Jaime del Burgo Torres; José María Albiñana.-a
José María Albiñana José María Albiñana Sanz (Enguera, 13 de octubre de 1883-Madrid, 23 de agosto de 1936) fue un médico, escritor y político español, conocido como el doctor Albiñana, líder y fundador del Partido Nacionalista Español.
Nació el 13 de octubre de 1883 en la localidad valenciana de Enguera. Durante su época de alumno de Medicina en la Universidad de Valencia fue un destacado cabecilla estudiantil. Promotor del asociacionismo entre los estudiantes, fue uno de los impulsores de la Unión Escolar de Valencia, constituida en 1903, sociedad de la que fue secretario y luego presidente. Una vez obtenido el título de licenciado, entró en la actividad política animado por Francisco Moliner Nicolás y presidiendo la Juventud Liberal-Demócrática de Valencia. Fue seguidor del doctor Moliner hasta el fallecimiento de este en 1915. Académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina donde fue premiado por su obra Concepto actual de la Filosofía médica y su valor en el desarrollo de la Medicina. Fue fundador del periódico La Sanidad Civil que reivindica los derechos de los profesionales de la medicina y pretende conseguir para ellos una paga estatal. En 1920 oposita sin éxito a la cátedra de Historia de la medicina de la Universidad Central. Al considerar injusto el resultado, se aparta de la vida universitaria. Durante esta etapa publica La medicina en verso. Colección de humoradas médico-literarias, (1904); Fraternidad y cultura. Medios que pueden ponerse en práctica por el Estado, corporaciones o particulares para auxiliar a los estudiantes que no dispongan de medios de fortuna (Valencia, 1905); La medicación catodilítico-fosfatada en el tratamiento de la neurastenia Congreso de la Asociación Española para el progreso de la Ciencia (Zaragoza, 1908); Orientación de la juventud ante el problema religioso (Valencia, 1910); Los crímenes del caciquismo: la tragedia de El Pobo. Defensa del médico don Alfredo Alegre. Informe presentado en el juicio oral ... (Madrid, 1918); La ignorancia de las Academias (Madrid, 1918); Cooperación española a la formación de la Escuela Médica de Montellier Primer Congreso Internacional de la Historia de la Medicina (Amberes, 1920); Desarrollo de las Comunidades Espirituales (192?); Programa para un curso de Historia Crítica de la Medicina (1921); La situación de México vista desde España Ateneo de Madrid (Madrid, 1921). Continúa su actividad en la capital mexicana, donde establece su clínica. Esta nueva vida le permite conocer la realidad hispanoamericana, desarrollando su sentido de la hispanidad que se tradujo en varios trabajos y conferencias, publicando tres novelas autobiográficas: Sol de Levante (Gerardo Sisniega, México, 1923), Aventuras tropicales. En busca del oro verde (Madrid, 1928) y Bajo el cielo mejicano (Cía. Ibero-Americana de Publicaciones Madrid, 1930). En México la violencia se adueña de la vida política. El presidente Madero muere asesinado en 1913, Emiliano Zapata en 1919, Carranza en 1920 y Pancho Villa en 1923. Las revueltas campesinas, los golpes de Estado y el crimen se convierten en la norma política. Todo el proceso revolucionario desembocará en el gobierno de Álvaro Obregón (1920-24), asesinado en 1928, y el gobierno de Plutarco Elías Calles, a lo largo de cuyo mandato se desarrollará la guerra cristera. La guerra cristera es una respuesta más -quizás la más gloriosa- del pueblo católico ante la opresión de la Revolución. Los cristeros representan la aspiración del pueblo católico mexicano a sobrevivir frente a la Revolución Como consecuencia de su oposición a la campaña del presidente Plutarco Elías Calles, fundador del Partido Nacional Revolucionario (PNR) —antecesor del PRI— es expulsado de México. La defensa de lo español le lleva a polemizar con el profesor norteamericano Russell Smith, pero ello también daría lugar a una felicitación del dictador Miguel Primo de Rivera. Fue el fundador del Partido Nacionalista Español en la primavera de 1930. Ya durante la II República, fue detenido tras emitir en marzo de 1932 un discurso contrario al gobierno republicano en el que ofrecía a sus paramilitares, los