcamiento,
 conmutada por 20 años de cárcel
por el emperador Francisco José I
Mihaijlo JovanovićMuerte por ahorcamiento
 (ejecutado el 3 de febrero de 1915).
Jakov MilovićMuerte por ahorcamiento,
 conmutada por 20 años de cárcel
por el emperador Francisco José I.
Mitar KerovićCadena perpetua.
Ivo Kranjcević10 años de cárcel.
Branko Zagorac3 años de cárcel.
Marko Perin3 años de cárcel.
Cvijan Stjepanović7 años de cárcel.
Otros 9 detenidosAbsueltos.
Durante el juicio, Čabrinović expresó su arrepentimiento por los asesinatos. Tras la condena, recibió una carta de perdón de los tres huérfanos de Francisco Fernando y Sofía.​ Čabrinović y Princip murieron de tuberculosis en la cárcel.


Gavrilo Princip; Obljaj, Bosnia-Herzegovina; 13 de juliojul./ 25 de julio de 1894greg.-Terezin, Bohemia; 28 de abril de 1918) fue un nacionalista serbo-bosnio que asesinó al heredero a la corona del Imperio austrohúngaro, el archiduque Francisco Fernando, y a su esposa, la duquesa de Hohenberg Sofía Chotek, el 28 de junionota 1​ de 1914 en Sarajevo, la capital de la provincia austrohúngara de Bosnia-Herzegovina.
Princip pertenecía a un movimiento juvenil separatista de ideales yugoslavistas de corte anarquista conocido como Joven Bosnia que luchaba por la liberación de Bosnia y Herzegovina del dominio austrohúngaro y su integración a Serbia para la creación de un estado nacional yugoslavo.​ Pero lo que sería realmente trascendental era que, según Austria-Hungría, el comando terrorista, dentro del cual había actuado, estaba al servicio de ciertos grupos radicales en Belgrado.
 Posteriormente se señaló a la Mano Negra, una sociedad secreta serbia también llamada Unificación o Muerte, y a su líder, el coronel Apis, jefe del servicio de inteligencia serbia, como responsables directos del atentado, pese al esfuerzo que hicieron todos los implicados llevados a juicio por convencer a las autoridades austrohúngaras de haber actuado por iniciativa propia y pese a la falta de pruebas concluyentes. Ya que con ello Austria-Hungría tenía el pretexto que buscaba para iniciar las hostilidades contra Serbia que, como parte de su política de expansión hacia los Balcanes, había estado esperando. Con ello empieza la invasión Austro-húngara sobre Serbia.
Pero ninguna de estas naciones iría sola a la guerra. De modo que, el magnicidio protagonizado por Princip, se convertiría en el desencadenante que las grandes potencias europeas, aliadas en dos bandos distintos, esperaban para poder enfrentarse entre sí y cambiar el juego de poderes en los distintos frentes en que se desarrollaría lo que sería la mayor guerra jamás vista hasta entonces en la historia de la humanidad: la Primera Guerra Mundial (1914-1918)
Gavrilo Princip fue condenado por el atentado a veinte años de prisión en la fortaleza de Terezin (actualmente República Checa) donde murió de tisis, víctima de toda clase de tormentos, el 28 de abril de 1918.
Al terminar la guerra, en Yugoslavia, fue considerado un héroe nacional, motivo por el que fue objeto de honras. Sus restos fueron exhumados junto con el de sus compañeros en 1920 y trasladados al cementerio ortodoxo de San Miguel en Sarajevo. En el lugar, actualmente hay una capilla en honor a él y a los demás jóvenes de la Joven Bosnia que participaron en el atentado de Sarajevo.

La evaluación histórica de Gavrilo Princip es un asunto polémico, pues mientras que en la historiografía serbia es descrito como un héroe nacional, en la austríaca y principalmente en la anglo-estadounidense, como un terrorista que causó uno de los conflictos bélicos más terribles de la historia. En Bosnia, su país de origen, la opinión en torno a su figura está dividida en la actualidad.

