La edad doradas de la burguesía catalana.-a

F. Xavier Baladia
Xavier Baladia
Barcelona, ​​1965

Es nieto de Francisco Javier Baladia, el Ninus, miembro de una importante familia de la alta burguesía catalana durante cuatro siglos.
Publicó Abans que el temps ho esborri, que se convirtió en el documental Barcelona, Antes de que el tiempo lo borre, galardonado con un premio Gaudí en 2012 y que se ha exhibido en ciudades como Nueva York, París o Londres .


Las mujeres de la familia de Javier Baladía se reunían semanalmente
la segunda por la izquierda, la madre del autor. A la derecha, Isabel Llorach (Propias)

ana karina gonzalez huenchuñir

SERGIO VILA - SANJUÁN
25/01/2011

Un cocinero chino explica tres elaboradas recetas, todas con patatas como único ingrediente, para un primer plato, un segundo y un postre. Menú adecuado para los momentos de escasez de la guerra, que muestra cómo es posible mantener el refinamiento en las peores circunstancias. Con esta secuencia se abre 'Abans que el temps ho esborri' , la película producida por Marta Figueras y dirigida por Mireia Ros que se estrenará en abril en Barcelona y posteriormente pasará por TV3 y TVE.
La vida social y cultural del patriciado catalán, con sus grandes fiestas, el Liceu, las casas de vacaciones, los coches con chófer, las puestas de largo y las bodas con sombreros de copa, la asistencia al Polo, al hipódromo o al tenis, el esquí, el fútbol, los viajes en barco, las tertulias artísticas y la cotidianidad doméstica durante la primera mitad del siglo XX centran este documental. Ha contado con la aportación de una treintena de familias (Elizalde, Ferrater, Salvans, Cardona, De Bievre, Zaforteza? ) que guardaban fotos y películas domésticas anteriores a 1960. Vistas hoy constituyen el documento impagable de un mundo desvanecido.
La película está basada en el libro de Javier Baladía 'Antes de que el tiempo lo borre. Recuerdos de los años de esplendor y bohemia de la burguesía catalana' , publicado por editorial Juventud en el 2003 y posteriormente traducido al catalán por La Magrana. Marta Figueras, que con su productora Bailando con Todos había impulsado proyectos como 'El triunfo'  de Mireia Ros o 'Setembres' de Carles Bosch, se enamoró de esta crónica novelada y ya en el 2004 se propuso llevarla a la pantalla. Distintos avatares ralentizaron la iniciativa hasta que en el 2008, con guión del autor del libro y de Victoria Bermejo, fue reactivada. La banda sonora corre a cargo de Maurici Villavecchia y del propio Baladía, que interpreta una canción de salsa.
El escritor es también el narrador del documental. En su domicilio con buenas vistas de la Ciudad Condal, Baladía se sumerge en viejos documentos, cartas, fotos y filmaciones, que le permiten reconstruir la historia familiar desde los momentos de esplendor hasta la decadencia. 

Abundan en sus distintas ramas los personajes singulares, a través de los cuales el narrador plantea un retrato matizado y con altibajos de "la generación de millonarios más bohemios, esplendorosos y con más estilo que han bailado y paseado bajo el sol y las estrellas del país".
Una clásica imagen del hipódromo barcelonés, que 
congregaba a la alta sociedad catalana vistiendo sus mejores galas

ana karina gonzalez huenchuñir

Señala Baladía que "el máximo esplendor de mi familia coincidió con la de aquella Barcelona que emergía entre las dos exposiciones universales, la de 1888 y la de 1929. Fue una época fulgurante en que se alzó al nivel de las grandes capitales del mundo y brilló como nunca, con una intensidad especial.. Y mi familia, con otras familias de aquella burguesía, lo hicieron posible".
Todo arranca con el pequeño emporio textil que la tía-tatarabuela Ramona Soler consolida a principios del siglo XX en Mataró. A su vera se alza la mansión de Argentona. El heredero de esta señora temible, a quien en la familia llaman Padrí, será un buen burgués al estilo del Joaquín Rius pintado por Agustí en su novela 'Mariona Rebull'. Al igual que Rius, el Padrí Jaume Baladía se ve engañado por su mujer y tiene un hijo golfo que se funde el patrimonio, mientras él acude día a día a la fábrica a tutelar el cumplimiento de sus trabajadores. El cuñado del Padrí es nada menos que Pompeu Fabra, a quien ayudará económicamente en los años del exilio.
El hijo derrochador, Gip, vive a tope el mundo dorado de la Costa Brava en los años treinta, junto con el pintor Sert y su mujer Roussy Mdvani en el Mas Juny. Roussy pertenecía a una familia de falsos aristócratas georgianos, y sus
hermanos habían contraído matrimonio con las actrices Pola Negri (Serge) y Mae Murray (David). El menor, el falso príncipe Alexis Mdvani, era la estrella de la familia. Primero se casó con la heredera Barbara Hutton y después cosechó una amplia lista de conquistas. La época dorada de Mas Juny se cierra con el accidente mortal de Alexis, cerca de Albons, cuando conducía hacia la estación de Portbou con su amante, la baronesa Maud von Thyssen, que quedó desfigurada. Un fascinado Salvador Dalí dejó escrito en su 'Vida secreta' que "se podría esperar un siglo a que volvieran a producirse tales seres".
Después de la guerra, Gip pasa varios años viviendo en el Palace madrileño y luego retorna a Cadaqués. Entre medio, el ambiente y las convenciones sociales de la clase alta catalana han cambiado radicalmente. La película nos muestra un Liceu en 1940 con toda la platea haciendo el saludo fascista. Se oye cantar el 'Cara al sol' . "Què fem?", pregunta angustiado en catalán a su mujer uno de los protagonistas, presente en el acto. "Tú, de momento, levanta el brazo", le contesta en castellano la cónyuge en pragmática adaptación inmediata a las condiciones imperantes.
"Tuve dos retos principales", explica la directora Mireia Ros.
"Primero, encontrar la forma de adentrarnos en la historia. Lo hice con la metáfora de la patata del principio, que nos permite explicar el lujo. Segundo, cuando estudié todo el material recopilado me di cuenta de que en muchas cosas, pese a venir de familias diferentes, era muy similar. Así que ha habido que montarlo de tal manera que esa similitud se rompiera. En algunas fotos hemos recurrido a la animación en 2D, para mostrar el interior de alguna casa".
"No hemos pretendido recrear con exactitud la historia de la familia, sino atrapar el espíritu de aquella burguesía a través de imágenes que tengan un mismo sentido. Cada imagen 'real' de los personajes de Baladía se ve multiplicada por las de otros personajes. La parte de la tía Ramona, por ejemplo, está compuesta con filmaciones de tres señoras diferentes", explica por su parte Marta Figueras.


