La familia Thyssen.-a



August Thyssen (1842–1926)


La familia Thyssen fue una de las más poderosas de la industria alemana del siglo XX. Su expansión empresarial se debió a August Thyssen (1842-1926), quien se volcó en la producción de acero y derivados (material bélico y otros), si bien luego los Thyssen diversificaron su actividad a otras áreas. Destaca entre estas empresas la multinacional alemana ThyssenKrupp AG. Debido a una creencia más bien inexacta, se suele pensar que las sagas Thyssen y Thyssen-Bornemisza son la misma, pero en realidad la segunda es una rama que deriva de la primera.

El apellido Thyssen deriva del apelativo Mathiason, «hijo de Matías»; alude a un antepasado de principios del siglo XIX.

Dos ramas Thyssen

Tras fundar August Thyssen su imperio industrial, a principios del siglo XX la familia se desgajó en dos ramas, lideradas por sus hijos Fritz y Heinrich, los cuales emprendieron sus negocios por separado y vivieron distanciados desde su juventud. La familia conocida en España por su título de baronía y por sus afanes coleccionistas deriva de Heinrich Thyssen, mientras que su hermano Fritz se relacionó con Hitler. Esto ha provocado confusión, al relacionar sin ningún matiz el apellido Thyssen con dicho dictador.

Fritz Thyssen fue, según algunas fuentes, el único alemán de la familia que financió al partido nazi alemán (NSDAP) en sus primeros años. Más tarde se opuso a su política de pacto con la URSS e intentó alejarse del régimen de Hitler huyendo a Francia, pero fue detenido por el Gobierno de Vichy y devuelto a Alemania. Sufrió las represalias de Hitler, y después del bando vencedor en los Juicios de Núremberg.



Thyssen-Bornemissza

La rama de los Thyssen relacionada con España, por el museo de Madrid y el museo Carmen Thyssen Málaga se instaló en Hungría, luego en Holanda y finalmente en Lugano (Suiza), y no tuvo ninguna implicación con Hitler. Heinrich Thyssen (1875-1947) hermano menor de Fritz, decidió emprender proyectos por su cuenta al considerar que, siendo hijo segundón, quedaría eclipsado si permanecía en Alemania.
Tras estudiar en Londres, en 1905 se trasladó a Hungría y en 1907 contrajo matrimonio con la baronesa Margarita Bornemisza de Kászon et Impérfalva (1887-1971), la hija del barón Gábor (Gabriel) Bornemisza (1859-1915), Asistente de Cámara del rey húngaro (entonces, del emperador austríaco Francisco José) y de Matild Lujza Price (1865-1959).
 Los abuelos de Margarita Bornemisza eran Albert Bornemisza de Kászon et Impérfalva (1832-1899), miembro de la cámara real, y la condesa Gabriella Kornis de Gönczruszka (1834-1902). El barón Gábor Bornemisza al no tener hijos varones adoptó a su yerno Thyssen, luego de pedir la aprobación del rey en para que heredase la nobleza y el título también. Francisco José de Austria-Hungría entonces, el 22 de junio de 1907, le donó a Thyssen nobleza húngara, el título de barón de la familia Bornemisza, así como los predicados nobiliarios de "Kászon et Impérfalva", y le permitió usar el apellido doble de Thyssen-Bornemisza.

 La muy ilustre familia barón Bornemisza de Kászon et Impérfalva recibió la nobleza donada por el Príncipe de Transilvania Jorge Rákóczi I el 29 de marzo de 1633, en aquel entonces todavía usando el apellido de "Csutak de Kászon et Imperfalva". Casi un siglo después, en 1717, János (Juan) Csutak de Kászon et Impérfalva (1672-1742), vicecanciller de Transilvania, recibió el título de barón y cambió su apellido Csutak por el de "Bornemisza". Su segunda esposa era la baronesa Borbála Haller de Hallerkeő (1691-1733), de la cual descendencia la baronesa Margit Bornemisza Kászon et Imperfalva, esposa de Thyssen.
El matrimonio Thyssen-Bornemissza, era una situación inusual en la historia húngara, si bien desde el siglo XIX se repitió en varias ocasiones cuando una importante familia aristocrática húngara estaba a punto de desaparecer por falta de descendientes varones. Así sucedió con las familias Edelsheim-Gyulai, Petrichevich-Horváth y Khuen-Héderváry, apellidos compuestos (el primero era extranjero y el segundo húngaro).
Al estallar la revolución comunista en Hungría de 1919, el I barón Thyssen-Bornemisza y su familia tuvieron que abandonar el país y se trasladaron a Holanda, donde nació su hijo el II barón Hans Heinrich.

