La herencia del rey Alfonso XIII (Corte española ).-a

Soledad  Garcia  Nannig; Maria Veronica Rossi Valenzuela; Francia Vera Valdes

"Es curioso  los Borbones,  es la única dinastía destronada  tres veces en doscientos años, y las tres veces recuperaron la corona." Introducción  Informe de 1948 de la CIA sobre  la fortuna personal del jefe de la casa real española, conde de Barcelona, entonces en el exilio de Estoril (Portugal). Se explica que rey  Alfonso XIII (que murió en 1941) dejó sus propiedades a su heredero don Juan, pero estableciendo pensiones para sus otros hijos. La CIA señala que don Juan recibió como herencia unos 50 millones de pesetas de entonces, que había sido invertidos en Suiza en francos suizos y en dólares de Estados Unidos, lo que le daba mayor solvencia y seguridad. Además, los espías señalaban que el pretendiente a la Corona poseía en España diversas propiedades de la familia real. Y añade un dato curioso: una de esas inversiones “más rentables” estaba en el Metro de Madrid, de cuya propiedad tendría una parte acciones. Historia Y es que, según los datos que maneja el autor del libro "El patrimionio de borbones" de José María Zavala  , el monarca Alfonso XIII “vivió sus diez años de exilio a cuerpo de rey, nunca mejor dicho, gastando alrededor de 3 millones de euros anuales (500 millones de las antiguas pesetas) en viajes, hoteles, restaurantes de lujo, caprichos e incluso en las fastuosas bodas de sus tres hijos Conde don Juan, Infantes Jaime y Cristina de Borbón. Zavala comenta que "rey Alfonso XIII de España fue el primer rey de españa, considerado como un gran ‘hombre de negocios’, que invirtió con acierto en decenas de empresas de diversos sectores, desde el automóvil hasta el cine o las infraestructuras; además de, por supuesto, en la Bolsa”.   Hay quien alega que Alfonso XIII había llevado una vida austera y sin grandes lujos. A este respecto, después de investigar en los archivos, Zavala asegura que el monarca “llegó a manejar una fortuna de 144 millones de euros”. Sin embargo, de esa fortuna, “al abandonar para siempre España, en abril de 1931, conservaba un tercio de la misma -48 millones de euros- en bancos de París y Londres, sobre todo”. Tras una vida repartida entre España y el exilio, “a su muerte, en 1941, el principal beneficiado por su testamento fue su hijo don Juan de Borbón, en detrimento de sus hermanos Jaime, Beatriz y Cristina”. Sobre su pasión náutica, que tanto Don Juan como el Rey Juan Carlos han heredado, el autor hace en su obra un repaso de los barcos que llevaron su impronta, como los yates Hispanias, el primero de los cuales costó entonces una fortuna: 86.021 pesetas, un precio que equiparado a la actualidad serían algo así como 330.000 euros (55 millones de pesetas) o el trasatlántico Alfonso XIII, un auténtico palacio flotante que acabaría convertido, con el paso de los años en un pesquero que la compañía Pescanova utilizó para sus labores comerciales. LA FORTUNA DE ALFONSO XIII Nota publicada por el Ministerio de Hacienda, del Gobierno provisional de la República, el 21 de mayo de 1931, sobre la fortuna del rey Alfonso de Borbón: El examen de los datos que obran en la Intendencia general de la que fue Real Casa, referentes a la fortuna privada de don Alfonso de Borbón y de su familia, ofrece dificultades a causa de que la contabilidad en libros oficiales alcanza solamente al 31 de diciembre de 1921. Desde tan remota fecha hasta el presente sólo existen en borradores los correspondientes asientos, de los que se obtenían resúmenes también provisionales de la situación de las respectivas fortunas a fin de cada año. De los formulados el 31 de diciembre de 1929 proceden las interesantes cifras que el Gobierno somete al conocimiento de la opinión pública. La fortuna del rey en la mencionada fecha se valora en 26.188.850,27 pesetas, a saber: en metálico, 859.664,42 pesetas; en inmuebles, 788.505,63 pesetas, y en valores 24.546.680,22 pesetas. De esta última cifra corresponden 14.338.255,23 pesetas a valores extranjeros que se hallan depositados en diferentes bancos de Francia, Inglaterra, Holanda y Suiza. Descuellan entre dichos valores los siguientes: Empréstito Argentino (varias emisiones), 860.432,71 pesetas; Banco Hipotecario Argentino, 2.968.879,40 pesetas; Shell Transport Co. (petrolíferas), 1.953.404,14; Union Pacific (ferrocarriles norteamericanos), 1.121.218,20; The Río Tinto Mines, 705.292,91; Wagons Lits, 671.760,15 pesetas. Entre los valores nacionales reflejados en la contabilidad, que sólo representan un 40 por ciento de la total cartera, son escasos los del Estado y otros de carácter público como demuestran las correspondientes cifras: Empréstito Villa de Madrid 1918, 17.005 pesetas; acciones Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos, 96.000; Deuda amortizable 5 por ciento, 386.160; bonos oro de Tesorería, 504.000. Total, 1.003.165 pesetas. El resto de los valores nacionales pertenecen a diversas sociedades y explotaciones, y se evalúan en unos nueve millones de pesetas, existiendo indicios de otros no valorados, cuya entrada en contabilidad se refleja directa o indirectamente, y entre los que la determinación de su procedencia resulta oscura y sospechosa. Trátase de acciones de compañías en estrecha relación con el Estado. Ha de observare que, referidas las anteriores valoraciones al 31 de diciembre de 1929, se producirá un sensible aumento al reflejarla en la época actual, debido a la gran masa de valores extranjeros, cuyo nominal lo constituyen libras, francos, dólares, etc., pues su cotización en la actualidad supera aproximadamente en un 60 por ciento a la que sirvió entonces de base para las valoraciones efectuadas. Entre los inmuebles figura valorado el palacio de la Magdalena con 74.649,45 pesetas, cifra a todas luces exigua en comparación con su valor real. El caudal privado de doña Victoria Eugenia se valoraba en la ya citada fecha en 2.372.972,82 pesetas, de las cuales las dos terceras partes fueron invertidas en valores extranjeros. La fortuna personal del primogénito de los  reyes ascendía a 12.988.672 pesetas, de las que 3.360.153,09 pesetas se hallaban invertidas en valores y cuentas en moneda extranjera. Los de los restantes hijos eran: 2.498.214,05 pesetas la de don Jaime; 2.289.610,24 la de doña Beatriz; 1.707.586,12 la de doña Cristina; 1.481.240,70 la de don Juan, y 1.269.379,72 la de don Gonzalo. Resta todavía una importante partida, que es la representada por el capital privado de la difunta reina doña María Cristina, que en 31 de diciembre de 1928, año anterior al de su fallecimiento, representaba un total de 34.197.665,72 pesetas, sin que conste reflejada en la contabilidad de la Intendencia la distribución de dicho caudal, que, como es natural, habrá acrecido en gran parte la fortuna de sus descendientes. Esta suma se descompone así: metálico, 1.695.843,08 pesetas; inmuebles, 4.727.616,75 pesetas (entre ellas el palacio de Miramar, valorado en pesetas 3.548.378,12); valores extranjeros, 20.273.920,95, y valores nacionales, 7.500.284 pesetas. En resumen, que la fortuna de la ex real familia, con arreglo a las valoraciones de finales del año 1929, representaba: en metálico, 3.862.674 pesetas; en inmuebles, 5.516.122,38 pesetas; en valores nacionales y extranjeros, 75.595.385,12 pesetas; o sea un total de 84.974.171,78 pesetas, cifra que, como antes se dice, ha de experimentar un considerable aumento si se valorasen debidamente los inmuebles y se justipreciaran con arreglo a la actual cotización los valores representativos de moneda extranjera en que se halla invertida gran parte de la fortuna y si, además, se tiene presente que en las cuentas no figuran nunca las alhajas propiedad de los distintos miembros de la familia.