Legionarios de España, para defender a la patria de los «lobos revolucionarios» y tras enviar un mensaje en el que atacaba al ministro de la Gobernación. Una vez ocurrido el intento de golpe de Estado de la Sanjurjada, en el que participó activamente y fue condenado, el ministro Santiago Casares Quiroga decretó la reclusión de Albiñana, considerado preso gubernativo, en Las Hurdes, primero en la alquería de Martilandrán, para poco después ser trasladado a Nuñomoral, donde estuvo confinado diez meses. Fue elegido diputado por Burgos en las elecciones generales de 1933 y nuevamente en las elecciones de 1936,. «Y es que, ni José María Albiñana fue un cunero al uso ni el talante fascista que animaba a sus «Legionarios de España» un anacronismo en los años que Hitler sube al poder y la política nacional avanza por el camino de la progresiva radicalización».7 Durante estos años recorre la provincia de Burgos y consigue el afecto de ciertas capas de la población atendiendo a cuestiones prácticas, intentando resolver necesidades reales de sus vecindarios: Rectificación legal del funcionamiento de la Compañía de Aguas de Burgos, instalación de teléfono en Villarcayo y Medina de Pomar, creación del aeropuerto de Burgos, consiguiendo importantes subvenciones, etc. «Su lema "Dios, Patria y Rey" enlaza, por lo demás, con el ideario tradicionalista y su esquema de fobias/filias resulta perfectamente válido en un momento en que la identidad partidista queda supeditada a la necesidad de formar grandes coaliciones electorales y la exposición programática cede paso al genérico "eslogan". Se integró, de hecho, en las sucesivas candidaturas de coalición derechista». Sus numerosas intervenciones en las Cortes se centraban tanto en los problemas específicos de su circunscripción (como son carreteras, teléfonos, mercado triguero, sanidad, etc.) como en sus ataques a Azaña y al catalanismo: «Del análisis de esas intervenciones podemos deducir cuáles fueron las líneas fuerza de este diputado burgalés. En este sentido, podemos hablar de fobia a Azaña —"el detritus político de España"—, la fobia catalanista, la fobia a la internacional marxista y a la masonería y la fobia republicana».8 En 1934 aceptó la jefatura de José Calvo Sotelo en el Bloque Nacional, al que se adhirió el Partido Nacionalista Español.9 El ideario antirrepublicano de Albiñana fue con frecuencia acompañado de un visceral antisemitismo, con los habituales tópicos de «raza», «Imperio», «antijudaísmo» o «antimasonería». Entre sus obras propagandísticas destacó el libro España bajo la dictadura republicana (1933), donde sostenía que el 14 de abril era "una revolución de tipo judío" contra "la monarquía, la religión, el ejército y la propiedad". En los inicios del Golpe de Estado contra la República, julio de 1936, Albiñana optó por refugiarse en el Congreso. Dormía en una habitación contigua al botiquín, y se hacía llevar la comida desde un bar próximo. Hacia el 28 de julio se presentó en la cámara el vicepresidente, Luis Fernández Clérigo, quien en nombre del presidente Diego Martínez Barrio le exigió que abandonara el edificio porque temía que el Congreso fuera asaltado por las turbas. Fue detenido por las autoridades republicanas y encarcelado. El 22 de agosto de 1936, sin embargo, la turba descontrolada asaltó la Cárcel Modelo y se adueñó de ella. Los guardas de prisión se vieron superados por la situación. Mientras, un numeroso grupo de milicianos anarquistas comenzó a fusilar a algunos de los detenidos en la prisión, entre los que se encontraban el propio Albiñana y otros como el falangista Ruiz de Alda o el republicano liberal Melquíades Álvarez. En su última voluntad pidió a sus seguidores que ingresaran en la Comunión Tradicionalista, quedando así el Partido Nacionalista Español integrado en el movimiento carlista. Homenajes Una vez que triunfó el bando sublevado y acabada la guerra, se le dedicaron calles en localidades varias, sobre todo valencianas y burgalesas. Albiñana Sanz, José María. Enguera (Valencia), 13.X.1883 – Madrid, 22.VIII.1936. Político y médico, fundador del Partido Nacionalista Español. Hijo de un médico rural, estudió Medicina en Valencia