Museo Thyssen-Bornemisza.

museo

 En 1932 la familia compró la mansión Villa Favorita en Lugano y le sumó un pequeño museo para exhibir sus mejores obras de arte. A la muerte de su padre en 1947, Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza tomó las riendas de las empresas y de la colección, que finalmente cedió a España. Fruto de ello es el Museo Thyssen-Bornemisza.
Como testimonio de la vieja saga Thyssen subsiste cerca de Essen el Castillo de Landsberg, que cuenta con una cripta donde son enterrados los miembros de ambas ramas familiares, la Thyssen y la Thyssen-Bornemisza.


Nota Histórica


La noche oscura de la condesa nazi
De izquierda a derecha, Heinrich Thyssen; su hija, Margit; el marido de ésta, Ivan von Batthyany, y Hans Thyssen-Bornemisza, en el hotel Palace de Davos (Suiza) durante la II Guerra Mundial.

28 OCT 2007

La recuperación de la memoria histórica experimenta un nuevo auge en Alemania, más de sesenta años después del derrumbe del nazismo y del final de la II Guerra Mundial. Un nuevo escándalo de la familia Thyssen se une ahora a recientes revelaciones sobre las conexiones nazis de los Quandt, la familia más rica de Alemania, propietaria de la mayoría accionarial en la BMW, o sobre la presencia de antiguos miembros de la Gestapo y de las SS en la fundación, en 1951, de la policía federal criminal (BKA). El escritor británico David R. L. Litchfield, en su libro La historia secreta de los Thyssen (Temas de Hoy, 2007) y en dos artículos, uno en el británico The Independent y otro en el alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, acusa a la condesa Margit Batthyany, hermana mayor del barón Thyssen, ya fallecida, de estar involucrada en la matanza de unos 200 trabajadores forzados judíos en medio de una cogorza colectiva celebrada en su castillo de Rechnitz, en Austria, junto a la frontera con Hungría.
En la noche del 24 al 25 de marzo de 1945, víspera del Domingo de Ramos, Margit y su marido, el conde húngaro Ivan Batthyany, invitaron a su castillo a unas 30 o 40 personas, en su mayoría jefes locales del partido nazi, miembros de la policía política, de la Gestapo, de las SS y de las Juventudes Hitlerianas. La fiesta empezó a las nueve de la noche y duró hasta el amanecer del día siguiente, tras una orgía de vino y sangre. El Ejército Rojo se aproximaba, estaba a tan sólo 15 kilómetros del castillo. Los jefes militares nazis estaban empeñados en levantar una fortificación para frenar su avance. Para la construcción, que se había iniciado el 9 de octubre de 1944, se reclutaron trabajadores forzados judíos, sacados de campos de concentración. Muchos tuvieron que marchar a pie desde Budapest. En estas marchas quedó por el camino un buen número de muertos. Algunos cayeron asesinados, a veces por los mismos vecinos, en los pueblos que atravesaban cuando se advertía que no podían seguir el ritmo de la marcha.
La víspera de la fiesta llegaron a Rechnitz 600 judíos. La condesa había cedido los sótanos del castillo a los nazis, y allí se hacinaban los presos. Unos 200 de ellos estaban en tan malas condiciones que no podían trabajar. Pasada la medianoche, el jefe local del partido y funcionario de la Gestapo, Franz Podezin, reunió a unos 15 de los invitados más importantes en una habitación al lado de donde los demás bebían y bailaban, repartió armas y munición y los convocó para matar judíos. Éstos tuvieron que desnudarse, y los invitados, casi todos borrachos, los mataron a tiros.
Concluida la faena regresaron a la fiesta, donde bebieron y bailaron hasta el amanecer. Al día siguiente, varios presos judíos tuvieron que cavar tumbas para enterrar a los muertos. A los enterradores los llevaron a un matadero de Rechnitz. Podezin y el administrador del castillo, Joachim Oldenburg, los asesinaron a tiros para no dejar testigos de la matanza.
El castillo de Rechnitz, propiedad de Margit Thyssen, donde ocurrió la matanza en marzo de 
1945, y que fue destruido al final de la guerra por bombas rusas. 

