Guerra germano soviética.-a
Antecedente
Siguiendo los principios establecidos en Mein Kampf, el gobierno nazi planeaba ocupar el este de Europa ya que el pueblo alemán necesitaba el Lebensraum o espacio vital para progresar. Hitler planeaba expulsar a la población de la Unión Soviética más allá de los Montes Urales, según él su región natural, y la población que quedase moriría por inanición, generando un superávit de producción de alimentos que estaría destinado a Alemania. Además, debido a que en Alemania existía escasez de mano de obra por la movilización del ejército, los rusos que sobrevivieran se convertirían en una especie de clase obrera esclava. Los campos agrícolas de Ucrania y los pozos petroleros del Cáucaso suministrarían al Tercer Reich todo el alimento y el combustible para su expansión. Además, al caer la Unión Soviética, Reino Unido quedaría completamente aislada en Europa, siendo obligada a firmar un armisticio.
La debilidad del ejército soviético jamás fue puesta en duda por Hitler. Éste comentó: "Sólo debemos patear la puerta y toda la podrida estructura se vendrá abajo". Al haber ocupado Francia, Noruega, Yugoslavia, Holanda, Bélgica, Dinamarca y Grecia y expulsado a los ingleses de Europa en menos de un año, pocas personas pusieron en duda de que Alemania podría derrotar a la Unión Soviética.
La Operación Barbarroja, planeada inicialmente para el 13 de mayo, contaba con tres millones de hombres, divididos en tres grupos: Norte (Wilhelm Ritter von Leeb), Centro (Fedor von Bock) y Sur (Gerd von Rundstedt). En total, 3.5 millones de soldados alemanes más 600.000 soldados aliados, en total 4.100.000 soldados aglutinados en 225 divisiones con 600.000 vehículos, 750.000 caballos, 4300 blindados, 7184 cañones y 4000 aviones de la Luftwaffe junto con 19.000 trenes. El Grupo de Ejércitos Centro llevaría la mayor cantidad de tanques y debería atravesar Bielorrusia e ir directo sobre Moscú. El Grupo Norte debería ocupar Leningrado con la ayuda de las tropas finlandesas para luego ir en ayuda del Grupo Centro. Mientras tanto el Grupo Sur atravesaría la poblada Ucrania, para luego dirigirse al Volga y de ahí al Cáucaso, rico en petróleo. El avance alemán de esta operación debería llegar hasta la llamada línea AA, que iba desde Arjángelsk hasta Astraján.
Por su parte, para el 1 de junio de 1941, el Ejército Rojo contaba en los sectores militares occidentales con un total de 36 divisiones acorazadas, 18 motorizadas, 7 de caballería y 88 de cazadores. La Gran Purga efectuada en el Ejército Rojo agravó mucho la situación, (más del 80% de la oficialidad fue eliminada) Stalin acabó con tres de sus cinco mariscales, trece de sus quince jefes de Ejército, más de la mitad de los generales de división y casi idéntica proporción de los de brigada. Además, la Unión Soviética sufría una gran desorganización de los mandos en ese momento y en la fase inicial tenía una alta concentración de efectivos en la frontera; y peor aún, durante una semana imperó la orden de no provocación dada a la oficialidad soviética en la frontera.
Operación Barbarroja
El 22 de junio inició la invasión, la mayor operación terrestre de la historia, encontrando al Ejército Rojo completamente desprevenido. Stalin, que se hallaba de vacaciones, ordenó no contraatacar durante el primer día, con la ingenua esperanza de que todo fuera un error, o de que por lo menos todavía se pudiera encontrar una solución con el diálogo. Gran parte de la fuerza aérea soviética ubicada cerca de las fronteras fue destruida por la Luftwaffe durante el primer y segundo días de lucha, ya que se trazó un plan en el que varias escuadrillas de tres bombarderos cada una se internarían en territorio soviético abarcando un radio de 300 kilómetros volando casi a ras del suelo y sin cruzar ciudades para dirigirse contra los principales aeródromos de la URSS. En estos dos días se abatieron cerca de 2.500 aviones soviéticos, en el aire y sobre todo en sus aeropuertos. La orden de ubicar los aviones tan cerca de Alemania había sido dada hacía poco por Lavrenti Beria, y fue una de las muchas causas que llevaron a su ejecución años después.
Una vez que quedó claro que Hitler había decidido por fin atacar a Unión Soviética, se dictaron órdenes que revelaban la inmadurez estratégica y desconcierto del Alto Mando Soviético, la STAVKA. A las sorprendidas unidades soviéticas se les ordenó que no retrocedieran; al contrario, debían avanzar y llevar el combate a territorio enemigo. Las unidades alemanas debían de ser "cercadas y aniquiladas". Fruto de esta orden, las divisiones acorazadas soviéticas de la segunda línea defensiva, que debían haber sido mantenidas cuidadosamente como reserva, fueron lanzadas de forma prematura a la batalla. El 24 de junio, en varios lugares, los alemanes se habían adentrado más de 150 kilómetros en territorio soviético y las órdenes fatales habían permitido que los nazis cercasen a fuerzas soviéticas en número considerable.
Molestos por los resultados de la guerra de Invierno, los finlandeses se unieron a Alemania, y apoyadas por las fuerzas de este país, las divisiones finesas avanzaron hasta el lago Ládoga, cuyas costas habían perdido en 1940, y no se detuvieron hasta llegar al istmo de Carelia. Sin embargo, el gobierno finés se negó a seguir adelante, a pesar de que Alemania le presionaba para que participara en el asalto a Leningrado.
