La City de Londres.-a


Soledad  Garcia  Nannig; Maria Veronica Rossi Valenzuela; Francia Vera Valdes


El escudo de la Ciudad de Londres consiste en una cruz de gules (rojo) sobre campo de plata, en el primer cuartel una espada colocada en palo (verticalmente). Sostienen el escudo dos soportes con forma de dragón de plata cargados con una cruz de gules. Timbra un yelmo con burelete y lambrequines de plata y de gules surmontado por una cimera con forma de ala de dragón de plata cargada con una cruz de gules. Con frecuencia únicamente aparecen representados el burelete y la cimera. En la parte inferior del escudo aparece, escrito en una cinta, el lema de la ciudad DOMINE DIRIGE NOS (habitualmente el lema se reduce a la palabra DIRIGE) que significa "'SEÑOR, DIRÍGENOS". La cruz de gules sobre el campo de plata es conocida como la Cruz de San Jorge y es el símbolo de Inglaterra. La espada simboliza a San Pablo. En el año 1381 ya se había adoptado el escudo con la cruz de San Jorge y la espada de San Pablo. La versión actual, en la que aparecen los dos soportes con forma de dragón, se remonta al siglo XVII. Aunque hubo escudos anteriores, los orígenes del escudo actual datan de 1381, mientras que la versión actual es de 1957.​ Asimismo, es símbolo solo de la Ciudad de Londres: tanto la ciudad de Westminster, como el condado de Londres, conocido como Gran Londres, tienen sus propias armas, y así tienen todos los otros municipios de Londres


The scarlet robe, with train

(en inglés, City of London y, más informalmente, the City o Square Mile debido a que su superficie es de alrededor de 1 milla cuadrada o 2,6 kilómetros cuadrados, o 260 hectáreas) es una pequeña área en el Gran Londres. La conurbación moderna de Londres se desarrolló alrededor de la City y la cercana ciudad de Westminster, la cual es el centro del gobierno real. La City de Londres es uno de los distritos financieros más importantes de toda Europa.
En la época medieval la City (la Ciudad) constituía la extensión total de Londres, pero actualmente este último término se utiliza para referirse a una conurbación mucho más grande, que abarca, además de la City, los otros 32 burgos londinenses, entre los que se encuentra Westminster. La City continúa siendo parte del centro de Londres, pero la mayoría de las funciones metropolitanas (exceptuando los servicios financieros) se concentran en el West End. 
La población residencial de esta área no supera los 9 000 habitantes, pero el número de personas que trabajan en ella es de alrededor de 320 000.
La City tiene dos enclaves —Inner Temple y Middle Temple— que forman parte del condado ceremonial de la Ciudad de Londres, pero no son gobernadas por la corporación de Londres; esta corporación municipal gobierna el resto de la City, y también es poseedora de varios espacios abiertos dentro y alrededor de Londres.
Su lema en latín es Domine dirige nos, que en español significa «Guíanos, Señor»