La productora confiesa que una de las principales partidas presupuestarias del rodaje ha sido para digitalizar en alta definición el abundante material que consiguieron.
"Queríamos abordar esta forma de vida porque no se ha tratado demasiado a menudo, mientras que la de otros estratos sociales ya está muy bien documentada"
No han querido utilizar el rico material sobre el mismo tema rodado por Madronita Andreu a lo largo de cincuenta años "porque ya esconocido" (sustentó la película de J. L. López Linares y Javier Rioyo 'Un instante en la vida ajena' ).

'Abans que el temps ho esborri' ha obtenido el premio CinemaRescat en Memorimages 2010 a la mejor creación con imágenes de archivo.



 Teresa Mestre de Baladía posa con sus tres hijos antes
 del escándalo de su fuga con el historiador de arte

ana karina gonzalez huenchuñir



Una de las aportaciones de Baladía radica en su atención a las dos musas de la cultura catalana del primer tercio de siglo, pertenecientes a distintas ramas de la familia, sobre las que la bibliografía era escasa. Ambas configuran uno de los capítulos más fascinantes de la historia secreta de la ciudad.

La primera es su bisabuela Teresa Mestre, la hermosa mujer casada con el Padrí Jaume Baladía. Bien relacionada con los medios artísticos, Ramón Casas le dedicó un espléndido retrato, a partir del cual, según algunas fuentes, Eugeni d`Ors tuvo la idea de cincelar su personaje de 'La Ben Plantada', arquetipo de la mujer mediterránea.
Una imagen informal de Padrí y de Teresa en los
 primeros tiempos de su relación

Teresa tuvo tres hijos con su marido, pero la relación con la tía Ramona, jefa de la familia, era pésima. El Padrí se movió como pudo entre dos aguas. Hasta que la bella se dio a la fuga con el joven y brillante erudito noucentista Josep Pijoan, hombre de confianza de la Mancomunitat que fue uno de los principales impulsores de la Biblioteca de Catalunya.
Su huida constituyó un escándalo monumental en la Barcelona de los años diez. Los amantes se trasladaron primero a Suiza y después a Estados Unidos, donde se convirtieron a la fe cuáquera y tuvieron dos hijos. Lejos de Catalunya, Josep Pijoan coordinó durante la Guerra Civil un comité de ayuda norteamericana a los republicanos españoles y dirigió la monumental enciclopedia 'Summa Artis', una referencia internacional en su género que incorporó los nuevos conocimientos, sobre todo en arte antiguo, de la época. Josep Pla le dedicó un libro a partir de varios encuentros que mantuvieron en los años cincuenta en Suiza.
Teresa perdió el contacto con sus hijos catalanes ya que la tía Ramona escondió la correspondencia que enviaba a su marido e hijos. Uno de los momentos más emotivos de la película es la reproducción del mensaje grabado que les envió antes de morir, expresándoles su amor y pidiéndoles perdón por el daño que hubiera podido hacerles.
Isabel Llorach fue la "socialite" por excelencia de la Barcelona anterior a la guerra. Heredera, con sus hermanos, de las aguas medicinales Rubinat-Llorach, Isabel constituía la presencia indispensable en todas las fiestas del periodo monárquico y era íntima de los principales prohombres de la ciudad. Por encargo de Cambó puso en marcha en 1929 el Conferentia Club, que aspiraba a culturizar a la burguesía catalana. Hasta la Guerra Civil, desfilaron por sus salones más de quinientos intelectuales y creadores de nivel, desde André Maurois hasta Chesterton pasando por García Lorca o Madariaga.
"La lástima es que el público solía ser muy restringido, principalmente periodistas, señoronas aburridas y algún marido que había sido apartado del negocio familiar y no sabía en qué ocupar el tiempo", escribe Baladía.
La película ha incorporado documentos visuales del ocio 
burgués como esta imagen de tiro al blanco

ana karina gonzalez huenchuñir
También en su palacete de Muntaner la actividad era incesante, un rosario de soirées por las que pasaron Nijinsky o Carlos Gardel.

La vida privada de Isabel Llorach, si la tuvo, se mantuvo en el misterio, aunque la película apunta malévolamente que a esta gran anfitriona le gustaba bajar al puerto a buscar la compañía de los marineros. Otras fuentes dan una versión más ascética de su existencia, sobre todo en su madurez.
Llorach inspiró el personaje de Hortensia Portell en la novela de Sagarra Vida privada , así como algún otro tratamiento novelesco posterior. Después de la guerra decía estar segura, según Baladía, "de que no me han agradecido ninguno de los favores que he hecho". Junto a su amigo Carles Soldevila publicó el libro ilustrado Un siglo de Barcelona , elegía por la ciudad de glamur y fiestas que la revolución y la guerra convrtieron en un recuerdo.