En un mes, el Báltico y Bielorrusia estaban en manos alemanas. Hitler envió los tanques al Norte y al Sur, para terminar de tomar Leningrado y Ucrania, a pesar de que sus generales le aconsejaban enviar la ofensiva directamente contra Moscú, que se encontraba a sólo 400 kilómetros.
En septiembre de 1941 Kiev cayó y 665.000 soldados soviéticos fueron atrapados, y luego en Viazma otros 600.000 soviéticos también fueron aislados (ver Primera Batalla de Kiev y Bolsa de Viazma). En esos momentos las pérdidas soviéticas eran enormes, cuando más de 2.000.000 de soldados habían perdido la vida, se encontraban heridos o prisioneros. Cualquier otra nación habría solicitado la rendición estando en esas condiciones ya que la guerra parecía perdida para los soviéticos. Pero esta guerra era una lucha de subsistencia, y Stalin, recuperándose de su estado de estupefacción, se entregó de lleno a organizar los altos mandos para contener a los alemanes. En las reuniones, Stalin dejaba la iniciativa a los militares veteranos y les daba plena flexibilidad en sus propuestas, a diferencia de Hitler que al avanzar el tiempo se empeñó en ejercer el control total y absoluto de sus fuerzas.
Además ante la imposibilidad del Grupo de Ejércitos Norte de tomar Leningrado, se empezó a sitiarla. En 900 días de asedio, desaparecieron perros, gatos, ratas y palomas consumidos por sus desesperados habitantes. Lentamente un millón de personas murieron por el hambre, el frío y los bombardeos. Hubo muchos casos de canibalismo.
Durante este tiempo, los soviéticos aprovecharon para enviar toda su industria a la retaguardia, moviendo a miles de obreros de un lugar a otro. Aunque existieron graves problemas de organización, la operación cumplió su objetivo y pronto las industrias pesadas de Unión Soviética estaban funcionando de nuevo en los Urales.
El 6 de septiembre por fin Hitler permitió la toma de Moscú. Sin embargo las fuerzas alemanas habían tenido un 10% de bajas hasta este momento, lo que significaba que 200.000 soldados del Reich estaban fuera de combate, y además el cruel invierno ruso ya estaba cerca. Debido a la extensión del frente, la reagrupación de los tanques del Grupo de Ejércitos Centro tardó un mes completo, restándole días a la campaña contra Moscú debido a la proximidad de diciembre. Sin embargo, el Alto Mando alemán estaba confiado, ya que según sus cálculos los soviéticos contaban con 60 divisiones, aunque en realidad pasaban de 200.
Estabilización del Frente Oriental
La Operación Tifón, como se llamó a la ofensiva contra la capital soviética, usaba de nuevo la Blitzkrieg, sin embargo, en este caso las condiciones del terreno no eran las más adecuadas para este tipo de combate. Las pésimas condiciones de las carreteras soviéticas, por las tempranas lluvias de octubre, demoraban el avance de los tanques y hacían muy difíciles de cruzar los campos, incluso en caballos. A 160 kilómetros de Moscú, la lluvia paró, pero empezaron las nevadas, que comenzaron a causar bajas entre los alemanes. El OKW había esperado una victoria rápida y no había abrigado lo suficiente a sus soldados. En Smolensko, el Ejército Centro encontró una feroz resistencia que hizo atrasar el avance a Moscú. Este retraso unido a la falta de suministros atrasó en varias semanas a los alemanes. El invierno más crudo del siglo estaba por iniciarse y también la batalla de Moscú. Los partisanos atacaban la retaguardia y las líneas de suministros alemanas, y la aviación rusa bombardeaba de noche las pistas enemigas. Una de las cosas que más llamaba la atención a los alemanes era la tremenda capacidad de resistencia del ejército soviético.
Ante los iniciales éxitos alemanes, el espía Richard Sorge avisó a Stalin de que Japón no pensaba atacar a la Unión Soviética, y éste decidió traer las divisiones que estaban en la frontera con Mongolia.12 Además, Stalin nombró a Georgi Zhúkov comandante en jefe del Ejército Rojo, a pesar de que hace poco lo había exiliado.
El 15 de noviembre se inició una campaña contra Moscú, intentando rodearla. El 21 de noviembre, el Cuarto Ejército Panzer llegó a 30 kilómetros de su objetivo, pero se detuvo en Jimki. Al mismo tiempo, el Segundo Ejército Panzer fracasó en su intento de tomar Tula, la única población que se interponía entre ellos y la capital soviética. Para finales de noviembre, los generales alemanes reconocieron que la resistencia moscovita y el rigor del invierno iban a hacer imposible la toma de Moscú ese año. Un contraataque soviético organizado por Zhúkov dejó mal parados a los alemanes, y por primera vez los generales de los tres grupos sugirieron una retirada. Hitler inmediatamente los cesó del mando.
El 8 de diciembre, uno de los peores inviernos (-20 a -50 °C) en la historia de Rusia convenció a Hitler para que suspendiera las operaciones militares hasta 1942.
