Los Nobles Solares Riojanos de TEJADA Y VALDEOSERA.-a

Soledad  Garcia  Nannig; Maria Veronica Rossi Valenzuela; Francia Vera Valdes


Escudo cuadrilongo ibérico cuartelado: 1º de sinople, dos castillos acostados de oro y aclarados de gules, embanderados de plata con una cruz llena de gules con el asta de sable; 2º de azur, dos crecientes tornados de plata en faja, acostados y rodeados por una orla de trece estrellas de oro; 3º de plata, un león de gules, coronado, armado y lampasado de oro; 4º de plata, un tejo de sinople siniestrado de un oso de sable levantado y atado con una cadena de oro a una rama rota; brochante sobre la repartición, una cruz de ocho puntas de oro; la bordura general de oro, con trece conchas de azur cada una cargada de una cruz de Santiago de gules. Al timbre, un casco terciado de oro forrado de gules. Por cimera, un león de gules, coronado, lampasado y armado de oro naciente de un burelete de plata y azur. Rodeando el escudo, desde los ángulos superiores del jefe, trece banderas de azur cada una con un creciente de plata. Por detrás de la cimera, una divisa de plata con el lema: ECCE BEATIFICAMUS EOS QUI  SUSTINUERUNT, en letras de sable.



Los Nobles e Ilustres Solares de Tejada y Valdeosera son dos instituciones jurídico-nobiliarias nacidas en el año 844 que se pueden categorizar como Señoríos Colectivos con territorios propios y que se encuentran ubicados físicamente en pleno corazón de la Sierra de Cameros, situada ésta al sur de la Comunidad Autónoma de La Rioja, región del Norte de España.

Tejada es un territorio de 424 hectáreas, cercano a la cuenca del río Iregua, a unos 1.000 metros de altura, y que hoy en día está integrado en el municipio de Laguna de Cameros. Al medio de este territorio está la Casa Solar con su escudo de armas de alabastro y dos edificios anexos para los ganados que pastan en su término.

Sólo hay caminos de herradura para llegar a élla distando ésta entre 3 a 4 kilómetros de los pueblos que la rodean. Actualmente se está trabajando en el mejoramiento de un camino que permita acceder con mayor facilidad.
Valdeosera por su parte está integrado en el municipio de San Román de Cameros, comprendiendo un territorio de 954 hectáreas a 1.200 metros de altura y un antiguo núcleo poblacional deshabitado en el que se encuentra la Casa Solar con su blasón de alabastro, todo cercano a la cuenca del río Leza que corre paralelo al río Iregua.

Los terrenos de ambos Solares están perfectamente delimitados, siendo su propiedad de carácter privada pero no individual ya que se trata de comunidades de bienes indivisas de antiguo origen germánico donde todos los comuneros gozan de un derecho global de propiedad y usufructo sobre los terrenos. Estos comuneros propietarios son los diviseros inscritos en cada uno de los Solares. 

La importancia de estos Señoríos la encontramos en varias características singulares. Por una parte son las instituciones nobiliarias más antiguas de España vigentes en la actualidad, en otras palabras, son la única Casa Solar española que se inicia en el siglo IX con historia documentada y probada ininterrumpida desde el siglo XV. Además, han persistido desde entonces como las únicas instituciones de nobleza colectiva que han tenido sucesivas confirmaciones de todos los Reyes de sus privilegios, reconocimientos reales que incluso persistieron con posterioridad a la abolición de los Señoríos a comienzos del siglo XIX. Estos privilegios se reducen hoy en día sólo al carácter de nobles de sangre de sus miembros, al acceso a la dignidad nobiliaria de "Señores Caballeros Diviseros" y al derecho a usar el escudo de armas concedido a sus antecesores. Pero además se puede considerar como uno de los linajes más antiguos de España ya que según la tradición se inicia en el siglo IX.

Cabe consignar también la excepcionalidad de que ambos Solares hayan logrado mantener intactos sus territorios solariegos durante más de 1.000 años sufriendo los embates de las circunstancias de los tiempos, especialmente durante los últimos dos siglos. Subsistiendo pese a las leyes surgidas después de las Cortes de Cádiz en 1812 que abolieron los Señoríos, con la excepción de estos dos, además de resistir la marea liberal de mediados del siglo XIX y las leyes desvinculadoras. Señoríos solariegos, jurisdiccionales y dominicales hubo muchos en la historia de España pero todos desaparecieron a excepción de los que estamos tratando.

Si bien hoy en día los privilegios son sólo honoríficos recordemos que en el Antiguo Régimen señorial, que perduró hasta las primeras décadas del siglo XIX, la pertenencia a estas instituciones implicaba también importantes beneficios, entre otros la exención del pago de los impuestos más gravosos, por lo que debía probarse la hidalguía rigurosamente por notoriedad o bien, cuando el divisero se avecindaba en otra localidad, mediante pleito ante la Sala de Hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid. El hecho de estar inscrito como Señor Caballero Divisero Hijosdalgo del Solar de Tejada o del de Valdeosera se consideraba plena prueba de nobleza.