Extensión


Lord Mayor David Wootton and entourage emerging from the Royal Courts of Justice, at the end of half-time during the 2011 Lord Mayor's Show
La extensión de la Ciudad de Londres estaba originalmente delimitada por una pared defensiva perimetral conocida como el muro de Londres, construida por los romanos para proteger el estratégico puerto de la Ciudad. Sin embargo, los límites de la City moderna no van más allá de los delimitados antiguamente por el muro, aún habiéndose expandido la conurbación circundante.
El muro desapareció ya hace mucho tiempo, pero varias secciones permanecen visibles sobre el suelo. Una de éstas se encuentra cerca del museo de Londres, otra, en las cercanías de la iglesia histórica de san Alfege (St. Alphage) y, otras dos, cerca de la torre de Londres.
La City limita con Westminster al oeste, con Camden al noroeste, Islington y Hackney al norte, Tower Hamlets al este, y Southwark al sur. En algunos lugares el distrito financiero se extiende un poco más allá de los límites políticos hacia el norte y el este, ocupando zonas de Camden, Hackney, Tower Hamlets y Southwark que informalmente son vistas como partes de la Square Mile.
Desde los años 1990, la margen oriental de la City, así como las zonas de Hackney y Tower Hamlets cercanas a ésta, han constituido un foco de desarrollo progresivo para la construcción de oficinas debido a su relativa disponibilidad de grandes espacios comparado con la City en sí misma.
Desde 1991, Canary Wharf, unas pocas millas al este del límite entre la City de Londres y Tower Hamlets, se ha convertido en el segundo centro financiero de Londres encontrándose allí un importante número de bancos y otras instituciones localizadas antiguamente en la Square Mile. No obstante, se teme que la City fuera dañada por este desarrollo aparentemente infundado por el predecible crecimiento en ambas zonas. Canary Wharf ha brindado ciertamente aprovechables espacios de oficinas en un momento en el que es difícil encontrarlos dentro de la Ciudad y, por lo tanto, ha evitado que grandes compañías, como HSBC Holdings plc, se vayan a otros lugares.
La City de Londres es el condado ceremonial más pequeño de Inglaterra tanto en lo concerniente a extensión como a población y el segundo en el Reino Unido con esas características, sólo superado por la ciudad St David's en Gales.
En su máxima extensión la City incluyó áreas que hoy no le pertenecen, como Southwark por ejemplo. La City controla la mitad norte de la parte del río Támesis que se extiende desde el puente de Londres y el Blackfriars Bridge; la mitad meridional corresponde a Southwark.
La City también posee y se encarga del mantenimiento de varios espacios abiertos fuera de sus límites: Ashtead Common, Burnham Beeches, el bosque de Epping, Hampstead Heath (incluyendo Parliament Hill), Highgate Wood, Queen's Park, el parque de West Ham y West Wickham and Coulsdon Common.
La City también es el único distrito del Gran Londres que no está cubierto por la Metropolitan Police; tiene su cuerpo de policía propio, la City of London Police.
Límites de la City de Londres; en rojo las antiguas muralllas y negro el municipio.

Historia

El área de la City de Londres tiene independencia administrativa desde el año 886, cuando Alfredo el grande nombró a su yerno el Earl Æthelred de Mercia como gobernador de Londres. El rey Alfredo se quiso asegurar de proporcionar alojamiento adecuado a los comerciantes del norte de Europa, los cuales llegaban desde el Báltico e Italia.
La City desarrolló su propio código legislativo para las clases comerciantes, consiguiendo tal autonomía que Sir Laurence Gomme le concedió el estatus de reino separado con sus propias leyes. La Ciudad estaba compuesta por circunscripciones gobernadas por concejales. Se celebraban reuniones para toda la Ciudad a la sombra de la catedral de San Pablo de Londres. En el siglo X, el rey Athelstan pedía 8 monedas para establecerse en la Ciudad, comparadas con las 6 que se pedían en Winchester, su capital, denotaban la salud financiera en Londres.
Tras la batalla de Hastings, Guillermo el conquistador marchó sobre Londres, pero fracasó en su intento de atravesar el río Támesis por el London Bridge. Finalmente lo atravesó en Wallingford, saqueando todo lo que encontró a su paso. Luego Edgar Atheling se rindió en Berkhamsted. El rey Guillermo I de Inglaterra recompensó a los londinenses con un estatuto en 1075.1​ La City fue uno de los pocos reductos donde los ingleses conservaron su autoridad.

La City ardió en llamas en dos ocasiones, la primera de ellas en 1212 y la segunda y más conocida en 1666, en el denominado gran incendio de Londres. La gran mayoría de las propiedades y objetos de arte de las grandes familias perdieron toda su memorabilia, por lo cual durante la ocupación de las tropas británicas durante la caída de la República de Génova, la ciudad de Londres compró los escudos de armas y retratos familiares de los nobles genovéses a cambio de su libertad. Hoy día se puede ver el escudo de armas de Londres con la adición de la daga protectora que fue añadida al implantarse los retratos genoveses en Londres.​ Los retratos originales se pueden encontrar en masiones y residencias, así como en propiedades públicas de la era Victoriana.
La población cayó en picado a lo largo del siglo XIX, y ya comenzado el siglo XX gran parte de la población decidió trasladarse a barrios de las afueras de la Ciudad. Muchos edificios fueron demolidos para dar paso a modernas edificaciones de oficinas, manteniéndose como bloque residencial la zona del Barbican Estate, construida entre 1965 y 1976. Allí se encuentra el museo de Londres