Mientras el avance se estancaba en el Norte, en el Sur se realizó un progreso imprevisto. Después de ganar la batalla de Vorónezh, el Grupo de Ejércitos Sur siguió los ríos Don y Volga hacia el Sur. Si bien el plan original indicaba que debía primero asegurarse estos ríos antes de ir hacia el Cáucaso, donde estaban los campos de petróleo, Hitler ordenó que se dividieran las fuerzas y se tomaran ambos objetivos al mismo tiempo. De esta manera, el VI Ejército alemán fue solo a Stalingrado, mientras que el IV Ejército Panzer que debía ayudarlo se atrasó un poco porque debía asegurar el cruce de las tropas al Cáucaso por el Don. Cuando el IV Ejército Panzer llegó a Stalingrado, la resistencia soviética se había endurecido demasiado.
En junio de 1942 Sebastopol cayó en manos alemanes, además el avance alemán en el Cáucaso llegó a su punto máximo el 18 de noviembre, sin embargo, la extensión del avance con los flancos descubiertos, obligó a los Panzer a retirarse cuando fueron atacados por los soviéticos. En este punto, la artillería, los tanques (el famoso T-34) y los aviones (Shturmovik) rusos empezaron a sobrepasar en número, y luego en calidad a los carros de combate y artillería alemanes, tal cual lo había predicho Heinz Guderian en su libro Achtung Panzer. Al parecer Hitler ignoraba las cifras reales y las dimensiones bélicas enemigas, hechos que se revelaron sobre sus mapas durante la ofensiva de 1942.
En este punto la invasión alemana llegó a su máxima extensión: dentro de poco, el Ejército Rojo no solo alcanzaría las fuerzas necesarias para frenar a la Wehrmacht, sino también para enviarla de vuelta a Alemania.
Punto de Inflexión
La guerra de Alemania con la Unión Soviética adquirió caracteres únicos. Las penurias impuestas tanto por la guerra como por las condiciones ambientales sobrepasaron en muchas oportunidades la capacidad de sufrimiento del ser humano. El hambre, el frío extremo, la vastedad del paisaje, el polvo y los lodazales, los partisanos, la falta de misericordia y la crueldad hacia el enemigo fueron de características únicas en este escenario.
Hitler emitiría la siguiente directiva Kommissar Befehl, que era la orden de asesinar a todos los comisarios políticos prisioneros capturados, sin previo juicio y sumariamente. Esta medida fue contraproducente, ya que alentó a la más dura de las resistencias, ya que dispuestos a no dejarse coger con vida, los comisarios políticos estimularon la resistencia a ultranza de oficiales y soldados.
Los nacionalistas ucranianos y de los países bálticos acogieron al principio a los alemanes como libertadores del yugo ruso. Pero cuando comprobaron que los nazis los trataban como a una raza inferior, la invasión perdió rápidamente este apoyo local. En cambio Stalin hizo resucitar todos los viejos mitos patrióticos y nacionalistas, superados por la revolución, para impulsar la resistencia popular. La prensa soviética bautizó la guerra como "La Gran Guerra Patria" y una nueva revista llamada "Eslavos" fue hecha circular, en un intento de unificar a todos los países eslavos contra Alemania. Esta publicación se llegó a distribuir hasta en Sudamérica.
Una situación que sorprendió a los alemanes fue el uso de perros como elementos antitanques. Estos perros eran entrenados para situarse bajo un tanque por instinto pavloviano, pues se los había entrenado colocando comida debajo de los tanques. El cánido portaba una bomba en las grupas que era accionada por una asa perpendicular que se doblaba al meterse el perro bajo el tanque y causaba la explosión del dispositivo.
Pronto los soviéticos, más aún los de las regiones de Crimea, Lituania y Ucrania comprendieron que la intención alemana era su exterminio, ya que los oficiales hacían la vista gorda con los robos a las granjas y las violaciones de las mujeres. Las matanzas de Kiev, Smolensko y otros lugares por los batallones de la muerte, los Einsatzgruppen a cargo de las SS, despejaron todas las dudas acerca del destino que los esperaba. En este punto, tantos los militares como los civiles se empezaron a defender hasta la muerte, con un empecinamiento y un espíritu de lucha que sorprendió a los alemanes. Por primera vez en la historia, los alemanes observaron soldados mujeres entre los cadáveres de los puestos defensivos destruidos. Asimismo el papel de apoyo que prestó la mujer al soldado combatiente fue vital para mantener la moral combativa de los hombres, ya fuera sirviendo como oficiales de enlace, radiotelefonistas, o bien a cargo de emplazamientos artilleros o como brigadistas de tanques.
Por otro lado, las actividades de los partisanos hacían que para los alemanes, el internarse en un bosque o servir de enlace, equivaliera a un pase a la muerte. Durante la batalla de Moscú, la actividad partisana al este de Smolensko mantuvo en jaque durante semanas a los ejércitos del Reich. A pesar de que algunos soldados soviéticos se pasaban al lado alemán (se los denominó hiwis, incluso se formaron batallones cosacos con uniforme alemán), el Ejército Rojo logró un sorprendente grado de recuperación muy superior al alemán. Este mecanismo sinérgico se debía, en parte, a la ayuda aliada a la Unión Soviética, de acuerdo a la Ley de Préstamo y Arriendo de 1941, que facilitó a Gran Bretaña y otros aliados grandes cantidades de material de guerra, como equipos, tanques y aviones estadounidenses. La determinación de defender el suelo patrio, y el ser conocedores de la más que probable suerte que los esperaría a manos alemanas fueron fundamentales para mantener motivado al Ejército Rojo y al pueblo soviético. La aparición de grandes tanques soviéticos como el KV-1 y el T-34, de diseño y blindaje superior a los Panzer IV de los alemanes fue una de las bazas de la resistencia soviética.