Las confirmaciones regias otorgadas expresamente al Solar de Tejada, y que se extienden también a Valdeosera, que se conservan hasta hoy son de Enrique IV (1460), Reyes Católicos (1491), Carlos I (1527), Fernando VI (1749), Carlos III (1780), Carlos IV (1789), Fernando VII (1816), Isabel II (1868), Gobierno provisional (1869), Alfonso XII (1878), Alfonso XIII (1903), General Franco (1957), siendo la última Real Carta de confirmación mandada expedir el 18 de febrero de 1981 bajo el actual reinado de D. Juan Carlos I a favor de los Caballeros Diviseros Hijosdalgo del Ilustre Solar de Tejada. Todas ellas se conservan en el Archivo del Solar de Tejada. Otro hecho a destacar es que el Solar de Tejada, aparece expresamente mencionado en la sección Señoríos de la Guía Oficial de Grandezas y Títulos del Reino, editada el año 2000 por el Ministerio de Justicia de España.

Los documentos más antiguos que se conservan en ambos solares son del siglo XV pero se afirma tanto en las Confirmaciones Reales como por diversos autores sobre la base de los documentos existentes en esa época y de la tradición hasta entonces recogida, que ambos solares tienen un origen mucho más antiguo datándolo en el año 844, fecha que también está recogida en la Guía Oficial de Grandezas y Títulos del Reino. En ese año el rey Ramiro I de Asturias y León concedió a D. Sancho Fernández de Tejada los Señoríos de Tejada y Valdeosera en las montañas de Cameros, con Privilegio de Nobleza y el uso de escudo de armas común para él y sus descendientes varones o mujeres, como premio tanto por sus servicios de armas en la Batalla de Clavijo acaecida en territorio riojano en ese año 844 en la que tuvo destacada actuación como Maestre de Campo, como también por su destacada participación guerrera en la reconquista riojana en los años previos y posteriores.
La Batalla de Clavijo, cuya existencia ha sido puesta en duda por algunos autores afirmando unos que en realidad habrían sido dos las batallas y otros que se habría confundido con la batalla coetánea de Albelda, tuvo una gran trascendencia al permitir el inicio de la virtual expulsión de los árabes de La Rioja. Pero además está encadenada a dos hechos míticos en la historia de España. Uno de ellos es la legendaria aparición durante la batalla del Apóstol Santiago montado sobre un caballo blanco en actitud combativa de donde surgiría la representación posterior de este como "Santiago Matamoros". 
Además, el triunfo en esta batalla habría permitido terminar con el ominoso tributo de las cien doncellas (50 destinadas para matrimonio y 50 para mancebas) que, según la tradición, anualmente exigía el Emir Abderramán II.

El eminentísimo Marqués de Ciadoncha, José de Rújula y Ochotorena, Cronista y Rey de Armas, en el prólogo del ya citado libro "El Solar de Valdeosera" cuyo autor es Ramón José Maldonado y Cocat afirma que, "Es esta institución nobiliaria (los Solares) una santa hermandad familiar, en que por el hecho de nacer y descender de ella, con la solemnidad de la inscripción, se los califica oficialmente de Nobles Caballeros Diviseros, nobles hijosdalgo de sangre..." continúa luego "Santa Hermandad la de los Solares, que agrupan de manera automática y voluntaria a parientes cuyos troncos comunes de sangre datan de siglos y donde se ven reunidos en las inscripciones de Diviseros, y en la concurrencia a los actos solariegos, a Grandes de España y Títulos del Reino, hombres notables, investidos de los más altos cargos y jerarquías civiles y militares, marinos, etc., juntamente con labradores modestos, hombres humildes, pero nobles, como aquellos, unidos por una sangre común y una gloria secular que los funde y hermana."

Al respecto es interesante mencionar los comentarios del autor José Luis Calvo Palacios quien en su obra "Los Cameros. De región homogénea a espacio plan.", editada en Logroño en 1977, al referirse a Sancho Fernández de Tejada y a los privilegios reales que se le otorgaron señala que, "Esta circunstancia tiene especial significación para el estudio social de la Sierra de Cameros, ya que casi todos los cameranos, de una u otra manera, tienen la condición de nobles, y esto se refleja en su actitud altiva frente a los posteriores Señores de Cameros y en su negativa a emplearse en oficios socialmente considerados como villanos." Esta autor afirma que los descendientes de los diviseros originarios de ambos Solares serían quienes habrían poblado paulatinamente la Sierra de Cameros y de ahí surgió una nobleza colectiva en toda la comarca.