Los años 70 vieron la construcción de infinidad de edificios de oficinas, incluido el NatWest Tower, que fue el primer rascacielos del Reino Unido. El desarrollo de los edificios dedicados a oficinas fue mayor en el centro, el norte y el este de la City, construyendo un segundo gran rascacielos, el 30 St Mary Axe con un tercero en construcción en la actualidad.

La City en la actualidad
La city y la Región de londres


La moda del desarrollo de edificios de oficinas ha hecho que la población en la actualidad no supere los 10.000 habitantes. A pesar de ello, en los años 90 se comenzó la construcción de hoteles y galerías comerciales, pero que no consiguieron que los fines de semana la City se convirtiera en un remanso de paz, incluso con bares y pubs cerrados.


9 curiosidades sobre la City de Londres 


1. Algunos números

La City de Londres es una pequeña área en la conurbación del Gran Londres con una superficie aproximada de una milla cuadrada (equivalente a unos 2,6 kilómetros cuadrados). Dentro de tan reducidos límites se negocian cada día productos financieros por valor de casi dos billones de dólares, lo que supone la tercera parte del total que se mueve en todo el mundo. Genera el 9% del Producto Interior Bruto del país británico y un 35% de las exportaciones del Reino Unido al exterior, y cerca de 500 entidades bancarias tienen sucursales o sedes en dicho espacio. Se estima que de tan reducido espacio dependen de forma directa e indirecta un millón de empleos.

2. El origen de Londinium

Se cree que Londres (y por extensión la City) fue fundada por los romanos en el año 47 d.C., coincidiendo con la invasión de las legiones a Britania. Delimitaron la ciudad con una pared defensiva perimetral con la que querían proteger el estratégico puerto de la urbe que en su momento constituía el principal foco de comercio de la región. Pese a ello, la mayoría de historiadores coinciden en señalar el nacimiento de esta institución en el año 866, cuando bajo el gobierno de Alfredo el Grande se le garantizó a dicho distrito independencia administrativa y se nombró a Earl de Mercia como su gobernador, constituyendo desde entonces un lugar de refugio para los comerciantes de toda Europa.

3. Arrasada en tres ocasiones

A lo largo de su historia, el distrito financiero de Londres se ha enfrentado a una destrucción total o casi absoluta en tres ocasiones. La primera de ellas que a su vez fue también la más devastadora fue en 1212, cuando un incendio arrasó los vetustos edificios de madera y adobe que se repartían por su espacio. La segunda y más conocida fue en 1666, en el conocido como gran incendio de Londres, que de nuevo redujo la City (y grandes áreas adyacentes) a cenizas. La más reciente fue durante la Segunda Guerra Mundial, dado que conociendo su importancia estratégica las tropas alemanas concentraron sus bombardeos en esta zona que dejaron reducida a escombros.


4. ¿Puede la Reina Isabel II acceder libremente a la city?

La existencia de la City es anterior incluso al nacimiento de Inglaterra y por supuesto del Reino Unido. Ello ha ayudado a alimentar la leyenda urbana de que los mismos monarcas británicos tienen vetado su acceso a dicho espacio y sólo pueden entrar con el permiso de las autoridades. Un hecho que pese a su difusión es totalmente falso.

La tradición es que el Lord Mayor (que equivaldría al alcalde de dicho espacio) da la bienvenida al monarca de turno en una vistosa ceremonia. Desde tiempos inmemoriales se impuso entre los miembros de la familia real británica solicitar permiso para entrar, pero sólo en señal de cortesía. En la práctica, no se dispone de mecanismos legales con los cuales se pueda prohibir u obstaculizar la entrada de miembros de la Realeza en dicho espacio.  