Desastre alemán en Stalingrado
Durante la batalla de Stalingrado, (de agosto de 1942 a enero de 1943), el ejército alemán luchó encarnizadamente por conquistarla. La ciudad fue bombardeada hasta quedar convertida en ruinas, pero esto la convirtió en un terreno ideal para los francotiradores. El 6.º Ejército alemán ocupó las principales áreas de la ciudad hasta llegar a los límites del río Volga, pero esto no disminuyó la intensidad de la lucha. La batalla se transformó en una pelea cuerpo a cuerpo para controlar cada uno de los edificios de la ciudad, que cambiaban de manos constantemente. El 28 de julio del 1942, en medio de los más duros combates en el frente del sur, Stalin firmó su famosa orden №227 “Sobre la prohibición de la retirada de las posiciones ocupadas sin previa orden o medidas tomadas para su mantenimiento”, conocida también como la orden «Ni un paso atrás» . Este documento sirvió como medida de fuerza en un momento en que decaía la disciplina en las tropas y crecían los rumores de la decadencia del ejército soviético. En ella se apuntaba: “… Nuestros medios son ilimitados. El territorio de la Unión Soviética no es el desierto, las personas son obreros, campesinos, intelectuales, nuestros padres, madres, mujeres, hermanos, niños… Nuestro frente recibe cada vez más y más aviones, tanques, artillería, lanzaminas. ¿Qué nos falta? Nos falta el orden y la disciplina. Si queremos salvar la posición y defender a nuestra Patria, debemos establecer una disciplina férrea.” Así, se estableció una disciplina de hierro: la retirada sin previa orden se equiparó a la traición a la Patria. Las consecuencias de tal normativa fueron unívocas y hasta ahora no han sido estudiadas, pero produjo el efecto tan necesario de movilizar al decaído ejército.
El 19 de noviembre se desató la Operación Urano. Los soviéticos habían estado colocando tropas en ambos lados de Stalingrado, formando una pinza alrededor de la ciudad. El 23 de noviembre esa pinza se cerró sobre Stalingrado, atrapando a trescientos mil soldados del Reich. Al mismo tiempo, la Operación Marte intentó atrapar a más soldados alemanes en Smolensk, pero fracasó.
La OKW empezó entonces a enviar tropas desesperadamente contra Stalingrado, en un intento de liberar al 6.º Ejército cercado. El 12 de diciembre tres divisiones panzer intentaron acercarse a la ciudad en la llamada Operación Wintergewitter (en alemán, Tormenta de Invierno), pero se detuvieron a sesenta y cinco kilómetros de su objetivo. En aquel momento, los soldados alemanes atrapados estaban en condiciones demasiado severas, sin abrigo y comida, como para esperar un intento de ruptura desde adentro.
El 31 de enero de 1943, noventa mil soldados alemanes supervivientes de Stalingrado se rindieron a la Unión Soviética. Además, el 2.º Ejército húngaro fue barrido también.
Stalingrado marcó varios hitos: la primera derrota alemana importante en la guerra, el punto de mayor avance en la Unión Soviética y la batalla más sangrienta de la Historia, además Friedrich Paulus fue capturado, siendo el primer mariscal de campo alemán en ser capturado vivo en la historia. Todos los historiadores están de acuerdo de que aunque todavía quedaban por delante más de dos años de guerra, Alemania empezó a perderla en Stalingrado. Stalin diría para esa fecha: «Sorge salvó a la Unión Soviética», ya que los informes que suministró a Stalin, fueron valiosísimos para la retirada de fuerzas siberianas desde los fronteras orientales para destinarlas a Moscú y Stalingrado. Estas tropas combatieron bien en ambientes extremos. La Abwehr alemana descubrió las actividades de espionaje de Sorge y fue detenido por la Kenpeitai (el equivalente japonés de la Gestapo). A pesar de las negociaciones de Stalin, Sorge fue ejecutado en la horca el 7 de noviembre de 1944.
Los rusos avanzaron quinientos kilómetros más allá de Stalingrado, ocupando Kursk y Járkov. Sin embargo, el general Erich von Manstein lanzó una contraofensiva el 20 de febrero que les permitió recuperar Járkov. Este ataque de Von Manstein al sur de la ofensiva soviética dejó un saliente en el frente, cuyo centro estaba exactamente sobre Kursk.
Operación Ciudadela
Con esta situación en el frente, Hitler vio la oportunidad perfecta para emprender una ofensiva que le permitiría a Alemania retomar la iniciativa en la guerra. Atacar en Kursk era una jugada peligrosa, sus generales le recomendaron a Hitler que no atacara, sino que de ahora en adelante Alemania debería luchar a la defensiva. Hitler los ignoró y empezó a mover tropas de otros frentes hacia el saliente de Kursk, con el objetivo de atrapar a los soldados enemigos que se encontraban allí. Secretamente, Zhúkov empezó a mover tropas para fortalecer el saliente, después de que la inteligencia de su país le informara de los planes alemanes.
