Francisco Llano de la Encomienda (General); Francisco Ciutat de Miguel.-a
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Francisco Llano de la Encomienda (Ceuta, 1879 - Ciudad de México, 1963) fue un militar español que alcanzó el grado de general. Participó en la Guerra del Rif y en la Guerra Civil Española, donde se mantuvo leal a la Segunda República Española. Llano de la Encomienda nació el 17 de septiembre de 1879. Ingresó en la Academia Militar de Toledo con catorce años, de la que saldrá con el grado de alférez tres años después. Combina destinos peninsulares y en Marruecos, donde interviene activamente en la Guerra del Rif. Realizó dos períodos de servicio en Marruecos, donde su actuación fue excelente. Cuando se proclama la Segunda República se posiciona como uno de sus defensores. En 1931 fue ascendido al rango de general. Durante la etapa republicana ocupó varios puestos militares. Los líderes republicanos tenían plena confianza en Llano de la Encomienda. En febrero de 1936, tras las elecciones y el acceso al poder del Frente Popular, el gobierno republicano le nombró comandante IV División Orgánica con sede en Barcelona, a pesar de que como general de brigada no tenía el rango que correspondía a un comandante de división. Dada la lealtad probada del general hacia el gobierno, la conspiración militar en la guarnición barcelonesa se hizo a sus espaldas; ya había advertido a sus oficiales de que personalmente se identificaba con el partido Unión Republicana (UR), aunque "si las circunstancias le obligaban a escoger entre dos movimientos extremistas, se inclinaría decididamente antes por el comunismo que por el fascismo". Guerra Civil Española Cuando se produjo la sublevación de las guarniciones del Protectorado de Marruecos, aseguró al presidente de la generalidad, Luis Companys que no había ningún problema entre las tropas y oficiales de la guarnición de Barcelona. No obstante, los oficiales implicados en la conspiración dieron comienzo a la sublevación en las primeras horas del 19 de julio y lograron capturar varios puntos clave de la ciudad. Los rebeldes en Barcelona contaban con unos 2.000 efectivos, pero los republicanos leales contaban con el apoyo de la policía y podían disponer de 3.000 guardias civiles, 3.200 guardias de asalto y 300 Mozos de Escuadra.10 A pesar de lo que había dicho con anterioridad, ante la sublevación Llano de la Encomienda se mostró indeciso en cuanto a la respuesta que iba a dar a la sublevación. Continuó dando órdenes y haciendo llamadas telefónicas en un esfuerzo por cortar la revuelta, lo que causó alguna confusión entre los rebeldes. Cuando el general Manuel Goded Llopis —que se había sublevado en Baleares — llegó a Barcelona, arrestó a Llano de la Encomienda y se hizo con el mando de la IV División Orgánica. Mientras tanto los trabajadores, liderados por los anarquistas de la CNT-FAI, se unieron a las fuerzas leales, y contraatacaron al día siguiente. Después de duros combates lograron recuperar el control de toda Barcelona. Cuando la derrota les sobrevino, los militares sublevados hubieron de dejar en libertad a Llano de la Encomienda. Sin embargo, durante los siguientes meses el general Llano de la Encomienda estuvo apartado de los puestos militares y "puesto en cuarentena", ya que —tras la la ineficacia que había mostrado al intentar reprimir la intentona golpista— el gobierno dudaba de su sincera lealtad. El 15 de noviembre de 1936 Llano de la Encomienda fue enviado a Bilbao, para dirigir a las fuerzas republicanas en la franja cantábrica que todavía era leal la República, reemplazando al capitán Francisco Ciutat de Miguel. A comienzos de 1937 fue nombrado jefe del nuevo Ejército del Norte, que cubría las provincias de Oviedo, Santander y Vizcaya.14 Aunque técnicamente era el comandante del Ejército del Norte,n. 1 desde el comienzo fracasó en el intento de conseguir formar un mando unificado. En la realidad existían 3 agrupaciones distintas (y con poca cooperación entre ellas) que respondían más a cada territorio republicano del norte. Ciertamente, Llano de la Encomienda no tenía órdenes claras sobre cuáles eran sus verdaderas competencias, y no tardó en tener conflictos con el "Lehendakari" José Antonio Aguirre. El historiador Hugh Thomas afirma que el jefe del gobierno republicano, Francisco Largo Caballero, había dicho en privado a los nacionalistas vascos que el Ejército del Norte no existía realmente, y que él reconocía al Ejército vasco como la principal organización militar de la zona norte. Según Thomas, Llano de la Encomienda habría pasado por la humillación de preguntar si aquella afirmación era cierta.A pesar del mando teórico de Llano de la Encomienda, en numerosas ocasiones Aguirre obstruyó la cadena de mando y le arrebató