Vida privada.



Pablo Derqui y Aida Folch en un escena de "Vida privada". TV3



Tomàs de Lloberola observa con rabia como un par de operarios descuelgan el precioso tapiz de su majestuoso salón. Es el inicio del fin; la caída de una familia aristocrática catalana. Por ello, el séptimo Marqués de Sitjar no baja la cabeza y se esfuerza por no mostrar debilidad. Cuando el tapiz desaparece de la escena, el marqués se derrumba en uno de los bellos sillones de art déco de la estancia.

Con esta estampa, la directora Sílvia Munt y la guionista Coral Cruz nos presentan Vida privada, la miniserie de televisión que adapta el libro de Josep Maria de Sagarra a la pequeña pantalla y que TV3 (hoy y 14 de mayo) coproduce junto a Oberón. Con una de las grandes obras de la literatura catalana, Sagarra retrató la Barcelona costumbrista de 1929, en la que los últimos coletazos de la dictadura de Primo de Rivera se mezclaban con los anhelos de libertad de la II República, que llegaría un año más tarde. El centro de la obra es la familia Lloberola que, incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos, asiste a su decadencia.

Munt describe a Sagarra como un “psicólogo que refleja todas las capas de las personas”. A la regidora le interesa conocer “por qué actuamos como actuamos”.

Los hermanos Frederic y Guillem Lloberola intentan gestionar con más o menos éxito la previsible caída de su familia. Frederic (Francesc Garrido), el primogénito, representa el fracaso de este intento de la nobleza por adaptarse a los cambios convulsivos de la época y su orgullo lo condena a una profunda decaída personal.
Ante la pérdida de poder e influencia de su apellido, el hermano menor reacciona prestándose a cualquier acción y proposición para regresar a una cúspide social, a la que no piensa renunciar. Guillem, interpretado por Pablo Derqui, que sigue dando vida al Calígula de Mario Gas, ve paralelismos en la corrupción de Vida privada con la actualidad. Para él, la obra presenta
 “un mundo de corruptelas, de bajas pasiones y de dobles morales que vemos cada día en las élites políticas”.

De la misma decadencia viene la prostituta Rosa Trenor, que luchará, como apunta la actriz Maria Molins, entre la “fragilidad y la dureza para no caer en la pasión” que siente por Frederic.

En tan solo cinco semanas y con una “presión muy grande”, Munt ha rodado este proyecto con una cuidada escenografía y decoración, que logra que el espectador viaje hasta las lujosas residencias aristócratas de los años veinte. Un esfuerzo en el que interviene la “magia” del director de fotografía David Omedes, apunta la directora que ha rodado parte de esta producción en Lleida.

Una “magnética” Aida Folch, en palabras de Munt, interpreta a Conxa Pujol, una bella y pasional baronesa que se entrega, junto a su marido, a lascivos juegos sexuales con terceros. Pedro Casablanc, que se atreve por primera vez con el catalán en televisión, interpreta a su marido, respetado Barón de Falset.

Encarnando al Marqués de Lloberola, el veterano Pep Cruz se ve obligado a lidiar con sus dos hijos, incapaces de asegurar la noble descendencia de su estirpe. Cruz se enamoró de la obra de Sagarra cuando rondaba la veintena y quedó impresionado por la “opresión del catolicismo” que el mismo, dice, también vivió en su infancia. El actor recuerda de los curas que, al servicio de las grandes masías, vivían entre los miembros de las familias poderosas, como la que encabeza en la ficción.

Libro

Vida privada es una novela escrita por Josep Maria de Sagarra . Es un clásico de la literatura catalana, que fue publicada en octubre de 1.932 y recibió el Premio Joan Crexells . Sagarra hace un retrato tanto de las clases sociales altas como de las bajas de la Barcelona de aquel tiempo, y provocó un escándalo en aquella época por los temas que trataba y que se basaba, en gran parte, en personajes reales que los contemporáneos podían reconocer. Vida privada ha sido considerada la novela más representativa de Barcelona.

La novela trata sobre la familia Lloberola, perteneciente a la burguesía de los años treinta de Barcelona , la cual está pasando por un momento muy crítico porque ve como les llega la ruina económica y social.  A través de la novela desfilan tres generaciones de la familia Lloberola y, con ella, los cambios de la Barcelona de la época. El autor descubre los convencionalismos que esconden la forma de ser auténtica del hombre y condena los nuevos valores sociales de la época: el afán de figurar, la apariencia externa y la posesión material. Hay constata el cambio de valores que se produce en esta sociedad y describe, con un tono entre la elegía y la nostalgia, La desaparición de una determinada Barcelona. Uno de los personajes de la novela, Pilar de Romero, representa este mundo a punto de desaparecer.

Los lectores de la época respondieron masivamente, en algunos casos de manera airada. Sagarra, buen conocedor del mundo que recrea, no duda a la hora de implicarse directamente en la narración (por ejemplo:
 "El señor de Llinàs jugaba todas las tardes con don José Rocafiguera, con un aragonés llamado Ceballos y con el abuelo del autor de este libro "). 
Esto, y el hecho de que muchas personas se vieran retratadas en la obra, difícilmente le fue perdonado.
En 2015 se publicó en Estados Unidos una versión en inglés de la obra. El año 2017, Televisión de Cataluña en rodó una adaptación en formato miniserie que se emitió el año 2018 en TV3. 

Soledad  Garcia  Nannig; Maria Veronica Rossi Valenzuela; Francia Vera Valdes

Autor Josep Maria de Sagarra i de Castellarnau (Barcelona, 5 de marzo de 1894-27 de septiembre de 1961) fue un escritor español.