El ataque sobre el saliente de Kursk fue llamada Operación Ciudadela, aunque hoy en día se conoce como la batalla de Kursk. Los alemanes juntaron casi un millón de hombres para esta operación, así como 2.700 tanques y 10 mil cañones de artillería. Por su parte, los soviéticos casi llegaron al millón y medio, así como 3.600 tanques y el doble de cañones.
Todo estaba preparado para la mayor batalla de tanques de la historia, y Alemania debía derrotar completamente al Ejército Rojo, porque no contaba con las reservas para iniciar otra ofensiva. Hitler conocía la importancia de esta operación y por eso declaró:
Esta operación es de una importancia fundamental. Debe concluir con un rápido y decisivo éxito. Cada jefe y cada soldado habrán de ser debidamente preparados para que se den cuenta de la importancia decisiva de esta ofensiva. La victoria de Kursk será un faro que iluminará al mundo.
El ataque comenzó el 4 de julio. Por la tarde Junkers Ju 87 Stuka bombardearon en las líneas del norte, a la vez que se iniciaba el ataque de artillería. A las 22:30 los soviéticos replicaron con un bombardeo de la artillería que, ayudado por la lluvia torrencial, retardó el avance alemán.
El 5 de julio de 1943, los soviéticos, conociendo la hora exacta del ataque alemán, comenzaron un bombardeo masivo de la artillería sobre las líneas enemigas 10 minutos antes, seguido por un ataque masivo por parte de la aviación rusa contra la Luftwaffe en sus bases, en una tentativa de emular la táctica alemana de eliminar la aviación enemiga dentro de la primera hora de la batalla. Las horas siguientes se convirtieron en la mayor batalla aérea de la historia. El IX Ejército Panzer en el norte se encontró casi incapaz de moverse. A los pocos minutos de avanzar fue atrapado en los campos minados.
Después de que en una semana los alemanes hubieran avanzado solamente 10 kilómetros, los soviéticos lanzaron un ataque contra el II Ejército en Orel. En el sur las operaciones iban algo mejor para los alemanes. La punta de lanza del IV Ejército Panzer, comandada por el General Hermann Hoth, llegó a Prójorovka. En este empalme ferroviario se libró entonces una batalla de mil tanques, considerada por algunos historiadores como la mayor de la historia.
Sin embargo, a pesar de la cantidad de bajas alarmante en el bando soviético, la enorme reserva de hombres ayudó a solventar fácilmente las pérdidas del Ejército Rojo. Por el lado alemán la situación era diferente, ya que a pesar de que las bajas eran inferiores, cada una era un sacrifico que Alemania no podía darse el lujo de afrontar.
Lejos aún de su objetivo, a Hitler le llegó la noticia de que tropas británicas y estadounidenses acababan de desembarcar en Sicilia el 10 de julio (ver Operación Husky), los peores temores de los generales de Hitler se hicieron realidad: acababan de perder cientos de miles de soldados y no habían ganado casi nada. Hitler ordenó suspender la ofensiva y retiró tropas del frente oriental hacia el frente de Italia, aunque muchas de estas se encontraban en el campo de batalla cuando les llegó la orden.
En la batalla de Kursk, Alemania perdió cerca de 200 mil hombres, mil tanques y 200 aviones. Por su parte, la Unión Soviética perdió 600 mil hombres y 1500 tanques, así como mil aviones. Sin embargo, este país reemplazó en poco tiempo a los soldados perdidos, pero estas pérdidas fueron insostenibles para Alemania, y nunca más volvió a realizar una ofensiva a gran escala. El impulso alemán en la Segunda Guerra Mundial se perdió para siempre, y por primera vez, muchos generales alemanes se dieron cuenta de que su país iba a perder la guerra.
Expulsión alemana
Aprovechando que los alemanes estaban distraídos por su propia ofensiva, el Frente del Oeste del Ejército Rojo se lanzó contra Smolensk, que fue liberada finalmente el 25 de septiembre. Sin embargo, el avance soviético hacia el río Dniéper fue tan rápido e imprevisto, que el II Ejército al mando del mariscal de campo Walther Model casi fue aislado. Al norte del saliente de Kursk, en el Frente de Bryansk, se inició otra ofensiva soviética, tomando Oriol en una semana y haciendo retroceder a los alemanes 120 kilómetros.
El 3 de agosto, se inició la operación Polkovodets Rumyántsev en los frentes de Vorónezh y de la Estepa, sorprendiendo a los alemanes de nuevo, ya que su inteligencia les había informado que estos dos frentes soviéticos habían sufrido serias bajas en la batalla de Kursk. Esta información era verdadera, pero Alemania volvió a subestimar los enormes recursos humanos que poseía el Ejército Rojo. La Rumyántsev logró liberar a Bélgorod en el segundo día. El 21 de agosto, Járkov también fue liberada por segunda vez en la guerra, si bien esta vez definitivamente.
Alemania se encontró entonces enfrentando ofensivas desde todos los frentes soviéticos cuando el Frente Centro, el Frente Suroeste, y el Frente Sur iniciaron sus propias operaciones también. El 23 de septiembre, el Ejército Rojo logró cruzar el Dniéper.
Si bien las operaciones soviéticas de 1943 se anotaron una gran victoria al aislar las fuerzas alemanes en Crimea y al liberar Kiev, los alemanes pensaron que el agotamiento haría que las ofensivas se suspendieran durante el invierno. Lo que la OKW no sabía es que al mismo tiempo, en el Kremlin ya estaba planificando la liberación de Ucrania ese mismo año.
