Barrios de la comuna de Santiago III a

Soledad  Garcia  Nannig; Maria Veronica Rossi Valenzuela; Francia Vera Valdes



15.-Barrio París Londres 

Este tranquilo y hermoso barrio, emplazado a un costado de la Iglesia y Convento San Francisco, a pasos de la avenida Libertador Bernardo O’Higgins, es un lugar ideal para pasar unas horas alejado del ruidoso movimiento del centro de Santiago.
Sus calles sinuosas constituyen un entorno apropiado para tomar fotografías y disfrutar de los pequeños cafés y emporios, situados en lo que fueron los antiguos patios de la Congregación Franciscana. 
Los religiosos de esa orden, llegados al país en el siglo XVI, se convirtieron en dueños de estos terrenos, pero a fines del siglo XIX, y por dificultades económicas, tuvieron que venderlos a privados y al Estado de Chile.  
Destacados arquitectos nacionales, como Ricardo Larraín Bravo y Alberto Cruz Montt, pusieron su sello en la proyección de las casonas en las que predominan los estilos renacentistas, neoclásico, barroco y neocolonial. Ellos fueron capaces de configurar un entorno con características similares a las de ciudades europeas, una marca que permanece vigente hasta estos días.
En sus inicios, este barrio logró atraer a la elite, pero fue perdiendo su atractivo ante el crecimiento de la ciudad. Sin embargo, experimentó un renacimiento en la segunda mitad del siglo pasado, cuando reconocidos actores de la historia de Chile decidieron vivir allí, como Manuel Blanco Encalada –elegido por el Congreso como primer Presidente de Chile- y, posteriormente, el artista visual Nemesio Antúnez. 
Asimismo, el arribo de importantes galerías de arte convirtió a este barrio en un polo bohemio e intelectual, al atraer la visita de artistas y poetas de renombre como el Premio Nobel de Literatura, Pablo Neruda.
Las calles y edificios de toda esta área guardan relación con episodios de la historia moderna de Chile, como la Sede del Partido Socialista y la Corporación Londres 38, inmueble usado como centro de detención clandestino después del Golpe Militar. Actualmente, es un centro de reflexión y creación cultural.
El barrio París Londres fue declarado Monumento Nacional en la categoría de Zona Típica en abril de 1982.

16.-Barrio Parque O´Higgins - Club Hipico 

El origen de este barrio está relacionado con profundas tradiciones nacionales y marcado por la presencia del emblemático  Parque O’Higgins (1873) y el Club Hípico (1869).
Se trata de un área originalmente rural, considerada el acceso sur de la ciudad y donde la aristocracia realizaba negocios, relacionados con la compra y venta de animales.
La fisonomía de este emplazamiento comenzó a transformarse en la segunda mitad del siglo XIX, con la construcción del Parque Cousiño, actual Parque O’Higgins, en el entorno donde unas décadas antes el Gobierno de Manuel Bulnes habilitó el Campo de Marte, una extensa zona baldía, para ejercicios militares.
Los trabajos de transformación del Campo de Marte en un parque público fueron financiados  por Luis Cousiño con su fortuna personal. La obra fue inaugurada en 1873 con sesenta mil árboles y contaba con cascada, laguna, fuentes, estatuas, puentes y un pabellón de música. También consideró una explanada, donde cada 19 de septiembre -con motivo del día de las Glorias del Ejército-   tiene lugar la Parada Militar;  el más grande desfile de las Fuerzas Armadas y de Orden de Chile.
Originalmente, en ese lugar también se desarrollaban carreras de caballo, lo que generó la necesidad de crear un espacio exclusivo para tal actividad. Fue así como en 1870, a un costado del parque, comenzaron los trabajos de construcción del Club Hípico de Santiago,  centro de reunión habitual de la clase más acomodada.
Estas nuevas obras obligaron a abrir calles para conectar el sector con la Avenida Libertador Bernardo O’Higgins, lo que aceleró el desarrollo urbano de toda el área y dio paso a avenidas como República, Ejército y Dieciocho, donde las familias más adineradas de la capital construyeron sus mansiones.
El barrio Parque O’Higgins-Club Hípico también aloja edificios de importantes instituciones, como los Arsenales de Guerra del Ejército, el Museo Militar; el Liceo Industrial de Santiago -el primer liceo técnico de la capital -, las caballerizas del Club Hípico, la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile y  desde 2006, el moderno edificio del Centro de Justicia de Santiago.
Y al mirar con detención es posible observar los vestigios de los rieles del  Tranvía Circunvalación,  un tren que viajaba hacia Franklin con pasajeros y regresaba con animales faenados, por la ruta Blanco Encalada, República y Club Hípico.
Es el barrio de Santiago que concentra, desde hace más de 200 años,  la más importante celebración del aniversario de la Independencia de Chile, porque es en el Parque O’Higgins, donde millones de capitalinos se reúnen en torno a las Fondas y Ramadas, para disfrutar de la gastronomía, música y otras tradiciones con que se recuerda el nacimiento de la República, proceso iniciado en septiembre de 1810 con la Primera Junta Nacional de Gobierno.

17.-Barrio República y Dieciocho 

Estos barrios, que confluyen en un área de pasado distinguido, son símbolos de las transformaciones urbanas que experimentó la capital en el siglo XIX, a partir de las grandes fortunas generadas por la minería, la agricultura y la construcción, entre otras prósperas actividades económicas.