 Poeta, dramaturgo y narrador español en lengua catalana que fue el autor más popular de la escena catalana durante las décadas de 1920 y 1930. Hijo de una linajuda familia oriunda de la comarca de La Segarra, su padre, Ferran de Sagarra i de Siscar, fue un notable historiador y arqueólogo especializado en sigilografía. 



Jordi Casassas: "La burguesía catalana del XIX prefirió Borbones a República"
 27 de febrero de 2022

Jordi Casassas Ymbert (Barcelona, 1948). Doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Barcelona. Especialista en la historia y la evolución de los primeros movimientos obreros en Catalunya; y su relación con el catalanismo y el republicanismo de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Es una de las figuras más relevantes de la intelectualidad catalana actual. Ha sido profesor en la Universidad de Barcelona (1974-2013); presidente del Ateneu Barcelonès (2014-2021); miembro numerario del Instituto de Estudios Catalanes (desde el 2012); rector de la Universitat Catalana d'Estiu (desde el 2016); y director de la revista "Círculos. Revista de Historia Cultural". 
Ha escrito varios libros. Recibió el premio Ramon Trias Fargas del 2004 por el libro "El tiempo de la nación. Estudios sobre el problema político de la nación" (Proa, 2004); y el premio Ferran Soldevila del 2018 por el libro "La voluntad y la quimera. El novecentismo catalán entre la quimera y el marxismo" (Enciclopedia Catalana, 2017).

¿Profesor, en qué momento podemos decir que se articula el primer movimiento obrero catalán?

No tenemos que confundir movimiento obrero con mundo del trabajo. Los obreros ya existían; y lo que pasó es que los movimientos obreros se empezaron a articular a partir del deterioro de las condiciones del trabajo.

¿Cuándo pasa eso?

Fue un proceso lento y difícil. Con anterioridad a la Revolución Industrial, es decir con anterioridad a la mecanización de las fábricas; los patrones valoraban mucho la habilidad manual de los obreros. Pero con la introducción de las máquinas a las fábricas, cambia totalmente el paradigma de trabajo. A partir de aquel momento, los patrones ya no valoran la habilidad manual del obrero; sino que lo someten a explotación. Eso, en Catalunya, pasó a partir de la década de los 30 del siglo XIX.

¿Cuando dice explotación, a qué se refiere concretamente?

La habilidad manual del obrero deja de tener importancia porque el trabajo ha sido mecanizado. Para el patrón de la fábrica, lo que pasa a ser prioritario es el rendimiento que obtiene del obrero; es decir, que trabaje más y que cobre menos. Y en este contexto, promueven la llegada de trabajadores procedentes del mundo rural catalán, sin tradición fabril ni cualificación profesional; dispuestos a trabajar por un sueldo más bajo. Los trabajadores antiguos se sienten despreciados, y se produce el conflicto que hace nacer el movimiento obrero.

¿Cómo se articula, inicialmente, este movimiento obrero primigenio?

Se producen dos reacciones. Una primera reacción es el ludismo, la destrucción de las máquinas, consideradas el enemigo del obrero; que, en Barcelona, se contextualiza en las famosas bullangas, que son protestas sociales por motivos diversos que se convierten en revueltas locales, y que tienen una tradición que viene del siglo anterior. Recordamos que el incendio y destrucción de la fábrica Bonaplata (1835), que había sido la primera fábrica, en Catalunya, que había introducido la máquina de vapor; fue la culminación de una bullanga que había surgido en la plaza de toros de "El Torín", en la Barceloneta.

¿Y después de estas reacciones violentas, qué pasa?

Llega un segundo escenario, que es fruto de la maduración de aquel conflicto. Los trabajadores más cualificados y con más capacidad adquisitiva, y que son los más perjudicados por aquel proceso de mecanización de la industria; se empiezan a organizar. Por ejemplo, crean las cajas de resistencia para hacer frente a las consecuencias de estos conflictos, principalmente las huelgas. Recordemos que, en aquel momento, los trabajadores que se declaraban en huelga dejaban de percibir su salario. Este instrumento tuvo mucha importancia. Solo hay que ver la obsesión de las autoridades (gobierno civil, gobierno militar) para localizar y confiscar estas cajas de resistencia.

Me habla de organizaciones que ya disponen de mecanismo de autodefensa. ¿En aquel momento, podemos hablar de sindicatos, o solo son asociaciones obreras?

Inicialmente, durante las décadas centrales del siglo XIX, son organismos pequeños; que, de esta manera, se pueden camuflar mejor. Este es un detalle que diferencia el obrerismo catalán del resto de movimientos del norte de Europa, donde estos movimientos, en aquel momento, ya están muy dimensionados.

¿Quién dirigía estos pequeños organismos obreros catalanes?

Líderes con mucha preparación y mucha concienciación, que no tan solo gestionaban aquellos organismos; sino que trazaban sus estrategias. Participan activamente en las bullas, aquellas explosiones de subversión urbana, con el propósito de promover el acceso al poder de los progresistas. Y eso lo hacen, principalmente, porque la represión que ejercían los gobiernos progresistas contra los movimientos obreros era menor que la que perpetraban los gobiernos liberales-conservadores.

¿Además de las reivindicaciones obreras, cuál era la ideología dominante en aquellos movimientos obreros catalanes primigenios?

En el transcurso de aquel conflicto se produce la confluencia del obrerismo y el republicanismo que causa una gran preocupación a las autoridades y a la patronal de la segunda mitad del siglo XIX. Hay un movimiento insurreccionalista que es duramente reprimido por las autoridades militares.

¿Es en aquel momento que obrerismo, republicanismo y catalanismo se dan la mano?