y Barcelona. Se doctoró en la Universidad Central y se licenció luego en Derecho y Filosofía y Letras. Especializado en neurocirugía, durante los años diez actuó también como abogado y profesor de Medicina en la universidad madrileña. Afiliado al Partido Liberal, seguidor primero del conde de Romanones y luego de Santiago Alba, intentó varias veces, sin éxito, lograr un acta de diputado. El fracaso en unas oposiciones a cátedra, en 1921, le movió a emigrar a México, donde se estableció como médico con notable fortuna. Pero su carácter apasionado y sus vínculos con la alta burguesía local le llevaron hacia posiciones crecientemente conservadoras y “españolistas” y a publicar en la prensa durísimas críticas contra el Gobierno mexicano, que decretó su expulsión del país en 1927. Establecido en Madrid, se convirtió en un ardiente defensor del régimen de Primo de Rivera. Tras la caída de la Dictadura, publicó el manifiesto Por el honor de España, en el que animaba a una reacción “patriótica” contra el avance del republicanismo. Las adhesiones recibidas, junto con el apoyo de algunos aristócratas y del director del diario La Nación, Manuel Delgado Barreto, le animaron a fundar, en junio de 1930, el Partido Nacionalista Español (PNE). Esta pequeña formación de extrema derecha se extendió pronto por numerosas capitales de provincia, con sus principales bases en Madrid, Bilbao, Barcelona y, más tarde, en Burgos. El PNE se dotó de una milicia armada, los Legionarios de España, integrada en buena medida por activistas de los Sindicatos Libres, que saludaban al estilo fascista y se especializaron en la violencia callejera y en las agresiones contra los actos públicos de la izquierda. Su órgano de prensa, La Legión, atacaba con gran virulencia tanto a las fuerzas republicano-socialistas como a los monárquicos constitucionales. Al llegar la República, Albiñana fue encarcelado y su partido disuelto. Lo refundó al quedar en libertad, en la primavera de 1932, pero sus ataques al Gobierno y la reaparición de los Legionarios de España, movieron al ministro de la Gobernación a ordenar el confinamiento de Albiñana en una remota aldea de Las Hurdes (Cáceres). Convertido en un mártir de la causa monárquica, el apoyo de los alfonsinos de Renovación Española le permitió ganar sendas actas de diputado por Burgos en 1933 y en 1936. Tras intentar sin éxito convertirse en el líder del fascismo español, se aproximó a los tradicionalistas, y colaboró con Calvo Sotelo en la creación del Bloque Nacional, en el otoño de 1934. El comienzo de la guerra civil le sorprendió en Madrid. Se refugió en el Palacio de las Cortes y luego aceptó ser llevado a la Cárcel Modelo. Pero su trayectoria le había convertido en una suerte de bestia negra para las izquierdas y cuando, el 22 de agosto, las milicias frentepopulistas se hicieron con el control de la cárcel, le fusilaron tras un remedo de juicio. Obras de ~: Sol de Levante (novela), México, 1923; Aventuras tropicales. En busca del oro verde (novela), Madrid, Espasa Calpe, 1928; Bajo el cielo mejicano. Sensaciones y comentos, Madrid, Compañía Ibero-Americana de Publicaciones, 1930; Después de la Dictadura. Los cuervos sobre la tumba, Madrid, Compañía Iberoamericana de Publicaciones, 1930; Prisionero de la República, Madrid, Tall. Tipografía El Financiero, 1931; España bajo la dictadura republicana, Madrid, Imprenta El Financiero, 1933; Confinado en Las Hurdes, Madrid, Imprenta “El Financiero”,1933; La República Jurdana. Novela romántica de estructuración enchufícola, Madrid, El Financiero, 1934. Bibl.: M. Pastor, Los orígenes del fascismo en España, Madrid, Túcar, 1975; L. Palacio Bañuelos, Elecciones en Burgos 1931- 1936. El Partido Nacionalista Español, Madrid, Universidad Complutense, 1981; J. Gil Pecharromán, “Sobre España inmortal, sólo Dios”. José María Albiñana y el Partido Nacionalista Español (1930-1937), Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2000; A. de Diego González, “Los últimos del Rey: los ‘legionarios de Albiñana’ en los estertores de la Monarquía”, en Aportes, 46 (2001), págs. 109-120. |
un gran historiador español
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