5. Uno de los sistemas de elecciones más complejo del mundo

Dentro del peculiar sistema administrativo británico, el de la City puede considerarse el más complejo. Para empezar, la llamada City of London Corporation es a la vez un ayuntamiento y una empresa privada, realizando funciones normales como regulación urbana y prestación de servicios públicos, pero también con responsabilidades sobre propiedades inmobiliarias y promoción de intereses económicos.

Su alcalde no es elegido por sufragio universal, sino mediante un sistema mucho más complejo. En su elección participan tanto los residentes como las empresas ubicadas en dicho espacio a través de sus empleados. Éstos se encargaran de elegir 105 councillors, que formarán un gobierno junto a los otros councillors y aldermanelegidos por los 25 wards (barrios) que integran la milla. El alcalde (cuyo cargo oficial tiene el pomposo título de The Right Honourable Lord Mayor of the City of London) ha de haber sido antes uno de los Sheriff de la City, lo que a su vez implica haber sido antes un alderman, pero si bien estos son elegidos por una mezcla de residentes y empleados, los Sheriffs son elegidos sólo por las Livery Companies (antiguos gremios).

Este confuso sistema de elecciones está protegido por la misma Carta Magna y cabe añadir que el cargo de alcalde no está renumerado y su principal función es actuar como representante y promotor de los intereses económicos de la City.

6. Negocios piratas

Dentro de los términos de la City se pueden encontrar sucursales o sedes de las principales compañías aseguradoras, jurídicas y financieras del mundo. Pero también hay espacio para empresas con actividades menos usuales. Quizás una de las más llamativas es la de que aquellas que median en los rescates de buques capturados por piratas, un filón desconocido por muchos pero que en sus años de mayor actividad llega a tener un volumen de negocio que supera los 150 millones de dólares. Existen varias compañías que se encargan de gestionar los rescates y mediar entre armadores, compañías aseguradoras y piratas, y a título de ejemplo basta señalar que los rescates de la nave española Alakrana, capturada por piratas somalíes, o el anterior del atunero Albacora IV, fueron total o parcialmente gestionados allí. City de Londres.

7. Allí se concentran el grueso de rascacielos del Reino Unido

Hoy en día los rascacielos forman parte del paisaje de Londres y otras ciudades de gran extensión. Pero no fue hasta la década de los 70 cuando éstos comenzaron a popularizarse. Con afán de crear más espacio para oficinas, se extendió la construcción de dichas estructuras, y hoy en día en dicha zona se concentran 16 edificios con más de 100 metros de altura, liderando la clasificación Leadenhall Building, con 225 metros y 48 pisos.

8. Totalmente vigilada

Si Londres puede casi definirse como un “gran hermano” donde casi cualquier movimiento está vigilado por CCTV y policías, la labor de custodia es mucho más acusada en el distrito financiero. La City ha sido objeto de varios atentados del IRA a lo largo de su historia, incluyendo el atentado de Bishopsgate en 1993 que dejó 45 heridos y daños materiales por valor de 350 millones de libras. Tras ello se implantó el llamado “anillo de acero” (Ring of Steel), un cordón de seguridad que incluye una red de barreras urbanas, puestos de control y cerca de 700 cámaras de seguridad con las que se vigila e identifica a cualquier sospechoso.

9. Población flotante


Pese a que cada día más de 300.000 personas se desplazan allí para trabajar, en la City viven de forma permanente menos de 9.000 personas. Constituye el distrito menos poblado de Londres y el segundo menos poblado de Inglaterra, sólo por detrás de las islas Sorlingas (Isles of Scilly en inglés), en Cornwall.

Comentario sobre City.