Nedeljko Čabrinović 

(2 de febrero de 1895 - 20 de enero de 1916) fue un joven serbobosnio miembro del movimiento pro-yugoslavo Joven Bosnia y uno de los siete jóvenes de una sociedad secreta conocida como la Mano Negra que conspiró para asesinar al archiduque Francisco Fernando de Austria en su visita a Sarajevo el 28 de junio de 1914.
Nació en Sarajevo el 2 de febrero de 1895, durante el gobierno del Imperio austrohúngaro. Su padre era el dueño de una taberna que tenía nueve hijos de dos matrimonios. Nedeljko, era el mayor. El maltrato y el abuso físico de su padre hizo que abandonara el hogar y la escuela siendo un adolescente. Trabajó como cerrajero y hojalatero, para establecerse finalmente como trabajador en una imprenta. En 1912, tomó parte en una huelga de los trabajadores de la impresión por lo que fue perseguido políticamente y expulsado de Sarajevo. Vivió en Zagreb y Trieste y finalmente encontró un buen trabajo en una imprenta de Belgrado donde se familiarizó con la literatura anarquista.
Nedeljko Čabrinović, junto a un grupo de jóvenes (Cvjetko Popović, Muhamed Mehmedbašić, Trifko Grabež, Vaso Čubrilović y Gavrilo Princip), miembros de la organización secreta conocida como la Mano Negra, participó en el atentado contra Francisco Fernando de Austria. Čabrinović, enfermo de tuberculosis, sabia que no viviría mucho, por lo que estaba dispuesto a morir por la causa. Al paso de la comitiva, lanzó su granada al coche en el que viajaba el archiduque, pero el conductor se percató de ello y aceleró, la bomba tuvo un retraso de 10 segundos y explotó bajo la rueda de otro coche que venía en la comitiva hiriendo levemente a dos de sus ocupantes y a varios espectadores. Para evitar ser capturado vivo, tragó una capsula de cianuro y saltó a un río cercano para asegurar su muerte. El rio, solo tenía 10 centímetros de profundidad y la pastilla de cianuro había expirado. Fue detenido por la policía.
Čabrinović, confesó su culpabilidad, pero se creyó un héroe serbio y un verdadero anarquista. Al ser menor de edad, no fue condenado a muerte, fue condenado a 20 años de prisión. Murió de tuberculosis dos años después, el 20 de enero de 1916 en la prisión de Terezín, actual República Checa. Fue enterrado en secreto por funcionarios austrohúngaros en Sarajevo. Tras su arresto, su padre también acabó en la cárcel de Sarajevo. Fue encarcelado hasta el final de la guerra, donde murió.

Durante el juicio, Čabrinović, fue el único acusado que expresó remordimientos y se disculpó con los hijos del archiduque. Los hijos, la princesa Sofía, Maximiliano y Ernst, fueron informados y le escribieron una carta, en ella le decían que su conciencia podía estar en paz porque le perdonaban por su papel en el asesinato de sus padres. Sofía y Max la firmaron, pero Ernst, no lo hizo. La carta fue entregada personalmente a Čabrinović en su celda.

Trifun "Trifko" Grabež

 (28 de junio de 1895 - 21 de octubre de 1916) fue un serbobosnio miembro de la organización secreta Mano Negra, implicada en el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria.