El serio y prestigioso diario conservador alemán Frankfurter Allgemeine dedicó una página entera al relato de Litchfield con el título 'La anfitriona del infierno', y una foto a cuatro columnas en el hotel Palace de Davos. En la foto aparecen el jefe de la dinastía, Heinrich Thyssen; la condesa Margit, y su marido húngaro, Ivan von Batthyany, que pasa el brazo por encima del hombro de su cuñado, un jovencito barón Hans Heinrich, conocido como Heini, que años después se casó en quintas nupcias con la española Carmen Cervera. Del texto del periódico alemán no se desprende que Margit participase de forma activa en la matanza, pero queda claro que se puso en marcha durante su fiesta. El sensacionalista Bild Zeitung fue más lejos: recogió de inmediato el artículo y lo publicó con el título 'La condesa Thyssen hizo fusilar a 200 judíos en una fiesta nazi'.
"Ella dio la fiesta, no cabe duda", declara Litchfield a Juan Gómez. "La condesa estaba entre las 15 personas que recibieron armas y munición para la matanza. No he escrito ni afirmado en ninguna parte que ella apretara el gatillo, porque no tengo pruebas. A ella le encantaban las armas y disparar. Era cazadora, hay muchas fotos suyas con animales muertos y empuñando armas. Además, los testigos afirman que era una antisemita entusiasta. Se pasó la guerra rodeada de gente de las SS, y cuando se cometía algún atropello contra judíos, ella solía estar en primera fila. Es lógico pensar que ella apretara el gatillo, dado que era la persona más importante de la fiesta y su anfitriona, además de convencida antisemita. Pero no tengo pruebas de eso".

El escándalo estaba servido. En los medios de comunicación alemanes, austriacos y suizos se desencadenó una polémica sobre la veracidad de las acusaciones de Litchfield. El director del Centro Simon Wiesenthal de Jerusalén, Efraim Zuroff, exige a las autoridades de Austria y Alemania "investigar con lupa los hechos" y el papel de la familia Thyssen. El historiador Wolfgang Benz, de la Universidad Técnica de Berlín, arremetió en la radio pública alemana Deutschlandfunk contra Litchfield, "de quien no se sabe absolutamente nada y no es historiador".

Añade Benz: "No es nada más que un periodista sensacionalista que tenía el encargo del barón Thyssen de escribir una hagiografía. Evidentemente, por decepción o deseos de venganza, compuso una historia más o menos traída por los pelos y muy mal escrita". Según Benz, "el caso no es conocido, y no constan hechos similares de que una fiesta de prominentes haya servido para asesinar judíos. Lo que me hace ser escéptico es la fecha tardía de lo ocurrido. El 24 de marzo de 1945, los fanáticos recalcitrantes no pensaban en otra cosa que en salvar el pellejo". 
 
Litchfield asegura: "Nunca tuve problemas con Heini. Me llevaba bien con él. Fue complicado porque yo escribí una hagiografía sobre él y, a la vez, el otro libro. Me decepcionó bastante que no publicaran la hagiografía, porque me costó casi más trabajo que el otro. Escribir una biografía que sólo contempla lo positivo y dar la impresión de veracidad es más difícil que escribir un libro sobre hechos reales".

Benz se equivoca al decir que el caso no era conocido. La matanza de Rechnitz es tristemente célebre en Austria. En los años cuarenta se celebraron por lo menos tres procesos contra los presuntos culpables, que salieron muy bien librados por la negativa de los testigos a ratificar sus declaraciones.
Con motivos: dos testigos, Karl Muhr y Nikolaus Weiss, murieron asesinados en 1946 antes de prestar declaración ante el tribunal. Rechnitz se refugió en el silencio más impenetrable sobre lo ocurrido aquella noche en la que asesinaron a esos 200 judíos enfermos e indefensos. En el pueblo se levanta hoy un enorme monumento a los muertos en el granero donde una horda de nazis borrachos los mataron a balazos.