Durante la primera mitad del siglo XIX, hay una connivencia con el catalanismo porque la memoria de 1714 todavía está viva. El recuerdo de 1714 se ha convertido en defensa popular contra el agresor externo que quiere acabar con las costumbres y las tradiciones. En las bullangas está presente esta ideología. En estas bullangas se organizan juntas rectoras del movimiento subversivo, que cada vez son más radicales, donde están presentes elementos del republicanismo, del federalismo, del catalanismo, del progresismo y del obrerismo.

¿En qué momento, y por qué causa, obrerismo y catalanismo se distancian?

Es fruto de un proceso. Durante la primera etapa del llamado Sexenio Democrático; que se inicia con la Revolución Gloriosa y el derrocamiento de Isabel II (1868); los gobiernos del progresista general Prim y de la monarquía democrática de Amadeo I; nos encontramos con la paradoja de que el poder español desplegó una fuerte represión contra republicanos, federalistas y catalanistas; que fue especialmente dura contra los líderes de un movimiento obrero que se había radicalizado desde la década de los 50. Estos movimientos fueron decapitados, y la colaboración que habían mantenido se hizo muy difícil. A todo eso, se sumó que con la proclamación de la I República (1873), estos movimientos se codifican y se convierten en partidos políticos. Sería la confirmación de un distanciamiento que se había iniciado durante la etapa represiva.

¿El obrerismo catalán, en hechos como el asalto a la Casa de la Llotja (1873), contribuyó al fracaso de la I República española (1873-1874)?

No. En Catalunya el republicanismo era muy importante. Y la instauración de un régimen republicano era un objetivo que tenía mucho consenso. En cambio en España había muy pocos republicanos. Y eso se explica por la ausencia de una vida urbana y de una clase media de ideología democrática; y por el papel destacado que, en la vida política y social española, jugaba una clase militar claramente involucionista, que venía de ejercer una durísima represión contra los primeros movimientos independentistas en Cuba y en Puerto Rico. La I República española fracasó porque los que podían haber sido sus apoyos principales —las burguesías española y catalana— la boicotearon; con el objetivo de restaurar el régimen represor y corrupto de los Borbones que tanto beneficiaba a sus intereses de grupo; tanto los económicos como los políticos.

¿El movimiento obrero catalán se opuso a las guerras coloniales de Cuba, Puerto Rico y Filipinas de finales del siglo XIX?

Sí, y tanto. Aquellas guerras eran de una impopularidad total. También los federalistas catalanes, que en aquel momento, eran próximos al movimiento obrero catalán, se opusieron. Obreristas y federalistas catalanes eran partidarios de dar la autonomía a las colonias; o, directamente, concederles la independencia.

El atentado contra la procesión de Corpus en la calle de los Canvis Nous de Barcelona (1897), que se saldó con 12 muertos y 70 heridos; y que las autoridades gubernativas atribuyeron al movimiento anarquista y resolvieron con el fusilamiento de 7 líderes obreros; ¿fue un ataque de falsa bandera?

Durante la últimas décadas del XIX hay un paisaje de desorganización fruto de la durísima represión. En aquel momento se suma un nuevo actor: el anarcocomunismo que es la facción más radical contra la represión del estado. Emprenden la lucha armada para debilitar la burguesía y el sistema. Son gente iluminada que actúan individualmente contra grandes figuras; para crispar la conciencia burguesa que pretende vivir en un mundo tranquilo. Los estados europeos decretan las primeras leyes antiterroristas (España la importa de Francia); y se crean cuerpos policiales de alcance general. Este anarcocomunismo significa un retroceso para el movimiento obrero.

Al principio del siglo XX aparece la figura de un político populista y demagogo nombrado Lerroux que se nutre de la radicalización del movimiento obrero. ¿Lerroux era un obrerista o era un oportunista?

Lerroux fue un personaje muy inteligente que vivió pagado por el ministerio de Interior español. Supo generar un movimiento moderno en base al desengaño al movimiento obrerista y republicano fruto de estos atentados —como el de la procesión de Corpus de 1897; y creó un partido anticatalanista, antiburgués, antieclesiástico y absolutamente populista y demagogo, que en aquel contexto funcionaría muy bien.

El año 1922, Francesc Macià funda Estado Catalán, el primer partido político independentista de nuestra historia contemporánea. ¿Qué relación había entre Estado Catalán y el movimiento obrero catalán de principios del siglo XX?

Ninguna. Estado Catalán es un partido de menestrales y de pequeños burgueses que tiene unos objetivos muy alejados del movimiento obrero catalán del momento. Otra cosa eran los contactos personales.








 Los grandes apellidos catalanes que fraguaron su poder en la España de Franco.


La obra 'El franquisme que no marxa', del periodista Lluc Salellas, analiza las conexiones entre las grandes familias catalanas y el régimen dictatorial. 