el mando de las fuerzas vascas. Esto provocó agrias disputas entre ambos, y que Llano de la Encomienda se quejara repetidamente a Largo Caballero sobre la poca cooperación que ofrecía Aguirre. Aguirre, por su parte, lo calificaría como "la personificación de la incompetencia militar". Cuando el general Mola lanzó su ofensiva sobre Vizcaya, la descoordinación de las tropas bajo su mando fueron la causa de las continuas derrotas y retiradas a pesar de la resistencia y el valor que ofrecían. La campaña fue muy dura, e incluyó el uso de artillería y aviación en grandes cantidades. Aguirre volvió a tomar el mando personalmente a comienzos de mayo, y protestó nuevamente sobre el general Llano de la Encomienda, diciendo que era incapaz de mandar un ejército. A finales de mes, dada la mala situación militar, fue sustituido por el general Gamir Ulibarri. Bilbao, sin embargo, cayó el 19 de junio. Llano de la Encomienda permaneció en Gijón hasta el último momento, durante caída de Asturias, cuando escapó a Francia por mar. Regresó a Barcelona, y fue sometido a un juicio en relación a sus actividades en el norte, del cual salió absuelto. Fue puesto a cargo del adiestramiento militar. En abril de 1938 no ocupaba ningún mando activo, aunque fue nombrado Inspector general de infantería. Después de la caída de Cataluña, regresó a la zona central. En marzo de 1939 ante el final de la guerra, marchó al exilio, trasladándose primero a Francia y posteriormente a México, junto a otros militares republicanos en el exilio. Allí formó parte de Acción Republicana Española (ARE), siendo Llano de la Encomienda presidente de la delegación mexicana de ARE. Falleció en 1963 en Ciudad de México. |
Francisco Ciutat de Miguel. (Madrid, 28 de octubre de 1909 - La Habana, 30 de noviembre de 1986) fue un militar español, que participó en la Guerra civil, durante la cual tuvo un papel relevante. Fue jefe de operaciones de los ejércitos del Norte y de Levante, tomando parte en algunas de las principales batallas de la guerra. Acabada la contienda marchó al exilio, ejerciendo como asesor militar de la Unión Soviética en Indonesia, Argentina, México, Vietnam, Cuba y nuevamente Vietnam. Llegó a ser conocido por el apodo de «Comandante Angelito». Biografía Nació en Madrid, en el número 16 de la calle Princesa, el 28 de octubre de 1909. Procedente de una familia militar, ingresó en la Academia de Infantería de Toledo en 1925, donde se licenciaría dos años más tarde con el grado de alférez. Destinado inicialmente al Regimiento de infantería «Garellano» n.º 43 de Bilbao, con posterioridad realizaría un curso de formación en la Escuela Central de Tiro de Toledo. Tras la proclamación de la República mostró su adhesión al nuevo régimen. Durante el periodo de la Segunda República se inició en la masonería, formando parte de la logia «Goethe» n.º 6 de Bilbao; adoptaría el nombre masónico de «Algazel». El estallido de la Guerra Civil le sorprendió en Madrid, mientras cursaba estudios de Estado Mayor en la Escuela Superior de Guerra, manteniéndose leal a la República. Para esta época ostentaba el rango de teniente de infantería. Durante las primeras semanas de la cotienda perteneció a la plana mayor de la Inspección General de Milicias. A finales de agosto de 1936 fue enviado a Santander con el objetivo de «coordinar el mando de las fuerzas y milicias» de los territorios republicanos del norte, así como también organizar —y dirigir— un Ejército del Norte.6 Con posterioridad fue nombrado jefe de operaciones del Ejército del Norte, ascendido a mayor, quedando a las órdenes del general Francisco Llano de la Encomienda. Ya durante la campaña en Euskadi había manifestado serias discrepancias con José Antonio Aguirre, el lehendakari vasco, debido a su filiación comunista opuesta a las ideas nacionalistas y conservadoras del líder vasco, y por el poco entusiasmo de Ciutat por el Euzko Gudarostea, el ejército cuya existencia implicaba una significativa autonomía militar del País Vasco. Con posterioridad participaría en las batallas de Santander y Asturias. Tras la caída del frente del Norte regresó a la zona central republicana y fue ascendido a teniente coronel,7 siendo nombrado jefe de operaciones del Ejército de Levante,a tomado parte en la batalla de Teruel o en la campaña de Levante. Simpatizante del movimiento comunista, durante la contienda acabaría integrándose en el Partido Comunista de España (PCE). Existen versiones que aseguran, que Ciutat de Miguel custodió “El Oro de Madrid” hacia Moscú. A finales de marzo de 1939, ante la completa derrota de la República Española, Ciutat abandonó el país por el puerto de Gandía. Tras el fin de la Guerra Civil y en calidad de miembro del Partido Comunista de España (PCE), Ciutat se exilió en la