Otro historiador, Stefan Klemp, que trabaja para el Centro Wiesenthal, refutó a Benz y asegura que la matanza ocurrió y que participaron los invitados a la fiesta del castillo. Según Klemp, no es cierto que la proximidad del Ejército Rojo impidiese dedicarse a matar judíos en vez de huir.
 "En medio del ambiente apocalíptico de aquellos días, celebrar orgías y borracheras colectivas estaba muy extendido entre aquella gente, a veces con fusilamientos masivos".
 La matanza era tan conocida que un director de cine austriaco, Eduard Erne, dedicó más de cuatro años a la realización de un documental sobre Rechnitz y la búsqueda de las tumbas de los judíos asesinados, que todavía hoy no se han encontrado. El documental, titulado Silencio de muerte, refleja la atmósfera de miedo que persiste en el pueblo al tratar el tema. Recoge el documental una declaración del dueño de un café: 
"Los judíos tienen su muro de las lamentaciones y nosotros nuestro muro de silencio". Los realizadores recogen declaraciones antisemitas.
 Una mujer dice:
"No tenéis que buscar los huesos de los judíos, dedicaos a buscar el oro que se llevaron consigo".
 Un ex alcalde declara que Dios quiere que no se encuentren las tumbas. Erne se encuentra además con versiones fantásticas, como que la condesa cabalgaba sobre un caballo blanco y disparaba contra los judíos. El cineasta declaró a la radio alemana que la condesa estaba del todo implicada en el mal trato a los judíos:
 "El castillo era enorme, con establos y oficinas. Desde allí se dirigía la construcción de la fortificación. Pusieron a disposición de los nazis los establos para albergar a los esclavos. Cuando avanzó el Ejército Rojo, todos huyeron".

La toma del pueblo se produjo unos diez días después de la fiesta en el castillo, que ardió en circunstancias no del todo aclaradas. Una versión acusa a los soviéticos. Otros sostienen que fueron los nazis para borrar huellas. Según todos los indicios, la condesa ayudó a huir al jefe local nazi Podezin y al administrador Oldenburg. Litchfield cita el testimonio de Josi Groh, abogado húngaro de Heini Thyssen, que atribuye a la condesa Margit un "voraz apetito sexual". 
Según Litchfield, "hay pruebas de las infidelidades de la condesa, cartas donde se menciona a menudo a Oldenburg y a Podezin. Ella se vio ante la desagradable situación de decidir qué hacer con ellos después de la guerra. El abogado me contó estas cosas. No tengo una declaración jurada, pero lo que decía tiene sentido y coincide con las cartas".

 En The Independent sostiene Litchfield que la condesa mantuvo relaciones con Oldenburg y con Podezin. Esto se omite en la versión suavizada del Frankfurter Allgemeine, que convierte la "voracidad sexual" en un "no era de ninguna manera tímida y retraída", como la caracterizó Heini Thyssen.
El 2 de enero de 1963, el papel de la condesa, que ante la justicia austriaca sólo prestó declaración como testigo, todavía ocupaba a la justicia alemana. Un tribunal de Ludwigsburg pide ayuda en un oficio:

 
"Puesto que Podezin mantiene estrechas relaciones con la condesa Margit, la esposa del propietario en su día del castillo, existe la sospecha de que ayudó a huir a Alemania Occidental tanto a Oldenburg (antiguo administrados de la propiedad) como a Podezin".


El 13 de mayo de 1963, Oldenburg recibió correo de Podezin. El ex jefe de la Gestapo en Rechnitz le cuenta que está huido porque le amenaza un proceso penal y que intentó escapar a través de El Cairo, pero no lo consiguió. Podezin pide dinero a Oldenburg y Margit para poder huir a Suramérica, y amenaza, si no lo recibe, con recurrir a la prensa "para arrastrarlos por la mierda" y con denunciar "los servicios de delaciones y otras cosas" prestados por la condesa. En noviembre de aquel año se comprobó la presencia en Pretoria (Suráfrica) de Podezin, que llegó allí a través de España. El fiscal sobreseyó por falta de pruebas la acusación contra Oldenburg el 21 de septiembre de 1965. Según algunas versiones, su rastro se perdió en Argentina.
La condesa se refugió en Suiza y se dedicó al cuidado de una famosa cuadra de caballos purasangre que le cedió su hermano Heini. La cuadra Erlenhof en Bad Homburg, al sur de Alemania, había sido propiedad de un industrial judío, Moritz James Oppenheimer, que murió en 1940 tras ser encarcelado por los nazis en 1933. El viejo Thyssen se aprovechó de la situación y compró el criadero que heredó Heini, quien después lo cedió a su hermana. Los purasangres ganaron muchos premios y se cotizaban a precios fabulosos.
El 15 de septiembre de 1989, Margit Batthyany-Thyssen murió en Suiza y se llevó a la tumba el secreto de su participación en la orgía de vino y sangre ocurrida en su castillo poco antes del final de la guerra.