Las puertas giratorias no las inventó la democracia. Las puertas del Estado español llevan girando, al menos, desde el 1 de abril de 1939 cuando el ejército de Franco venció la Guerra Civil y comenzó a edificar las nuevas estructuras económicas y de poder del naciente Estado español con el Boletín Oficial del Estado como motor. Así, una parte importante de las actuales grandes familias empresariales son herederas de las grandes fortunas que se vieron beneficiadas de la victoria del ejército fascista aquel 1 de abril, la última gran tabula rasa de la economía española. 
"Ahora, como en los años 40, los apellidos que continúan ejerciendo el poder económico y político en Catalunya son los Millet, los Cortina, los Carceller, los Mateu o los Trias, mientras que al conjunto de España son los De Oriol, López de Letona, De la Mora y Mon, Suárez o De Borbón, por poner algunos ejemplos", señala a Público el periodista Lluc Salellas, que acaba de publicar la obra El franquisme que no marxa [El franquismo que no se va] (Edicions Saldonar), un trabajo de investigación en el que analiza, entre otros puntos, las conexiones entre las grandes familias catalanas y el régimen de Franco. 
De esta manera, el Boletín Oficial del Estado brindaba los negocios y los amigos del régimen se comían el pastel. Después llegó la Transición y la economía fue el primer tema en ser apartado de toda negociación. "El tema económico fue un tema tabú. No se plantea ni un cambio de modelo ni una redistribición de la riqueza", explica Salellas, que considera que si los 'colaboracionistas' con el régimen de Franco no hubieran sido amnistiados por su responsabilidades en la dictadura, la historia hubiese sido muy diferente.
"Si estas familias hubieran tenido que rendir cuentas por su colaboración con el régimen franquista pues seguramente otro gallo hubiese cantado. Sus empresas no estarían tan bien vistas y, quizá, no hubiesen disfrutado de las subvenciones y adjudicaciones que han disfrutado durante la democracia", afirma el periodista.
Y es ahora, cuando una Segunda Transición se vislumbra en el horizonte, cuando Salellas cree conveniente recuperar la información sobre las raíces de las grandes fortunas catalanas para poder reabrir el debate. "Para poder analizar la realidad es imprescindible el contexto. Y el origen del poder de estas familias es una parte muy importante del contexto", reflexiona el autor.
Por este motivo, Público ofrece a partir de ahora un capítulo íntegro de la obra El franquismo que no marxa, que, anteriormente, fue publicado por la revista Critic. 

Los Cortina:

Uno de los ámbitos dentro del sector de la alimentación que más beneficios produce es el de la cerveza. Así lo constata la empresa San Miguel, que hoy en día forma parte del conglomerado Mahou, y constituye un gran ejemplo de este pequeño mundo que son las grandes empresas y su relación con los herederos del franquismo.
San Miguel fue fundada por Pedro Cortina Mauti (la Pobla de Segur, 1908–Madrid, 1993), empresario y diplomático del franquismo que llegó a ser ministro de Asuntos Exteriores con los últimos gobiernos de Carlos Arias Navarro. Embajador español en París durante mayo del 68, este empresario, casado con la hija del primer alcalde franquista de Madrid y cuñado del primer oficial muerto de la División Azul en el frente ruso, fue vicepresidente de la marca cervecera hasta su muerte.
Sus dos hijos también han tenido un conocido recorrido en el mundo empresarial español. Por una parte, Alfonso Cortina fue presidente de Repsol-YPF entre 1996 y 2004, posteriormente de la inmobiliaria de La Caixa, Colonial, y finalmente obtuvo un cargo directivo a la empresa de capital riesgo Texas Capital Group en España.
Empresario y diplomático del franquismo que llegó a ser ministro de Asuntos Exteriores con los últimos gobiernos de Carlos Arias Navarro
Por otra, Alberto Cortina se casó con Alicia Koplowitz, empresaria y propietaria de la fortuna heredada de la empresa Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). Koplowitz está considerada como una de las 20 fortunas españolas más importantes y, además de FCC, enriquecida gracias al régimen, dispone de acciones en grupos empresariales diversos como Inditex, Prisa o Ferrovial a través de su Sicav.

Los Carceller (Damm)

La historia de Damm no es sustancialmente diferente de la de San Miguel en lo que se refiere a las conexiones con el franquismo. Su fundador, Demetrio Carceller Segura (Las Parras de Castellote, Terol, 1894 – Madrid, 1968), ingeniero formado en Terrasa, fundador de Campsa, acabó siendo ministro de Comercio de Franco entre 1940 y 1945.  Fundador de la Falange con Primo de Rivera, Carceller colaboró con la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini desde un Gobierno, antes de abandonarlo para hacer fortuna en el sector privado gracias al Boletín Oficial del Estado.
Además de la marca cervecera, Demetrio Carceller formó parte de los consejos de administración del Banco Comercial Transatlántico, el Banco Industrial de Catalunya, Fomento de Aragón y Cepsa, y representa, según diversos historiadores, el ejemplo paradigmático de la oligarquía que creció dentro del régimen. Su fortuna, liderada por la marca Damm, continúa en manos de sus descendientes.

El propietario mayoritario actual de la cervecera es su nieto, Demetio Carceller Arce, que ha conseguido incrementar la fortuna participando en la petrolera canaria Disa y siendo consejero de Sacyr, CHL, Pescanova, Ebro Puleva, Gas Natural o Repsol. Carceller ha mejorado las prestaciones empresariales de su abuelo, aunque durante 2014 salió a la luz la imputación por el juez Pablo Ruz, de la Audiencia Nacional, por blanqueo capitales y delito contra la Hacienda Pública.

Los  Suqué-Mateu (Grupo Peralada)

Si el mundo de la cerveza huele a rancio por sus vinculaciones con la dictadura, una parte del sector vinícola no es para menos. Uno de los conglomerados más conocidos en el mundo del vino catalán, el Grupo Peralada, es propiedad de los Suqué-Mateu. Esta familia está formada por Carmen Mateu, propietaria de las viñas y del castillo que da nombre a la empresa, y Artur Suqué, fundador de Inverama-Casinos de Catalunya, y sus tres hijos.
El proyecto empresarial, gastronómico y cultural alrededor de esta localidad del Empordà fue creado por Miquel Mateu i Pla (Barcelona, 1898-1972), padre de Carmen Mateu y alcalde de Barcelona desde la entrada de los fascistas en la capital de Catalunya hasta 1945. Mateu i Pla fue, además, 24 años procurador de las Cortes franquistas como un consejero nacional de la Falange y cinco más como miembro vitalicio, además de embajador en París durante dos años.
Falangista como pocos, Mateu i Pla era considerado uno de los amigos más íntimos del Caudillo. De hecho, iba a menudo a visitarlo en la casa de verano de la playa de Gabet en Llançà. Hijo de un industrial, cofundador de la Hispano-Suiza, este empresario tuvo cargos y responsabilidades en muchas empresas, como el Banco Urquijo Catalán o Barcelonesa de Publicanos (editora del Diario de Barcelona), y presidió La Caixa de Pensions, Fomento del Trabajo Nacional y la agencia de noticias EFE.
El escritor Josep Pla, nada sospechoso de ser un aliado de los bolcheviques, lo definió como “un personaje siniestro, un burgués dominado por el miedo"
El escritor Josep Pla, nada sospechoso de ser un aliado de los bolcheviques, lo definía como “un personaje siniestro, un burgués dominado por el miedo, por un ansia económica sin límites, el auténtico representante del franquismo en Catalunya”. Palabra de Pla.