La mayoría de los británicos, y extranjeros  que alguna vez han deambulado o deambulan por las calles de Londres, no saben que dentro de la histórica capital de Inglaterra existe otro “Estado”, otra organización jurídico-política completamente diferente, con sus propias leyes y gobernantes, donde el Parlamento de Westminster apenas tiene algo que decir: la City, el Vaticano del dinero y de la banca.
En los casi dos kilómetros cuadrados del centro de Londres que componen la City viven menos de 9.000 personas, pero cada día entran a trabajar más de 350.000, en su inmensa mayoría, en el sector financiero. La City es, por volumen de transacciones, el mayor centro financiero del mundo, y en ella tienen su sede los bancos y aseguradoras más importantes del globo. Pero… ¿por qué se concentran todos en un espacio tan reducido?

La historia de la Square Mile, de la City, está ligada a la historia de Inglaterra y de Londres. De hecho, en su misma existencia es donde encontramos el origen más remoto y antiguo de la capital británica. Como el resto de ciudades, durante la Edad Media la expansión demográfica implicó la superación de los antiguos límites geográficos, de las antiguas murallas, y Londres fue creciendo y olvidándose de su ancestral origen. Sin embargo, esa pequeña milla cuadrada supo conservar un status jurídico diferenciado del resto de la ciudad que había ayudado a expandir. Desde el medievo, los comerciantes y burgueses más adinerados se atrincheraron en la City para alejarse del poder arbitrario del Rey y asegurar así sus recursos, arrebatando una pequeña parcela de autonomía jurídica y política.
 Y lo consiguieron gracias al propio devenir de la Monarquía inglesa, cuyas debilidades puntuales a lo largo de la Historia eran aprovechadas por los poderes intermedios para consagrar límites a su actuación. El Parlamento inglés, origen de nuestras democracias liberales, fue el gran triunfo de este proceso de limitación del poder real y de la creación de las primeras bases de un sistema democrático parlamentario. Pero a su lado siempre convivió, aunque fuera en el olvido de los grandes hechos y epopeyas de la Historia, la pequeña y adinerada City, conservando sus privilegios medievales en torno a un autogobierno donde, ni el Rey primero, ni el Parlamento después, podían interferir.

Y aunque el Gran Incendio que en 1666 arrasó Londres afectó especialmente a la City, que tuvo que sufrir una completa reconstrucción, dirigida por el arquitecto Christopher Wren, se lograron conservar las antiguas fronteras romanas y, por ende, la antigua organización política autónoma. Así las cosas, la aglomeración de viejas viviendas en la milla, y la proliferación de nuevos barrios en las afueras de la ciudad, hizo que poco a poco, durante fines del XIX y principios del XX, la City fuera acabando en un pésimo estado de abandono, sin apenas población. Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, el gobierno local y autónomo de la milla empezó a derribar viviendas y palacetes seculares para dejar sitio a gigantescos edificios y rascacielos que, a finales de los 70, ya definían el skyline londinense. En ellos, miles de compañías financieras se instalaron y trasladaron sus sedes sociales y sus centros de decisión, hasta convertir la medieval Square Mile en, como decíamos, el mayor distrito financiero del mundo.

La pervivencia de aquella forma medieval de autogobierno y de los privilegios jurídico-políticos en la City, considerados hasta entonces como una más de las rarezas simbólicas de Inglaterra, proporcionaba el marco perfecto en el que el gran capital podía refugiarse no sólo de los impuestos, sino también de las “trabas” legales y regulaciones de todo tipo que desde el Parlamento y la Unión Europea se cernían sobre la actividad financiera. En una de las múltiples y anquilosadas peculiaridades simbólicas del Reino Unido, de la Old England, el sector financiero encontró la oportunidad de oro para atrincherarse de la ley, para aprovechar el autogobierno de la City y dotarse a sí mismo de reglas propias, desde la opacidad y la impunidad fiscal más absolutas.