Alfonso XIII, hombre de negocios.

la aristocracia financiera y la modernización económica 1902-1931

Autores: Guillermo Gortázar

Directores de la Tesis: Antonio Fernández García (dir. tes.)

Lectura: En la Universidad Complutense de Madrid ( España ) en 1986

Idioma: español

Tribunal Calificador de la Tesis: José María Jover Zamora (presid.), Ángel Bahamonde Magro (secret.), Carlos Seco Serrano (voc.), Juan Pablo Fusi Aizpurua (voc.), Gabriel Tortella (voc.)

Libro 

Madrid, Alianza Editorial, 1986, 325 pp. Ilustrado con fotografías, facsímiles y grabados, plena página. Rústica ilustrada original de editor con solapas. Extenso índice cuyos capítulos y subcapítulos son: Alfonso XIII Hombre de Negocios: La contabilidad general del Patrimonio Real y del caudal privado. Las inversiones industriales y financieras de Alfonso XIII. Sector de turismo, espectáculos e inmobiliario. Sector de manufacturas industriales. El sector del transporte y la energía. El sector de transformación. Las actividades empresariales del rey ante la opinión pública. Persistencia del antiguo régimen, modernización económica y crisis pólítica: La modernización económica de España, 1900-1931. La aristocracia financiera y el mundo de los negocios. Conclusión. Apéndice. Fuentes y bibliografía. Fuentes documentales. Índices de gráficos y cuadros. Índice onomástico. Estado muy bueno. 4to. N° de ref. de la librería 77058

Resumen

En esta tesis el autor examina y analiza la actividad empresarial privada de Alfonso XIII durante su reinado entre 1902 y 1931. El entorno social de aquellas actividades privadas ofrecen un panorama de gran interés en lo que se refiere al protagonismo en la iniciativa empresarial tanto por parte de la nobleza de cuna o nobleza antigua como por parte de la nueva nobleza. En un contexto de indudable crecimiento económico e incluso modernización, el Rey y la nobleza actuaron como impulsores de profundos cambios económicos y sociales. Sin embargo, en lo que se refiere a una adecuación o reforma del sistema político se comportaron con las mismas actitudes modernizadoras.

Corte Real de España