Nació el 28 de junio de 1895 en Pale, una pequeña ciudad al este de Bosnia-Herzegovina. Su padre era un sacerdote serbio ortodoxo. A los 17 años fue expulsado de la escuela por golpear a uno de sus maestros. Abandonó su casa y se trasladó a Belgrado que era en ese momento una parte del Reino de Serbia. Allí continuó su educación y se unió a la sociedad secreta Mano Negra. Durante dos años se relacionó con otros jóvenes nacionalistas que deseaban una unión entre Bosnia-Herzegovina y Serbia.
Cuando en junio de 1914 se anunció la visita del archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero del trono austrohúngaro, a Sarajevo, el coronel Dragutin Dimitrijević, jefe del Departamento de Inteligencia del ejército serbio y jefe de la organización secreta Mano Negra, envió a seis jóvenes (Grabež, Nedeljko Čabrinović , Vaso Čubrilović , Cvjetko Popović , Muhamed Mehmedbašić y Gavrilo Princip) a Sarajevo para asesinarlo. A cada uno se le dio una pistola o una bomba y una cápsula de cianuro. Fueron instruidos para suicidarse después de cometer en atentado, para que no confesaran en caso de ser detenidos. Grabež, Nedjelko Čabrinović y Gavrilo Princip, tenían tuberculosis y sabían que no vivirían mucho y los otros odiaban al archiduque, por lo que estaban dispuestos a dar su vida por lo que creían una causa justa, que Bosnia-Herzegovina se independizara del Imperio Austrohúngaro.
El domingo 28 de junio Francisco Fernando y su esposa Sofía Chotek llegaron a Sarajevo. Una comitiva les estaba esperando para llevarlos al ayuntamiento para la recepción oficial. La comitiva formada por varios coches comenzó su recorrido, los coches iban descapotados para permitir a la multitud ver a sus ocupantes. Los siete miembros del comando están colocados a lo largo del recorrido. Durante el trayecto, Gavrilo Princip, logró matar al archiduque y su esposa. Grabež, que no llegó a usar sus armas, y sus compañeros, a excepción de Mehmedbašić que huyó a Serbia, fueron detenidos al momento por la policía. Acusados de traición y asesinato fueron condenados a veinte años de prisión, se libraron de la pena de muerte al ser menores de edad.

Trifko Grabež, murió de tuberculosis el 21 de octubre de 1916 a los 21 años en la prisión de Terezin.

Vaso Čubrilović


Vaso Čubrilović, nacido cerca de Sarajevo en 1897 y muerto en Belgrado en 1990, fue un controvertido político y escritor de Yugoslavia, que promovió la limpieza étnica de los pueblos no eslavos (principalmente albaneses, italianos y alemanes) de la nación balcánica de Yugoslavia.
Čubrilović participó – aún muchacho – en el asesinato del Príncipe heredero de Austria, Francisco Fernando de Austria, que desató la primera guerra mundial en 1914.
Liberado de prisión en 1918, empezó una carrera docente en varios lugares de la recién creada Yugoslavia, hasta ser profesor universitario en Belgrado.
Čubrilović, académico de Yugoslavia, ex consejero político del régimen monárquico, y después más de una vez ministro de Tito, llegó, ya en 1937, a plantear al Gobierno real de Stojadinovic una solución para destruir a los Albaneses de Kosovo: el traslado en masa – promocionado con métodos brutales – de todos los habitantes de Kosovo hacia las regiones afines por su religión (Albania y Turquía). Sucesivamente, durante la segunda guerra mundial, promocionó los mismos métodos brutales en contra de los Italianos en Istria y Dalmacia influenciando el dictador Josip Broz Tito a través de sus "Manuales".

Vaso Čubrilović participó activamente en la guerra partisana de Yugoslavia ocupada por los italianos y alemanes durante la segunda guerra mundial y fue amigo personal de Josip Broz Tito (que fue motivado por sus escritos hacia la "limpieza étnica" de las poblaciones italianas y alemanas de Yugoslavia).
Čubrilović escribió en 1944 un segundo memorando (titulado Manjinski problem u novoj Jugoslaviji) acerca de como resolver el problema de las minorías en Yugoslavia después de la victoria de los Aliados. Acerca de los italianos afirmó claramente que: "....Nosotros los Yugoslavos no tenemos ambiciones territoriales en Italia, aparte de Trieste, Gorizia y Dalmacia/Istria. Por consiguiente, según el derecho de los vencedores, tenemos que exigirle a los italianos que se tomen de regreso todos sus ciudadanos en Istria y Dalmacia..." Esta afirmación es considerada por historiadores italianos (como Praga y Ferretto Clementi) como el preludio al exilio de 350.000 Italianos de Istria y Dalmacia después de finalizada la guerra.

