Andreas “Dries” Riphagen ejemplo de los criminales de guerra que refugiaron en la américa latina.-a
"La cacería de nazis termino después de década de búsqueda, lamentablemente unos pocos del total de criminales, fue capturado, enjuiciados, y condenado, el resto quedo impune."
Simon Wiesenthal
(Buczacz, 31 de diciembre de 1908-Viena; 20 de septiembre de 2005) fue un investigador y cazanazis austriaco, que tras haber estado prisionero en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen durante la Segunda Guerra Mundial dedicó la mayor parte de su vida a localizar e identificar criminales de guerra nazis que se encontraban fugitivos, para llevarlos ante la justicia. Soledad Garcia Nannig; Maria Veronica Rossi Valenzuela; Francia Vera Valdes Wiesenthal nació en 1908 en una familia judía en Buczacz, cerca de Leópolis, en la actual Ucrania. Se tituló como arquitecto en la Universidad Técnica de Praga en 1932, pues rechazaron su admisión en la Universidad Politécnica de Lvov (Leópolis). En 1936 se casó con Cyla Mueller. Wiesenthal vivía en Leópolis, por entonces perteneciente a Polonia y en la actualidad parte de Ucrania, en el momento de iniciarse la Segunda Guerra Mundial, momento en que esta ciudad fue ocupada por la Unión Soviética. El padrastro y el hermanastro de Wiesenthal fueron asesinados en circunstancias nada claras y Wiesenthal fue forzado a cerrar su firma y a trabajar para el Estado. Cuando Alemania invadió la Unión Soviética en 1941, Wiesenthal y su familia fueron arrestados en Checoslovaquia. La esposa de Wiesenthal pudo ocultar su origen judío a los soldados alemanes con falsos papeles que le fueron suministrados por la Resistencia polaca a cambio de diagramas de las intersecciones de la vía férrea que dibujó su marido, pero éste no fue tan afortunado. Fue internado en cinco campos de concentración durante más de cuatro años. Durante su encierro intentó suicidarse cortándose las venas de las muñecas. Wiesenthal consiguió los nombres de los soldados alemanes que conoció durante su reclusión y, una vez liberado, se dedicó exclusivamente a buscarlos y acusarlos públicamente de criminales de guerra nazis. Fue liberado en 1945 del campo de concentración de Mauthausen por los estadounidenses. Cuando el genocidio nazi terminó, en 1945, todo el mundo volvió a su casa para olvidar. Pero él no (...), tenía una tarea que nadie más quería, cuando los aliados se interesaban sobre todo en la Guerra Fría. Wiesenthal fue liberado de Mauthausen por las fuerzas estadounidenses en 1945. Tan pronto como su salud mejoró, ofreció sus notas sobre los criminales nazis al Ejército de los Estados Unidos y trabajó recogiendo documentación para los procesos judiciales sobre los nazis realizados en los juicios de Núremberg. En 1947, él y treinta voluntarios más fundaron el Centro de Documentación Judía en Linz (Austria), con el propósito de recoger información para futuros procesos. Sin embargo, los Estados Unidos y la Unión Soviética perdieron el interés en promover procesos contra crímenes de guerra y el grupo se dispersó. Pese a todo, Wiesenthal continuó reuniendo información en su tiempo libre mientras trabajaba en todo momento en ayudar a los afectados por la Segunda Guerra Mundial. El trabajo de Wiesenthal En 2010, Tom Segev, publicó su libro asegurando que el Mossad el Servicio de Inteligencia de Israel, apoyó a Wiesenthal y ayudó a llevar a más de 1100 criminales nazis ante la justicia, "a pesar de la apatía del mundo" según el centro. El famoso "cazanazis" estaba enfermo desde hacía varios años y vivía como un recluso. Había sobrevivido a cinco campos de concentración al fin de la guerra, pero 89 de sus parientes murieron. El rabino Marvin Hier, decano y fundador del Centro Simon Wiesenthal en Los Ángeles (California, Estados Unidos), una organización no gubernamental de defensa de los derechos humanos, describió en un comunicado a Wiesenthal como "la conciencia del Holocausto". Wiesenthal fue una figura fundamental en la captura y procesamiento del principal factor de la "solución final" o Endlösung, Adolf Eichmann. En 1954, Wiesenthal consiguió localizar e identificar en Buenos Aires al destacado nazi Adolf Eichmann e informó de ello al Centro de Investigación del Holocausto Yad Vashem en Israel, cuyas autoridades eran inicialmente muy escépticas al