Los Trias Sagnier

En la alta burguesía catalana que formaba parte de la oligarquía franquista y que se ha mantenido viva durante el paso de los años no hay, como es lógico, sólo empresarios vinculados con la alimentación. La familia Trias Sagnier, por ejemplo, es un caso bien diferente. El padre, Carlos Trias Bertran (Barcelona, 1914–Madrid, 1969), hijo de la alta burguesía barcelonesa, fue uno de los fundadores de la Falange en la provincia y huyó a Burgos nada más explotar la guerra.
Teniente de alcalde de la Barcelona franquista y primer secretario del Movimiento en la provincia de Girona, Carlos Trías es unos de los nombres vinculados con la sentencia a muerte del fundador de Unió Democràtica de Catalunya, Manuel Carrasco i Formiguera.

Los hijos de este barcelonés, al que la muerte súbita le impidió ser ministro, también se han mantenido en la élite intelectual y política catalana. Así, Jorge Trias, por ejemplo, es abogado y colaborador de la Fundación para los Análisis y los Estudios Sociales (FAES) y fue diputado popular entre el año 1996 y el año 2000. Histórico columnista de ABC, escribe actualmente en El País.

Jorge Trias ha estado relacionado con el ‘caso Bárcenas’, ya que fue uno de las primeras voces en denunciar el entramado delictivo en la calle Génova de Madrid. Su hermano, Eugenio Trias, fue uno de los filósofos españoles más importantes del siglo XX, así como uno de los promotores del manifiesto Foro Babel, que reclamaba más presencia del castellano en los espacios públicos de Catalunya.

Vinculado intelectualmente con Ciudadanos, Eugenio Trias murió a causa de un cáncer en el año 2013. Un tercer hermano, Carlos Trias, también hizo carrera dentro de las esferas culturales como escritor y ensayista.

Los Gay de Montellà
Algunos importantes empresarios catalanes de la actualidad también continúan linajes como los de Trias. El presidente de la patronal catalana, Joaquim Gay de Montellà, por ejemplo, es hijo de Rafael Gay de Montellà, abogado y falangista de la Barcelona del régimen. Gay de Montellà padre (Vic, Osona, 1882–Barcelona, 1969) llegó a escribir un libro en el año 1940 titulado Autarquía.

Los Lara Bosch

La dictadura dio poder con su advenimiento a los más fieles a la insurrreción. Uno de ellos fue José Manuel Lara, editor y padre de José Manuel Lara, fallecido recientemente. En el transcurso de su vida, Lara Bosch consolidó uno de los grupos editoriales españoles más potentes, Planeta, con inversiones en el mundo de los medios de comunicación, como, por ejemplo, en La Razón o en Atresmedia (La Sexta y Antena 3).

Su influencia en el mundo de la comunicación y la financiación de las opciones más contrarias al catalanismo fue una de las constantes durante su trayectoria. José Manuel Lara (padre) participó en la Guerra Civil en el bando franquista como capitán de la Legión y permaneció siempre fiel a Franco. En 1949, sólo 10 después del final de la guerra, fundó la editorial Planeta en Barcelona.

Los Bau

Esta corriente hereditaria, la encontramos también entre una de las familias más destacadas de las Tierras del Ebro, los Bau. Joaquim Bau (Tortosa, 1897–Madrid, 1973), comerciante acomodado, carlista y alcalde Tortosa durante la época de Primo de Rivera, tuvo un papel político clave en esta zona del país durante el franquismo, cuando su audacia con el Banco de Tortosa le permitió acumular una gran fortuna.

Procurador de las Cortes franquistas, presidió el Consejo del Reino desde 1965 hasta su muerte, cuando el monarca le otorgó el título póstumo de conde de Bau y el municipio de Tortosa le puso su nombre a un instituto. Uno de sus hijos, Fernando Bau, también fue diputado en las Cortes franquistas y fue uno de los fundadores de Alianza Popular (AP) en las Tierras del Ebro.

La historia se repite. Y, además, coincide. Porque, familias como los Bau o los Veray nos encontramos en todas las comarcas rurales catalanas.

Los Samaranch 

Si una persona simboliza el enlace entre la élite franquista y el mundo del deporte durante los años posteriores a la muerte de Franco, es el catalán Juan Antonio Samaranch Torelló (Barcelona, 1920-2010). Samaranch, que había estado de procurador en las Cortes franquistas (1964-1977), como delegado nacional de Deportes, regidor del Ayuntamiento de Barcelona y como presidente de la Diputación de Barcelona (1973-1977), llegó al zenit de su carrera en 1980 con su designación como presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), organismo encargado de promover el olimpismo.

Este cargo le permitió ser la persona que anunció que Barcelona acogería los Juegos Olímpicos de 1992 y le facilitó la posibilidad de establecer negocios y conexiones con las élites políticas y económicas de la gran mayoría de estados del mundo.

Asimismo, durante su mandato al frente del COI (dejó el cargo en 2001) sucedieron algunos de los casos más sonados de corrupción dentro de la institución. Por una parte, en el año 1991 se produjo la dimisión del abogado y mano derecha de Samaranch, Robert Helmick, por haberse beneficiado de su cargo y haber cobrado de forma irregular más de 300.000 dólares.