Unión Soviética junto a otros militares republicanos. Allí cursó estudios —y posteriormente fue docente— en la Academia Militar Voroshilov, encargada de impartir cursos a los oficiales del Estado Mayor del Ejército Rojo. Algún autor ha llegado a señalar que llegó a tomar parte en la Segunda Guerra Mundial, como oficial de la Dirección Principal de Contrainteligencia Militar (SMERSH) ya alistado en el Ejército soviético.Alcanzó el rango de coronel. Estuvo al frente de la División Especial que trasladó los restos de Adolf Hiltler hacia Moscú. Ya con la graduación militar de General Mayor, se desempeñó a su vez en el cargo de asesor militar de la Unión Soviética prestando servicios en el extranjero al convertirse en oficial de la Dirección Principal de Inteligencia Militar (GRU), donde asesoró militarmente al primer presidente de Indonesia Sukarno, a partir de 1947 al 1949. Después lo fue del presidente de la Argentina Juan Domingo Perón, entre 1950 a 1952 y asesoró al ala militar del Partido Revolucionario Institucional, creada en México por el expresidente Lázaro Cárdenas del Río. También a partir de 1954, ejerció como asesor militar principal de los comunistas vietnamitas en la Batalla de Dien Bien Phu en la guerra contra los franceses, bajo el nombre de General Pavel Pablovich Stepanov. También bajo ese mismo nombre de Pavel Stepanov ejerció como asesor militar de Nasser en Egipto, en el año 1956. Se decidió su envío a Cuba, en los primeros meses de 1960, misión que habría recibido con un gran entusiasmo. y llegó al país caribeño, junto a otros antiguos militares republicanos, como el coronel José María Galán Rodríguez, el coronel Manuel Márquez Sánchez de Movellán o el vicealmirante Pedro Prado Mendizábal.. Ciutat tuvo un papel relevante como instructor del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (MINFAR), siendo también organizador de la Escuela de Estado Mayor del Ejército cubano. En abril de 1961, llegó a intervenir en la defensa de La Habana durante la invasión de Bahía de Cochinos y más adelante lo haría como asesor militar de lucha antiguerrillera en los combates contra los grupos de anticomunistas alzados en armas, que actuaban en la Sierra del Escambray, en el centro de la Isla. Resultó herido en una pierna, en la emboscada de carretera donde los guerrilleros anticomunistas ejecutaron al comandante cubano y jefe de las tropas de Lucha Contra Bandidos (LCB) -manera peyorativa de denominar a los alzados en armas contra el régimen de Fidel Castro- en esa zona montañosa. Durante su etapa cubana empleó el nombre falso de «Ángel Martínez Reozola», aunque también fue conocido coloquialmente como «Comandante Angelito». y por su eliminación de los guerrilleros anticomunistas fue ascendido al grado militar de Teniente General de la Unión Soviética y se le otorgó el cargo de Jefe del Departamento Militar para el Tercer Mundo (África, América Latina y Asia) de la GRU, con sede en La Habana. A partir de 1973, estuvo nuevamente en Vietnam, hasta la retirada de las tropas estadounidenses. Según algunos autores, también habría actuado como asesor militar en otros conflictos, como la Guerra de las Arenas entre Marruecos y Argelia (asesorando al ejército argelino), y como asesor junto al gobierno de Hanói en la Guerra de Vietnam contra las tropas de los Estados Unidos. Ciutat fue quien negoció con el Ministerio de Defensa de la antigua Unión Soviética el apoyo del despliegue de las tropas cubanas en Angola, a finales del año 1975. Tras el fin del régimen franquista regresaría a España en 1977. Aquejado de una enfermedad ya incurable, Ciutat retornó a Cuba a solicitud de Fidel y Raúl Castro, poco después de instalarse en España. A su regreso a la Isla, y a pesar de su enfermedad, el Comandante Angelito actuó como principal supervisor de las tropas cubanas en las guerras de Angola, Etiopía, Mozambique y Nicaragua. Por su asesoramiento en las victorias militares de Angola y Etiopía fue ascendido a Coronel General. Falleció en La Habana en 1986. A su entierro asistieron entre otros Fidel Castro y Enrique Líster,antiguo oficial del Ejército republicano. Sus restos descansan en El Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Cementerio de Colón, en La Habana. Apodos Ciutat de Miguel tuvo un gran número de pseudónimos: Nombre masónico: «Algazel»; Nombre ruso: Pavel Pablovich Stepanov; Nombre Cubano: Ángel Martínez Reozola —aunque normalmente conocido como «Angelito»—; Obras —— (1978). Relatos y reflexiones de la Guerra de España 1936-1939. Forma Ediciones: Madrid. Notas Si bien otras fuentes señalan que fue jefe de operaciones del Ejército de Maniobra. Según su propio testimonio, Ciutat habría ingresado en el PCE en agosto de 1936. |
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