Georg Thyssen, de 57 años, declaró al centenario semanario Jews Chronicle que no sabe "si los sucesos terribles de marzo de 1945 son reales y están bien documentados. Tampoco sé nada de la supuesta participación de mi tía. El relato del suceso es verdaderamente horrible e inquietante, cualquiera que sea el que haya participado en semejante atrocidad". Christine Batthyany, de 68 años, nuera de la condesa, declaró al mismo periódico: "El relato es falso. Mi suegra nunca hizo nada contra los judíos. Mi suegra era una mujer muy religiosa y piadosa. Nunca habría hecho nada para torturar o maltratar a nadie". 


Nota periodista

El historiador Stefan Klemp investiga el papel del sistema de justicia penal alemán de posguerra para ayudar a los perpetradores de la masacre de Rechnitz
El asesinato de aproximadamente 200 judíos en la noche del 24 al 25 de marzo de 1945 en el pueblo de Rechnitz, en el este de Austria, es ahora objeto de un acalorado debate, centrado en la cuestión de si el asesinato ocurrió en una fiesta organizada por un " Thyssen. condesa ". Este hecho, sin embargo, ha sido de conocimiento general a más tardar desde 1998, cuando la historiadora Eva Holpfer publicó sus hallazgos ( aquí en alemán como archivo pdf) sobre la "Masacre de Rechnitz": El asesinato en masa ocurrió esa noche, y se llevó a cabo Por los invitados en una fiesta en Schloss Rechnitz. Sin embargo, mucho más interesante que la cuestión de si la heredera de una familia industrial alemana estaba involucrada o no, es la cuestión de qué pasó con los asesinos.

Los archivos que están siendo examinados en la Oficina Central para la Investigación de Crímenes Nazis en Dortmund han descubierto un acto grotesco y escandaloso por parte de las autoridades de Alemania Occidental. Después de 1945, el oficial de las SS Franz Podezin , el hombre que se cree estuvo detrás de la masacre de Rechnitz, no solo trabajó como agente para los aliados occidentales en la RDA; Las autoridades judiciales de Alemania Occidental también le permitieron huir de Alemania . Más que nada, el caso muestra que es hora de que se investigue la historia de la Oficina Federal de Policía Criminal .

En los últimos días, esta masacre nazi se ha convertido en un importante evento mediático: la condesa Margit von Batthyany, nacido en la familia Thyssen, tuvo 200 judíos fusilados en una "fiesta" en la ciudad austriaca de Rechnitz, informó Bild Zeitung . Sin embargo, no está claro qué papel jugó en los eventos del 24 al 25 de marzo. Pero, sin lugar a dudas, es que ella estaba en la fiesta en Schloss Rechnitz, y tenía estrechos vínculos con al menos uno de los autores. También se sabe que el caso no es único. Según los investigadores austriacos, a principios de marzo habían sido fusilados 220 judíos húngaros en Rechnitz. El líder local del partido nazi, Eduard Nicka, participó "en el tiroteo de los judíos, así como también en la posterior conmoción en Schloss Rechnitz", afirman las fuentes.

Franz Podezin
(1911-1995)  fue un SS alemán - Hauptscharführer y
jefe de la Gestapo en Rechnitz,Austria.


El principal sospechoso, Franz Podezin, nació en 1911 en Viena. Comandante del Partido Nazi de Rechnitz, también fue un Sturmscharführer (Seria el equivalente a suboficial mayor o sargento mayor) de las SS e investigador criminal de la policía de fronteras en Rechnitz / Burgenland. En esta función, realizó negocios en Rechnitz para la Gestapo, quienes tenían su sede en Schloss Rechnitz.
El poder judicial austriaco llevó a cabo investigaciones después de la guerra, pero supuestamente no pudo descubrir su paradero. En 1963, sin embargo, vivía en Kiel y había logrado escapar de las investigaciones criminales alemanas de posguerra.