También cabe destacar que en este segundo Memorandum, Čubrilović escribió que:

"....Cuando volvamos a conquistar los territorios istriano-dálmatas, los tendremos que ocupar también étnicamente alejando de cualquier forma los italianos allí presentes desde el final de la primera guerra mundial..."

Este alejamiento forzado "de cualquier forma" es visto, por los Dálmatos Italianos exiliados (De Vidovich, Luxardo y otros), como un justificativo de la masacre de las Foibe en Istria y Dalmacia.
El historiador francés Michel Roux afirma que es similar la actitud yugoslava hacia los italianos en 1944 y hacia los albaneses en 1937, demostrando la enorme influencia de estos Manuales en el dictador Tito, que hizo ministro a su amigo/consejero Čubrilović en 1946.
La controversial personalidad de Čubrilović se manifestó también en las masacres del Genocidio en Bosnia durante los años 90, ya que fue consejero personal y amigo del líder eslavo Slobodan Milošević.​ La "Operación Horseshoe" (de la guerra en Bosnia de 1992) fue relacionada con el primer Memorandum de Čubrilović por los servicios de inteligencia austríacos.

Cvjetko Popović 

(Sarajevo 1896 - íbidem, 9 de junio de 1980) fue un serbiobosnio que estuvo involucrado en el asesinato en 1914 del archiduque Francisco Fernando de Austria y de su esposa la duquesa Sofía Chotek

Popović, nacido en lo que hoy es Bosnia-Herzegovina, era un joven estudiante de 18 años en Sarajevo cuando fue reclutado por Danilo Ilić (dirigente de la Mano Negra) para participar en el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria.
Su amigo Vaso Čubrilović y el hermano mayor de este, ya formaban parte de la trama. Popović, recibió una pistola y una bomba, pero en el momento del atentado no actuó y escondió la bomba y la pistola en el sótano de una casa cercana. Fue detenido nueve días después de los asesinatos. En octubre de 1914 fue juzgado junto a sus compañeros, fue declarado culpable de traición.
Al tener menos de 20 años no le fue aplicada la pena de muerte. Recibió una condena de 13 años. Al acabar la guerra con la derrota de las potencias centrales por los aliados, el gobierno austriaco lo puso en libertad, cumplió 4 años de su sentencia.
Después de la salida de prisión al final de la I Guerra Mundial, Popović volvió para enseñar como Catedrático de Filosofía y finalmente llegó a ser el conservador del departamento etnográfico del Museo de Sarajevo.
En 1964, la noche anterior al 50 aniversario del asesinato del archiduque, Popović acudió a una conferencia sobre el atentado, pero no fue a ninguno de los eventos programados en la ciudad para conmemorar el aniversario. Se presume que dijo que si hubiese sabido que el acto iba a provocar la guerra, no habría tomado parte en el atentado. En 1969, en el 55 aniversario del atentado, Popović, con 73 años, concedió una entrevista recordando el asesinato.
Cvjetko Popović, murió en Sarajevo el 9 de junio de 1980, a la edad de 84 años.

LAZAR DJUKIC.- 

Era un estudiante al que Ilic intentó fichar para participar en el célebre atentado. No aceptó esa oferta, sin embargo, le presentó a otros estudiantes, que sí estuvieron interesados en la misma.

Tras el juicio, fue condenado a 10 años de cárcel, muriendo en Praga en 1917. Sus restos, probablemente, fueron arrojados a una fosa común y nunca fueron encontrados.


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