respecto, pero finalmente Eichmann fue capturado por el Mossad en la conocida "Operación Garibaldi". Eichmann, el hombre que planificó la deportación y muerte en masa de judíos en Europa, fue secuestrado en 1960 en su hogar en las afueras de la capital argentina, trasladado clandestinamente a Israel y por último sentenciado a muerte en 1961 y ejecutado en 1962, tras la celebración de un juicio trasmitido por televisión. Gracias a ello y ese mismo año, Wiesenthal reabrió su Centro de Documentación Judía con el apoyo de donaciones de todo el mundo. Continuó, pues, trabajando en otros casos. Entre sus mejores logros estuvo la identificación y localización de Karl Silberbauer, el oficial de la Gestapo responsable del arresto de Ana Frank, que fue descubierto en 1963 cuando trabajaba como inspector de policía en Viena, a quien se le abrió una averiguación administrativa y que fue reintegrado al servicio un año después, debido a que no había cometido delito en el ejercicio de sus funciones. Durante este periodo Wiesenthal también localizó nueve de los dieciséis nazis juzgados en la Alemania Occidental por el asesinato de la población judía de Leópolis, la ciudad natal de Wiesenthal. El austriaco Franz Stangl, comandante de los campos de concentración de Treblinka y Sobibor, fue capturado en 1967 en el Brasil gracias a su investigación, y el alemán Josef Schwammberger, comandante del gueto de Przemysl, fue detenido en 1987 en Argentina. Hermine Braunsteiner, un ama de casa que vivía en Queens, Nueva York, también fue identificada por Wiesenthal como "la yegua de Majdanek", así llamada porque acostumbraba a patear a las reclusas hasta matarlas. Finalmente fue extraditada a Alemania en 1973 y condenada a cadena perpetua en 1981. Estuvo tras los pasos de Josef Mengele en el Paraguay, pero se le escabulló al momento de encontrar a Eichmann en 1959. Década de 70s en adelante A lo largo de los años Wiesenthal recibió muchas amenazas de muerte y, en 1982, explotó una bomba puesta en la parte exterior de su casa en Viena. Tras cincuenta y ocho años de trabajo, Wiesenthal anunció en abril de 2003 su retiro, diciendo que había encontrado a todos los nazis que había estado buscando y les había sobrevivido: "Si hay algunos pendientes, ya son demasiado viejos y débiles para afrontar ahora un juicio. Mi trabajo está hecho." Sin embargo, según dijo Wiesenthal, el último nazi que todavía restaba enjuiciar fue Alois Brunner, mano derecha de Eichmann, de quien se dice se encontraba oculto en Siria. Wiesenthal consiguió, a lo largo de su larga vida, llevar ante la justicia a más de 1100 reos de crímenes contra la humanidad en todo el mundo. El 19 de febrero de 2004, Gran Bretaña decidió nombrar caballero honorífico a Wiesenthal en reconocimiento a "toda una vida de servicio a la humanidad". Wiesenthal obtuvo igualmente la Medalla de oro del congreso de los Estados Unidos, la Medalla por la Libertad Holandesa, la Medalla por la Libertad de Luxemburgo, la Legión de Honor francesa, así como las condecoraciones de los grupos de resistencia de Austria y Francia. La esposa de Wiesenthal murió el 10 de noviembre de 2003 a la edad de noventa y cinco años. Wiesenthal falleció en Viena mientras dormía el 20 de septiembre de 2005 a la avanzada edad de noventa y seis años. Fue enterrado en Israel tres días más tarde, el 23 de septiembre. |
Una gran cantidad de criminales de guerra de la segunda guerra mundial, escaparon al nuevo mundo y el novísimo, muchos con sus manos ensangrentadas, criminales que no fueron juzgados, y desaparecieron de la historia; tardaran décadas o siglos de investigación histórica , para saber quienes fueron, de donde vinieron , donde ocultaron de justicia y que paso con ellos; no creo que descubra nada, no hay interés en los historiadores y autoridades, el escape de los nazis se convertirá en un mito, un folclor; ya han pasado generaciones desde la segunda guerra mundial, este conflicto ya es ahora historia, desapareció los testigos presenciales, la memoria viva de esta tragedia, el dolor de los pueblos, europeos, ya ha desaparecido. Europa actual necesita olvidar estos malos recuerdos, y concentrarse en su futuro, la integración de las naciones europeas en Unión Europea, el ultimo sueño del viejo continente.
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