Durante su mandato al frente del COI (dejó el cargo en 2001) sucedieron algunos de los casos más sonados de corrupción dentro de la institución.
Por otro lado, tuvo lugar la compra silenciosa de votos por parte de la candidatura de Salt Lake City para acoger los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002. Una acción que resultó exitosa, ya que esta ciudad de los Estados Unidos, con una abundante población mormona, acabó celebrando aquellos Juegos, aunque por hacerlo vio como 13 miembros del COI fueron expulsados. 

De hecho, no fueron pocos los que durante aquellos años, acusaron al expresidente de la Diputación de Barcelona de haber fortalecido una estructura basada en el clientelismo y la corrupción dentro de los organismo internacionales con más poder del planeta. Al día siguiente de su muerte, por ejemplo, el periodista inglés Matthew Syed escribía un artículo contundente en el diario The Times, donde afirmaba que, con su presidencia, Samaranch “había matado los ideales del olimpismo” y había permitido que la corrupción se generalizara dentro de la institución, ya que no se solicitaban facturas ni se auditaban las cuentas, todo y que no paraban de entrar dinero.

samaranch

Una manera de hacer que heredaron sus sucesores, tal y como salió a la luz pública en el año 2009 cuando exaltados cargos chinos confirmaron que Jacques Rogge, sucesor de Samaranch, había pactado en secreto la ciudad que acogería los Juegos Olímpicos de 2008 (Pekín)

Pero Juan Antonio Samaranch no se dedicó únicamente a presidir el COI durante su etapa postfranquista. Combinó su presidencia con una ascensión categórica en el mundo empresarial y financiero. En el año 1984 fue nombrado consejero delegado de la Caja de Pensiones y en 1987, presidente de la entidad, posición que ocupó hasta 1999. Samaranch que, cuando era presidente de la Diputación, había afirmado que “el mandato de Franco representaba, a su parecer, uno de los más brillantes periodos de la historia de España, presidió también la inmobiliaria Colonial, propiedad de la misma Caja y desde donde la entidad promovió la especulación inmobiliaria y la posterior burbuja del sector.
Durante este periodo a la cabeza de la empresa, Samaranch y su equipo se situó entre las cajas de ahorros más importantes de Europa. Una vez jubilado, el expresidente del COI, fue designado presidente de honor de La Caixa, cargo que compaginaba con muchos de otros, como era el presidente de honor del Real Club Deportivo Espanyol. El rey Juan Carlos I lo nombró en 1991 marqués de Samaranch. 

Los Vilarasau

Todo este recorrido de éxito en el ámbito financiero, el que hizo de la mano de otro catalán estrechamente vinculado con la Administración franquista y que hoy día ostenta la presidencia de honor de La Caixa. Se trata del barcelonés Josep Vilarasau i Salat (1931), que en el año 1976 ya fue fue designado director general de La Caixa, que después acabó presidiendo durante cuatro años tras la renuncia de Samaranch.

Vilarasau

Vilarasau, no obstante, no comenzó su carrera profesional en La Caixa sino que su llegada a la entidad financiera estuvo precededida por su experiencia dentro de la estructura franquista como director general adjunto de Telefónica (1966-1969), director general del Tesoro y de Presupuestos (1969-1975) y, finalmente, director general de Política Financiera (1972-1975). Como director general de La Caixa, cargo que compatbiliza algunos años con la presidencia de la concesionaria de autopista Acesa (1989-1998), Vilarasau está considera el cerebro de la fusión con La Caixa de Barcelona, así como del rápido crecimiento de la empresa.
Este hijo de la burguesía barcelonesa fue, para muchos, unas de las pocas personas que podían ejercer un contrapoder real a Jordi Puyol i Soley, cuando era presidente de la Generalitat de Catalunya. Asimismo, Vilarasau fue la persona que propuso a Samaranch ocupar la presidencia de la entidad en el año 1987, fruto de la buena relación que tenían a través de su primo Carlos Ferrer Salat, fundador y presidente durante siete años de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y presidente del Comité Olímpico Español.
Este hijo de la burguesía barcelonesa fue, para muchos, unas de las pocas personas que podían ejercer un contrapoder real a Jordi Puyol i Soley
Vilarasau buscaba en Samaranch una persona de crédito internacional que no se interpusiera en su día a día y que le permitiera hacer y deshacer tanto como quisiera. Samaranch era la persona ideal para hacer este propósito, ya que pasaba largas temporadas fuera del país, al mismo tiempo que buscaba posiciones que le otorgaran un prestigio. Relaciones simbióticas, salidas del honor de la burguesía.

Los Udina Martorell

Durante el primer postfranquismo también formaba parte del consejo de administración de La Caixa otro conocido franquista catalán, Santiago Udina i Martorell ((Barcelona, 1911-2006). Udina había destacada en el régimen por el hecho de ser presidente de Acción Católica, regidor y teniente de alcalde de Barcelona entre 1951 y 1956, y por el hecho de ocupar diversos cargos en la Administración, tanto en la comisaría del Plan de Desarrollo, como en el Ministerio de Obras Públicas, o presidiendo el Banco de Crédito Local.

Este barcelonés, procurador de las Cortes franquistas, padre de 11 hijos, después en Alianza Popular, crítico con la legalización del PCE y el retorno de Tarradellas, fue también delegado del Consorcio de la Zona Franca con la llegada de la democracia liberal española. Un nómada del poder. Udina coincidió en el consorcio con Antonio de la Rosa, padre de Javier de la Rosa y conocido expoliador español del ente de la Zona Franca por un valor de 1.230 millones de pesetas (alrededor de 7 millones de euros). 

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