Podezin había organizado la ejecución masiva en la noche del 24 al 25 de marzo de 1945, mientras celebraba la "camaradería" de las SS, la Gestapo y el NSDAP en Schloss Rechnitz. No era la primera vez que el anfitrión, la condesa Margit Batthyany, había puesto a disposición la mansión para tales fines. La mayoría de las víctimas, aproximadamente 180, nunca fueron encontradas. Se encontraban entre los miles de judíos húngaros obligados a trabajar en la construcción del " muro del sureste " (la línea de fortificaciones destinadas a proteger contra el avance de las tropas soviéticas - ed). Clasificados como "no aptos para el trabajo", fueron transportados a Rechnitz el 24 de marzo de 1945 para ser fusilados allí. Era de noche cuando llegaron.

El Ejército Rojo estaba a pocos kilómetros de distancia. La fiesta de camaradas comenzó a las 21 hs. A última hora de la tarde, Podezin abandonó la diversión con diez o más invitados para disparar a los trabajadores esclavos enfermos en las trincheras que habían sido excavadas durante la noche. Se desconoce dónde se encuentran exactamente estos lugares. Según las declaraciones del administrador de la finca, Hans-Joachim Oldenburg , 300 esclavos judíos "vivían" en la bodega del castillo. Pero estas no eran idénticas a las víctimas, sostuvo.

Los culpables nunca han sido llamados a rendir cuentas, aunque hubo un juicio en Austria en 1948. Un testigo recibió un disparo.antes del juicio, y podría ser que otros "asesinatos de vigilantes" también estén relacionados con la masacre. Sólo dos de los acusados ​​recibieron penas de prisión leves, que luego se redujeron considerablemente.

Cuando la Oficina Central inició un proceso de investigación por asesinato contra Franz Podezin y Hans-Joachim Oldenburg en la oficina de enjuiciamiento penal en Dortmund en 1963, el fiscal a cargo estaba en guardia. "Como se puede temer que Oldenheim o la condesa Batthyany le adviertan a Podezin, les pido a todas las partes que no se acerquen a estas personas, sino que se comuniquen conmigo directamente para obtener una orden de arresto", escribió el 18 de febrero de 1963. .

Aunque domicilio del Podezin en Kiel se comprobó rápidamente, estas advertencias no fueron escuchadas.
"Parece necesario cuestionar a Oldenburg, para aclarar si se deben suspender los procedimientos en su contra. Sin embargo, no se debe advertir a Podezin para que no tome vuelo. Por esta razón, las referencias a él deben evitarse durante el interrogatorio de Oldenburg", señaló fiscal el dr . S . el 22 de marzo de 1963.

La Oficina Central en Dortmund interrogó a Oldenburg el 26 de marzo de 1963, sin haber obtenido una orden de arresto para Podezin. Y mientras que los investigadores en Dortmund estaban insatisfechos con la velocidad del interrogatorio de Oldenburg, sin embargo, se permitieron mucho tiempo con la orden de detención de Podezin. No solo eso, el fiscal Dr. S. interrogó a Oldenburg muy específicamente sobre Podezin.

La oficina del fiscal de Dortmund resolvió suspender los procedimientos contra Oldenburg y entregar el caso Podezin a la fiscalía en Kiel, donde se enviaron los archivos el 18 de abril de 1963. Sin embargo, la Oficina Central en Dortmund aún no había solicitado una orden de detención. De la corte de distrito en Kiel. Eso no sucedió hasta el 7 de mayo de 1963. El 9 de mayo, la Oficina de Policía Criminal del Estado en Kiel tenía una orden de arresto y una orden de registro. Podezin debía ser detenido al día siguiente.

Mientras tanto, sin embargo, las autoridades de investigación criminal en Schleswig-Holstein, "en consideración a las actividades anteriores del acusado por los servicios de inteligencia Aliadosen la Zona de Ocupación Soviética " con la Oficina Estatal para la Protección de la Constitución, había determinado que Podezin había sido condenado a 25 años de prisión en la Zona de Ocupación Soviética por espionaje, pero había sido liberado a Alemania Occidental después de cumplir once años de su condena Se sospechaba que Podezin trabajaba ahora para los servicios de inteligencia del Este. La Oficina Federal para la Protección de la Constitución había iniciado las investigaciones necesarias, se dijo.