En la madrugada del 24 de diciembre de 1943 los soviéticos irrumpieron a lo largo de todo el frente al oeste de Kiev, empezando con un ataque de artillería contra el Grupo de Ejércitos Sur. El asalto de la infantería posterior logró hacer retroceder a los alemanes 32 kilómetros, sin embargo, inmediatamente se iniciaron las lluvias, con lo que se redujo bastante el ritmo soviético. De todas maneras, para el 5 de enero de 1944, se había abierto una brecha de 240 kilómetros de ancho y 80 kilómetros de profundidad, cortándose la comunicación entre el Grupo de Ejércitos Norte y Sur.
Al disminuir las lluvias, la ofensiva soviética se disparó de nuevo, y entre las ciudades de Korsun y Cherkassy, en Ucrania, se atraparon a 50 mil soldados del Reich. De esta manera, quedó cada vez más claro que la situación alemana en Ucrania era insostenible, sin embargo, Hitler se negó a ordenar una retirada general. En abril cayó Odesa y Sebastopol un mes después.
Después del desastre de Smolensk, el Grupo de Ejércitos Centro y Norte habían logrado recuperarse y habían mantenido al Ejército Rojo alejado del Dniéper en el norte. Sin embargo, en enero de 1944, los frentes del Norte se activaron de nuevo, permitiendo finalmente el levantamiento del cerco de Leningrado, aunque buena parte de los habitantes ya habían muerto para entonces. Poco después, Nóvgorod también fue liberada y en febrero el avance soviético se detuvo en la frontera con Estonia, después de haber movido 100 kilómetros el frente.
La Operación Bagration
Con el frente en el sur muy aislado, el Alto Mando Soviético concluyó que lo mejor sería avanzar por Bielorrusia también, ya que si las tropas soviéticas continuaban avanzando por Ucrania extendería peligrosamente las líneas de suministros Finalmente se llegó a elaborar la Operación Bagration, cuyo objetivo sería empujar el frente más allá de Minsk. Los alemanes, por su parte, habían estado retirando tropas de Bielorrusia, ya que esperaban un ataque más al sur, frente a Leópolis.
El 9 de junio de 1944, el Ejército Rojo logró expulsar a los finlandeses del lago Ládoga. Los alemanes en Finlandia, comandados por el General Lothar Rendulic, empezaron a prepararse para escapar de Finlandia, porque sabían que este país los traicionaría pronto. El propio Carl Gustaf Mannerheim les había advertido tiempo atrás que si los alemanes eran expulsados de Estonia, Finlandia negociaría la paz. En efecto, el 19 de septiembre la Unión soviética y Finlandia firmaron un armisticio, y este país le declaró la guerra a Alemania poco después. En su huida, los alemanes arrasarían con varias poblaciones como medida de represalia, incluyendo Rovaniemi.
El 23 de junio, la Operación Bagration se desencadenó, y los resultados fueron palpables en menos de 24 horas. De esta manera, para el 27 de junio las fuerzas alemanas en Vítebsk habían sido derrotadas, mientras que el 9º ejército Alemán, unos 70 mil hombres, había sido capturado casi en su totalidad.
Mientras tanto, el 4º ejército alemán, batiéndose en retirada desde Orsha, se tuvo que detener en el río Beresina, porque Hitler le prohibió retroceder más. Cuando el desastre era inminente, el comadante del 4º ejército desobedeció las órdenes, e hizo cruzar las tropas, evitando un desastre mayor.
Por otro lado, el Grupo de Ejércitos Norte también fue atacado, ya que muchas tropas se retiraron al sur, hasta Minsk, donde fueron cercadas el 3 de julio. Una semana después, la ciudad caía. Inmediatamente, el Ejército Rojo avanzó hacia Lituania, tomando Vilna rápidamente.
Finalmente, el 29 de agosto, el avance soviético se detuvo. Para ese momento, el II Frente Bielorruso estaba a menos de 80 kilómetros de Prusia del Este, en aquel momento parte de Alemania. Más al sur, el I Frente Bielorruso había entrado a Polonia y cruzado el río Vístula, además parte importante del Grupo de Ejércitos Norte no se había podido retirar y había quedado aislado en Curlandia. Después de avanzar casi 600 km en un frente de 1.120 km, los estados del Báltico habían sido liberados de la ocupación nazi, y solo era cuestión de tiempo para que Polonia fuera también liberada por la Unión Soviética. Además, en el sur, el avance sobre Ucrania finalmente se había completado, y el 23 de agosto, el gobierno pro-nazi de Rumania fue derrocado. El 12 de septiembre, Rumania se rindió, y los Balcanes fueron abiertos completamente al Ejército Rojo.
En total, la Operación Bagration golpeó a 16 divisiones alemanas y causó bajas a otras 50 divisiones.13 Con los aliados desembarcando en Francia al oeste, y habiendo perdido más de 200 mil hombres en el este en los últimos tres meses, era obvio que la Wehrmacht debería tomar medidas extraordinarias si quería evitar que los soviéticos entraran al corazón de Alemania.