Al respecto Ramón José Maldonado y Cocat en su libro "El Solar de Tejada", editado en 1980 en Ciudad Real, afirma que los siete hijos de Don Sancho que se afincan con él en Tejada serían quienes fundaron o repoblaron las villas de Jalón, Almarza, Pinillos, Laguna, Cabezón y Muro de Cameros, que rodean el territorio del Solar de Tejada, y sus descendientes posteriormente se habrían diseminado fundando los demás pueblos de la Sierra de Cameros entre los siglos X y XI. Señala este autor que, "La realidad es que todos los centenares de hijosdalgo descienden de alguna de las villas nombradas, más o menos lejana o remotamente." En términos numéricos eran 5.113 los descendientes de Cameros que se habían inscrito en el Solar de Tejada hasta 1976. En Valdeosera los inscritos eran 4.819 hasta 1949.

En el aspecto normativo interno el Solar de Tejada se rige por los renovados Estatutos aprobados por la Junta General en mayo de 1974. Por su parte el Solar de Valdeosera se rige por las Ordenanzas de 1579. Hay que aclarar que si bien ambos Solares tienen un mismo origen y un mismo blasón no son una única institución, ya que tienen territorios, estatutos, cargos, existencia y régimen jurídico diferentes. Los Señores diviseros inscritos en un Solar no necesariamente están inscritos en el otro. Ambos tienen sus propias autoridades y archivos, siendo más amplio el de Tejada que mantiene todas las Confirmaciones Reales de Privilegios. Este archivo se custodia en una antigua caja fuerte empotrada en una muralla especialmente construida para estos efectos en la Casa Solariega, protegida por barras y candados estando repartidas las seis llaves en personas diferentes (denominados claveros) por razones de seguridad, las que se juntan una vez cada año coincidiendo con la Junta anual.

Para ingresar a uno de estos Solares y ser asentado como Señor Caballero Divisero Hijosdalgo existe un riguroso procedimiento de admisión en que deben presentarse ante la Junta de Probanza los documentos válidos y suficientes (Partidas de bautismo y de matrimonio) que acrediten el enlace genealógico con un divisero inscrito anteriormente. Se abre un expediente y una vez que éste es informado favorablemente por el asesor jurídico-nobiliario se produce el asentamiento del nuevo divisero. En Tejada las inscripciones son el primer domingo de octubre y en Valdeosera el 12 de octubre de cada año.

Es relevante señalar que ambos Solares teniendo un origen común presentan en la actualidad varias diferencias esenciales. 

La primera de ellas la encontramos en el hecho de que para ser inscrito en Valdeosera se requiere probar el asentamiento previo de un antepasado por línea recta de varón, existiendo una rigurosa masculinidad. Sin embargo, en Tejada el enlace genealógico puede ser por línea de varón o de hembra, lo que es concordante con la que mayoritariamente se ha estimado la correcta interpretación que literalmente expresa el documento más antiguo de confirmación de privilegios que se conserva para Tejada y Valdeosera, la Real Carta de Don Enrique IV de 1460 que dice textualmente:

"Quiero y tengo por bien y es mi merced que, agora e de aquí adelante vos, e vuestros fijos e fijas que agora tenedes e hubieredes d'aquí adelante y de los que de vos y de ellos vinieren ansi varones como hembras para siempre jamás, se os guarden como tales Infanzones, todas las gracias, mercedes y privilegios, exenciones, inmunidades, fueros e prerrogativas, que se concedieron e reconocieron por los Reyes nuestros antecesores e gloriosos progenitores desde el Rey Don Ramiro de León, al propuesto General Sancho Fernández de Texada". Los textos similares que se repiten en varias de las confirmaciones reales de privilegios posteriores de igual forma dejan claramente establecida la transmisión de la nobleza por línea de mujer.

El mencionado Marqués de Ciadoncha, José de Rújula y Ochotorena, señala en la página 35 del prólogo del libro "El Ilustre Solar de Tejada" del autor Jesús Larios Martín, editado en Segovia en 1960, que: "Goza este antiguo e ilustre linaje de un precioso privilegio de que pueden gloriarse pocos o ningún otro linaje, cual es el de heredarse y transmitirse su nobleza, con todas sus preeminencias, igualmente por línea de hembra que por línea de varón. De modo que basta que uno case con hija legítima de algún descendiente del Solar de Tejada para que sus hijos y descendientes puedan usar sus armas y gocen de todas las distinciones y preeminencias de su nobleza e hidalguía."