Lo que tenía que suceder entonces sucedió. Cuando la policía se movió para arrestar El 10 de mayo de 1963, en Podezin, ya estaba en Dinamarca. Su esposa les dijo a los oficiales que había tomado vuelo cuando se enteró de que se estaban realizando consultas sobre él. En lo que siguió, el juez de custodia responsable en Kiel, Dr. M. , Rechazó tanto la toma de cables como la vigilancia postal de su esposa, así como una orden de extradición para Dinamarca.
 Quería "esperar una semana, para ver si Podezin no regresaría por su cuenta".

  
Al hacerlo, el juez demostró una hipermetropía similar a la policía y los fiscales en Dortmund y Kiel.

Ahora se involucró a la Oficina Federal de Policía Criminal, una agencia tripulada por expertos de la antigua Oficina Principal de Seguridad del Reich (una organización subordinada de las SS durante la guerra). En respuesta a sus preguntas, el investigador criminal gubernamental Kurt Griesede Wiesbaden informó a la Oficina Central en Dortmund el 13 de mayo de 1963 que el "secretario general de Interpol había dictaminado en un caso de precedencia que Interpol no debería involucrarse en casos de este tipo". En 1943, el oficial de investigación criminal Kurt Griese había pertenecido a la Tercera Fuerza de Tarea en Lituania como un Hauptsturmführer de las SS , o capitán, y luego se unió a los Líderes de la Policía y las SS en los Países del Este (Höheren SS- y Polizeiführer Ostland).

De esta manera, Franz Podezin pudo viajar a Suiza sin ser molestado y enviar una carta de extorsión a Oldenburg indicando la dirección de su hotel. A finales de mayo de 1963, Podezin ya estaba en España. La Oficina Central en Dortmund luego recurrió a la Oficina Federal de Policía Criminal, con el objetivo de "incitar" al arresto de Podezin en España. La Oficina Criminal Federal respondió el 28 de mayo de 1963 que aún no se habían autorizado medidas contra Podezin en España. Tales decisiones fueron responsabilidad del investigador gubernamental Kurt Griese o Paul Dickopf , más tarde presidente de la Oficina Federal de Policía Criminal y anteriormente miembro de la SD nazi, o Servicio de Seguridad. Ambos hombres, sin embargo, "no pudieron ser alcanzados en este momento".

Mientras tanto, Franz Podezin escribió una segunda carta de Valencia a Hans-Joachim Oldenburg, exigiendo dinero y dando su dirección actual. Kurt Griese, de la Oficina Federal de Policía Criminal, sin embargo, continuó rechazando el arresto de su ex compañero Franz Podezin en España. Luego, en junio de 1963, la condesa Batthyany ofreció sorprendentemente a los fiscales de Dortmund que ella misma podría actuar como testigo. Se organizó una reunión para el 8 de cada mes, que luego fue cancelada por el jefe de la fiscalía. Finalmente, se emitió una orden de extradición en Kiel, pero antes de que pudiera ser promulgada, Podezin había desaparecido en Sudáfrica.Y así se escapó el poder judicial alemán. Lo que le pasó entonces es desconocido. Dirección de Franz Podezin en 1973: 1 Briley Court, De Jager Street, Hillbrow, Johannesburg.

El caso de Podezin no está aislado de ninguna manera. Otros perpetradores nazis también trabajaron para los servicios secretos aliados. Posiblemente campo de concentración médico Dr . Aribert Heim también lo hizo, un hombre que todavía es objeto de una búsqueda internacional. Dr . Efraim Zuroff , jefe del Centro Simon Wiesenthal en Jerusalén, comenta:
"Las agencias de aplicación de la ley alemanas al menos ayudaron a la huida del oficial de las SS Franz Podezin. Solo las investigaciones inmediatas en Alemania y Austria pueden arrojar luz sobre el alcance completo del asunto".

*El artículo fue publicado originalmente en Süddeutsche Zeitung el 25 de octubre de 2007

Stefan Klemp es un historiador y periodista. Es autor del libro "Nicht ermittelt. Polizeibataillone und die Nachkriegsjustiz" (2005), y es director de investigaciones históricas en Alemania para el Centro Simon Wiesenthal.

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