Avance hacia Alemania
Con los soviéticos a pocos kilómetros de Varsovia, los polacos del Armia Krajowa, decidieron que ya era hora de levantarse en masa contra la ocupación alemana. Sin embargo, la ofensiva soviética tuvo que detenerse por problemas de abastecimiento: los mejores pronósticos soviéticos no habían predicho tal avance y por ende las líneas de suministros se habían extendido demasiado. Además un ataque de cuatro divisiones al mismo tiempo hizo retroceder a la vanguardia soviética que ya estaba llegando a los suburbios de Varsovia. Por este u otros motivos Stalin no brindó apoyo alguno a los polacos, que por un mes completo y con la ayuda lanzada por británicos y estadounidenes desde el aire, se enfrentaron contra tropas SS de élite14 El trágico alzamiento de Varsovia concluyó con la ejecución de 250 mil civiles, así como la destrucción de Varsovia y la disolución del movimiento de resistencia polaco como fuerza militar relevante.
El caso de Varsovia se repitió inmediatamente en Eslovaquia, la resistencia eslovaca se rebeló en masa contra la guarnición alemana en su país. Al igual que en Varsovia, el alzamiento fracasó sin la ayuda del ejército rojo, y los alemanes restablecieron su poder en Eslovaquia solo para ser expulsados por los soviéticos dos meses después.
En enero de 1945 los soviéticos llegaron finalmente a Varsovia, y con una fuerza de tanques, infantería y artillería diez veces superior a las fuerzas alemanas, reiniciaron su ofensiva, cubriendo entre 30 y 40 kilómetros por día en Polonia. La población alemana de Prusia Oriental, Danzig y Poznań fue evacuada en el marco de la operación Aníbal. Varios barcos con civiles y militares alemanes fueron hundidos por submarinos rusos, siendo los más conocidos el Wilhelm Gustloff y el MS Goya, con 7 mil y 5 mil muertos respectivamente. El éxodo alemán llevó a miles de refugiados buscar albergue en ciudades Coblenza, Dresde y Hamburgo, las cuales serían bombardeadas por los estadounidenses y británicos con bombas de fósforo y napalm, con miles de civiles muertos incluyendo prisioneros de guerra ingleses. Solo en Dresde se contabilizaron más de 40.000 desaparecidos, cuyos cuerpos presumiblemente se desintegraron.,15 esto como resultado de la política aliada presidida por el Mariscal del Aire, el inglés Arthur Harris, apodado correctamente Bombardero Harris.
El 27 de enero fue finalmente liberado el campo de exterminio de Auschwitzen el que se encontraron solamente 5.000 reclusos.16 En total se encontraron otros cinco campos de esta clase en Polonia ocupada: Belzec, Chelmno (Kulmhof), Majdanek, Sobibor y Treblinka.
Para inicios de febrero, el Ejército Rojo se encontraba desplegado a lo largo del río Oder, a unos 60 km de Berlín. Lo que quedaba del Grupo de Ejércitos Norte se continuaba resistiendo en Curlandia, olvidados por Berlín, mientras que el Grupo de Ejércitos Centro también estaba aislado en Königsberg. Solo quedaba la mitad del Grupo de Ejércitos Sur (Grupo de Ejércitos A) para resguardar la entrada a Berlín, ya que muchas tropas habían sido enviadas al oeste de Alemania para intentar contener a la ofensiva angloamericana durante la batalla del Bulge.
Además de renombrar al Grupo de Ejércitos Norte, Grupo de Ejércitos Curlandia, Hitler nombró a Heinrich Himmler comandante del recién creado Grupo de Ejércitos Vístula, a pesar de que este no tenía ninguna experiencia comandando tropas, esta decisión fue tomada por la sencilla razón de que Hitler ya no confiaba en la Wehrmacht desde el atentado del 20 de julio (Operación Valkiria). El contraataque lanzado por Himmler el 24 de febrero fracasó, y la Pomerania, región históricamente alemana fue anexada a Polonia.
Más al sur, tres intentos alemanes de sacar a sus tropas atrapadas en Budapest, fracasaron, y la guarnición de Budapest se lanzó en una carga suicida contra los soviéticos, muriendo la mayoría, si bien algunos alemanes lograron escapar. No obstante, Hitler ordenó a sus hombres avanzar hasta el Danubio, ejecutando una ofensiva en el lago Balatón, que fracasó. Esta fue la última ofensiva importante de Alemania en el resto de la guerra.
Aprovechando el fracaso alemán, el Ejército Rojo liberó Hungría, y para el 13 de abril, Viena ya había sido también liberada. El 9 de abril, la guarnición alemana de Königsberg se rindió, sin embargo, la lucha en Heiligenbeil y Danzig continuó hasta el final de la guerra en Europa.
Batalla de Berlín
Para abril, todos los frentes soviéticos y polacos estaban listos para iniciar el avance final sobre Alemania. Sumaban dos millones y medio de hombres, 6250 tanques, 7500 aviones, 41 600 piezas de artillería, 3255 lanzacohetes Katyusha, y casi cien mil vehículos de transporte.
El 16 de abril, la llamada batalla de Berlín empezó, y si bien Zhúkov encontró problemas en las llamadas Colinas de Seelow, en el sur, el I Frente Ucraniano de Iván Kónev llegó sin problemas al sur de Berlín. El I Frente Bielorruso de Zhúkov se vio presionado a acelerar el paso, ya que deseaba capturar Berlín primero. Zhúkov rodeó Berlín y atacó desde el noroeste, mientras que Kónev, que se detuvo momentáneamente por órdenes de Stalin, llegó después a Berlín y atacó por el sur.