Claramente se trata de una situación de excepción respecto de la doctrina general histórica que valida como norma general la línea recta de varón para la transmisión de la nobleza. 
Sin embargo, esta norma se encuentra cuestionada judicialmente hoy en día en España por mujeres primogénitas que han reclamado su mejor derecho a suceder en los títulos nobiliarios ante instancias judiciales internacionales ya que consideran que existiría una discriminación por razón de sexo incompatible con la igualdad de derechos que proclama la Constitución Española.Como ratificación de lo señalado cabe mencionar que el primer nieto varón del Rey Don Juan Carlos I, Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón, actualmente tercero en la línea de sucesión al trono de España, fue inscrito recientemente en el Solar de Tejada permitiéndole acceder a este derecho su abuela paterna Doña Concepción Sáenz de Tejada y Fernández de Bobadilla, condesa viuda de Ripalda.

 

La segunda gran diferencia existente entre ambos Solares se encuentra en el hecho de que pese a tener un origen común, en la actualidad únicamente el Solar de Tejada está expresamente reconocido en la sección Señoríos de la Guía Oficial de Grandezas y Títulos del Reino que edita el Ministerio de Justicia de España, si bien por interpretación extensiva se incluye a Valdeosera a causa del origen común de ambos. 

Y la tercera gran diferencia surge del texto del reconocimiento real de privilegios más antiguo que se conserva, el de Enrique IV en 1460, quien al describir los privilegios que recibió Don Sancho señala que el Rey Ramiro I de León concedió el Señorío y las montañas de Tejada al General Sancho Fernández de Tejada para él y siete hijos y el Señorío de Valdeosera para él, su hijo menor también llamado Sancho y para doce caballeros gallegos lugartenientes destacados en las luchas contra los árabes, quienes construyeron 13 casas con exclusión de la posibilidad de tener más vecinos en el lugar. 

Mención especial debemos efectuar acerca del escudo de armas común a ambos Solares que está considerado como uno de los más hermosos de la heráldica española. Se trata de un escudo cuartelado por una cruz Cántabra o de la Victoria. En un cuartel estan representados los castillos de Clavijo y Viguera reconquistados a los árabes y de los cuales Don Sancho fue primer alcaide. En el segundo cuartel dos medias lunas representan a Don Sancho y su esposa Doña María Nuñez Gundimara y las trece estrellas por los trece hijos. El tercer cuartel presenta un león por descender Don Sancho de la Casa Real de León. El cuarto cuartel muestra un Tejo y un oso. Según la tradición el tejo simboliza la rama de ese árbol que en plena batalla de Clavijo cortó Don Sancho al romper su espada para utilizarla como defensa de donde vino la palabra Tejada y el oso atado con una cadena al Tejo por los muchos animales de esa especie que habían en el Val de Osera o Valle de los Osos.

El escudo tiene dos rótulos, ambos provenientes de la Biblia. Uno de ellos ubicado en la parte superior del blasón está tomado de la Epístola de Santiago (St 5,11) y dice: "Beatificamus eos qui sustinuerum" lo que se traduce como "Aquí honramos a aquellos que perseveraron".
El otro rótulo está tomado del Eclesiástico (Si 44,1) y dice: "Laudeamus viros gloriosos et parentes nostros in generatione sua", traducido como "Honremos a nuestros gloriosos antepasados en todas las generaciones."

Luis Valterra Fernández, Jefe de la Sección de Grandezas y Títulos del Reino del Ministerio de Justicia en su obra "Derecho Nobiliario Español" editada en Madrid en 1982 por el Ministerio de Justicia dice:
"¿A que se debe este privilegio posiblemente único?. Su peculiaridad a nuestro juicio responde a un hecho histórico, a todas luces meritorio y glorioso, y a la perseverancia de los sucesores de aquellos caballeros diviseros autores de la gesta y nos atrevemos a añadir que más preponderante el segundo que el primero, ya que los hechos gloriosos son habituales en la historia de España y no todos han perdurado de manera viva de generación en generación."

"Esta persistencia en conservar el recuerdo de aquella gloriosa empresa, ha logrado que todos los monarcas españoles hayan expedido cartas de confirmación que, como terminológicamente indican, son simplemente reiteración o revalidación del privilegio concedido por el Rey Ramiro I de León."

Los solares han logrado pervivir a lo largo de más de 1000 años gracias a la fuerza de la tradición y a la perseverancia de sus diviseros quienes con entusiasmo han logrado defenderlos y mantenerlos vigentes. Han sobrevivido a las Crisis dinásticas, al cambio de los Señoríos colectivos a singulares, a la Guerra de Sucesión, a la Guerra de Independencia, a la incorporación de los Señoríos Jurisdiccionales a la Corona, a las desamortizaciones del siglo XIX, a los Gobiernos Republicanos de comienzos del siglo XX, a la industrialización y a los cambios profundos de la sociedad durante el siglo XX. De manera que se puede afirmar que estos Ilustres Solares son hoy en pleno siglo XXI un trozo vivo de la Edad Media, cuyos ideales religiosos, heroicos y caballerescos siguen encarnando.

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