La milla se gobierna a través de la City of London Corporation, una especie de “Polis” con plena autonomía que posee sus propias reglas “democráticas”. A la cabeza de la Corporación está el Lord Mayor, elegido a través de unas elecciones que a día de hoy parecen más propias de una utopía anarco-capitalista medieval que de un sistema constitucional contemporáneo. Las compañías financieras con sede en la City, agrupadas en la Livery Company, elijen al Lord Mayor y a una pequeña asamblea de notables dependiendo del peso financiero y del número de trabajadores que tiene cada una. A más capital, más votos. Las 9000 personas que viven en la City, agrupadas en una circunscripción diferente, apenas tienen capacidad de influir en las elecciones, pues tras la ponderación de capital-valor del voto, quedan completamente relegadas. “Democracia medieval”, le llaman algunos…pero este sistema no reviste ninguna garantía democrática al olvidarse de los principios más elementales de la democracia (una persona, un voto). Por la estructura política de esta peculiar “polis” financiera de Londres no ha pasado ni el liberalismo, ni la democracia constitucional ni ningún otro movimiento contemporáneo. Es simple y llanamente la materialización de una auténtica plutocracia medieval, donde el dinero, el poder del capital, se canaliza también en el seno de los poderes políticos institucionalizados.
Lord Mayor wearing the state robe over court dress

El Lord Mayor, elegido como decimos por los bancos y aseguradoras, es el encargado de gobernar la City, que incluso posee su propia policía. Sin sueldo, siempre ha procedido en las últimas décadas de la gran banca, y tiene como misión principal, además, la de representar los intereses de la milla en el exterior, es decir, los intereses de las compañías financieras fuera de los límites ancestrales de la City. Pero por exterior no se entiende solo el plano de las relaciones internacionales, que también (de hecho, el Lord Mayor se encuentra fuera del Reino Unido más de 100 días al año), sino el de la propia Inglaterra.
 Este singular gobernante, siempre vestido como si estuviera en un carnaval veneciano del siglo XVIII, al ser el portavoz oficial del mayor centro financiero del mundo, que da trabajo directamente a más de 350.000 personas con un alto poder adquisitivo, se convierte de facto en un lobby en sí mismo, cuya mera presencia en los salones de Westminster hace temblar al Premier y sus ministros. De ahí que, como se viene denunciando desde hace tiempo por la prensa británica, especialmente por The Guardian, en los últimos años los gobiernos ingleses hayan confundido los intereses de la City con los del Reino Unido, y les haya llevado a apartarse de la Unión Europea y de su marco de regulación financiera, que no por laxo deja de existir y de incordiar al gran capital londinense.

A ello hemos de sumarle que en el régimen impositivo de la City apenas aparecen las leyes británicas, por lo que se convierte toda ella en un auténtico paraíso fiscal en pleno corazón de una de las urbes más importantes del mundo y motor de la economía europea. Por si fuera poco, y como ha puesto de manifiesto la exfiscal francesa Eva Joly, auténtico ariete contra los paraísos fiscales, la City, gracias a su opacidad, su falta de regulación y el desconocimiento de la existencia de sus instituciones de autogobierno, se ha convertido también en un paraíso jurídico.
 Ningún requerimiento judicial de las autoridades de terceros países logra atravesar las enmarañadas madejas legales de la plutocracia medieval de la milla, lo que garantiza una total impunidad, y no sólo fiscal, a las compañías y a los consejos de administración que las dirigen.
Si, haciendo uso de nuestra imaginación jurídica, se aprobara una hipotética Constitución del Reino Unido, una disposición adicional tendría que indicar que la City de Londres permanecería fuera de la autoridad del Parlamento, los votos de la banca contarían más que los de los ciudadanos, y los representantes del autogobierno serían elegidos de entre los adinerados del gremio financiero medieval. Algo impensable para el constitucionalismo y para nuestro horizonte de pensamiento actual sí, pero real, excesivamente real.
En el seno de Londres, en el corazón de Europa, pervive una isla jurídico-política gobernada a través de procedimientos medievales plutocráticos por las compañías financieras más poderosas del mundo, protegidas en su autonomía de las regulaciones nacionales e internacionales, de los impuestos y de las decisiones políticas democráticas. Algo más que una milla que a día de hoy se ha convertido en un verdadero Estado del dinero, la opacidad y la acumulación de capital.

Comentarios

  1. centro de la metrópolis inglesa, reliquia turística de su historia urbana, y centro financiero mundial

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