El 24 de abril, el General Helmuth Weidling, comandante del LVI Cuerpo Panzer, se dirigió al bunker de Hitler para ser fusilado después de haber sido acusado de haber escapado a Potsdam. Sin embargo, como síntoma de la inestabilidad mental que Hitler mostró en sus últimos meses, Weidling no solo no fue ejecutado, sino que fue nombrado Comandante en Jefe de las fuerzas en Berlín, ya que Goebbels, el Defensor nominal de Berlín, no tenía preparación militar. La batalla de Berlín fue dura, los nazis reclutaron a los varones entre 13 y 60 años (ver Volkssturm), por lo que era normal ver niños de las juventudes hitlerianas, así como ancianos e inválidos, en los puestos de artillería o usando Panzerfausts. Las bajas fueron muy elevadas por los 2 bandos, y los edificios de Berlín sufrieron grandes destrozos, incluyendo la Cancillería del Reich, el Reichstag y la puerta de Brandeburgo. Aquellos civiles que se negaban a luchar eran ejecutados inmediatamente por los nazis. La cantidad de prisioneros fue baja comparada con las de otras batallas, los miembros de las juventudes hitlerianas fueron de los que más ferozmente combatieron, sobreviviendo solo 2 de ellos. Hitler se negó a abandonar la capital para ir al Berchtesgaden, por lo que los altos oficiales de la Wehrmacht rehusaron rendirse, ya que todos habían tomado un juramento de lealtad al Führer.
El 30 de abril, el canciller de Alemania, Adolf Hitler, se suicidó junto con su esposa, Eva Braun. Varios personajes importantes del gobierno nazi hicieron lo mismo, incluyendo Joseph Goebbels y su esposa, que antes envenenaron a sus seis hijos. El secretario de Hitler, Martin Bormann desapareció en la batalla, si bien varios personas aseguran que lo vieron muerto con dos tiros en la espalda en una estación de metro de Berlín. Weidling rindió la ciudad a los soviéticos el 2 de mayo. El Feldmarschall Wilhelm Keitel fue capturado y luego participó en la firma del documento de rendición.
En la batalla murieron 75 000 soldados soviéticos y 300 000 resultaron heridos, por parte alemana las bajas se estiman en 100 000 militares y 175 000 civiles muertos.
El almirante Karl Dönitz fue nombrado Presidente por Hitler antes de morir, y este dio permiso al general Alfred Jodl de firmar la rendición incondicional con la Unión Soviética el 7 de mayo, haciéndose efectiva al día siguiente. Los otros hombres de confianza de Hitler, Hermann Goering y Heinrich Himmler habían caído en desgracia al intentar hacer la paz por separado con los aliados. Ambos se suicidaron después de ser capturados por los estadounidenses.
Las fuerzas alemanas ubicadas en Praga se negaron a rendirse, ya que tenían la esperanza de que los norteamericanos podrían capturar la ciudad antes que los soviéticos. Cuando fue obvio que los norteamericanos no tenían ninguna intención de ocupar Checoslovaquia, dejaron de luchar y escaparon al oeste. Todos los rumores que existían, asegurando que los alemanes habían construido una serie de fortalezas inexpugnables en los Alpes (Alpenfestung), resultaron ser falsos, y la mayoría de las tropas alemanas, hartas de la guerra, se rindieron en masa a los aliados occidentales.
Bajas
El Frente Oriental no tuvo paralelo en Europa por su ferocidad y brutalidad. La lucha involucró a millones de soldados en el bando soviético y el bando alemán. En este frente de operaciones murieron más de 5 millones de las fuerzas del Eje, mientras que las pérdidas soviéticas duplicaron estas últimas, muriendo 7 millones en combate, y casi tres millones de soldados soviéticos en campos de prisioneros de guerra. Las muertes de civiles oscilan entre 14 y 17 millones. La alta cifra de civiles muertos, revela el maltrato que sufrieron los prisioneros en ambos bandos, así como la brutalidad que mostraron los nazis en la ocupación de Europa Oriental y la Unión Soviética siguiendo las órdenes de Hitler de vaciar estas tierras de sus habitantes, a los que considerban inferiores, Untermenschen, para proporcionar el espacio vital que necesitaba la nación alemana, la raza superior, los Ubermenschen. El progreso de la artillería originó que grandes masas de soldados fueran aniquiladas en minutos. El uso de la táctica de la tierra quemada, ordenada por Hitler y Stalin,4 originó que miles murieran de frío y hambre, así como la destrucción de la infraestructura completa de muchas ciudades, Stalingrado y Varsovia por ejemplo.
Las pérdidas soviéticas incluyen a los partisanos (250.000) y la milicia (150.000).
Las fuerzas polacas, que inicialmente consistían en refugiados tanto de la invasión alemana como de la invasión soviética de Polonia en 1939, empezaron a pelear junto al Ejército Rojo en 1943. Cuando se empezó a liberar Polonia, más polacos se unieron al combate.
Países como Rumanía, Bulgaria y Eslovaquia fueron obligados a cambiar de bando cuando la Unión Soviética los ocupó.
la guerra germano soviética, fue la guerra dentro de la guerra, fue la mas violenta, sangrienta, cruel y despiadada de la historia, para los países soviéticos es hito en su historia, no va ser olvidada, y quedará en memoria colectiva.
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