La fisonomía de este emplazamiento comenzó a transformarse con la construcción del Parque Cousiño, actual Parque O’Higgins, al sur de Santiago.  Esto obligó a  abrir nuevas calles para conectarlo con la Avenida Libertador Bernardo O’Higgins, lo que aceleró el desarrollo urbano del área y la conformación de un elegante barrio residencial exclusivo.
Fue allí donde acaudaladas familias construyeron sus residencias. Claro reflejo de esta realidad fue la edificación de los palacios Cousiño, Errázuriz e Irarrázaval, dotados de los primeros ascensores, sistemas de calefacción central y decoración interior, traídos desde el Viejo Continente. También se establecieron familias vinculadas al mundo castrense, atraídas por la presencia del Campo de Marte y la cercanía con la Escuela Militar, actual Museo Histórico Militar.
Las avenidas República, Dieciocho y Ejército son indicadores de la prosperidad económica de la época. Por ejemplo, República fue la primera avenida de la capital en contar con calles pavimentadas y casas iluminadas con energía eléctrica.
Actualmente, el corazón de esta área es conocida como Barrio Universitario, debido a las instituciones de educación que allí funcionan y en cuyas sedes estudian más de 100 mil alumnos. Es una presencia que ha consolidado al barrio  como un polo de convivencia urbana, cultural y educacional, otorgándole un sello de vitalidad y vigencia a las mismas calles donde, hace más de un siglo, se establecieron las más ricas familias santiaguinas.
Calle Dieciocho fue declarada Zona Típica en 1983 y Avenida  República en 1992.

18.-Barrio San Vicente - San Eugenio 


Es conocido como el barrio  obrero y ferroviario de la capital, que comenzó a tomar forma a fines del siglo XIX con la construcción de la Maestranza San Eugenio de la Empresa de Ferrocarriles,  en el límite poniente de la ciudad.

Los primeros residentes de esta franja de terreno, al poniente del Club Hípico, fueron familias que llegaron a la capital desde el campo y los centros salitreros en busca de mejores  oportunidades de vida.
Con sus precarias viviendas y en torno a la línea del tren,  fueron gestando humildes poblaciones sin mayores servicios. En ese contexto, la Congregación de Misioneros Redentoristas, establecida en esta franja de terreno desde 1876,  cumplió una importante labor social al atender las necesidades espirituales, de alimentación y abrigo de esas  familias.
Ya a comienzos del siglo XX, los hermanos Redentoristas construyeron su iglesia, la Basílica del  Perpetuo Socorro, que en la esquina de Blanco Encalada con Conferencia, sigue irradiando su estilo gótico francés a este territorio.
Con el avance de las décadas y la industrialización del país,  este barrio fue delineando su vocación obrera, a partir de las   fábricas y bodegas que se instalaron en el sector, aprovechando la mano de obra existente en el entorno.
El primer conjunto obrero que se estableció fue la población El Mirador, habitada por trabajadores ferroviarios, principalmente.
La posterior instalación de empresas textiles, de la fábrica de sacos, azúcar y leche, entre otras,  significó generar fuentes de trabajo  y dar origen a conjuntos habitacionales que permitieron tener cerca a los trabajadores y entregarles viviendas de buena calidad para desarrollar la vida diaria.
Entre los conjuntos diseñados y construidos con ese sello,  destacan  las poblaciones obreras Población San Eugenio (1933), Población El Riel (1935), Colectivos San Eugenio (1937), Población Pedro Montt o Yarur (1938) y Población Arauco (1945), que respondieron al acento puesto en brindar  equipamiento de salud, cultura y educación  para configurar una vida de barrio integrada.
Y al recorrer hoy las calles de este barrio, es posible apreciar la huella de esa época, las construcciones de fachada continua donde vivieron las familias obreras, las pequeñas plazas centro de la vida comunitaria; o el comercio local y sencillo que ofrecen las panaderías, almacenes y bazares.
Se respira allí, la historia de los miles de hombres y mujeres que con su trabajo aportaron al progreso de este territorio y que sus actuales residentes, muchos antiguos funcionarios de la Empresa de Ferrocarriles, se esmeran por mantener viva en la memoria.


19.-Barrio Yungay


Es el barrio patrimonial más grande de Santiago. Sus calles y avenidas son una permanente evocación a la riqueza cultural y arquitectónica de los siglos XIX y XX. Desde hace algunos años, los propios residentes han impulsado la recuperación de sus espacios, generando el acceso de la comunidad a la historia y el patrimonio preseInte en sus calles, centros culturales, museos e iglesias.
Su nombre es un homenaje, de las autoridades de la época, al triunfo de Chile en la Batalla de Yungay, el 20 de enero de 1839. Aquel hecho histórico quiso perpetuarse con la creación de este emplazamiento urbano, gesto que fue coronado con la Plaza Yungay y la  bella escultura que muestra a un soldado, el Roto Chileno, como fiel símbolo de quienes participaron en esa heroica gesta.
La belleza arquitectónica de este barrio está representada por el contraste entre las edificaciones construidas para familias aristocráticas y aquellas destinadas a grupos familiares y su vida comunitaria en cités y conventillos.
Pero el crecimiento de la ciudad y el desplazamiento de la elite a barrios como Brasil y Concha y Toro, provocó que Yungay adquiriera un carácter más popular. A su vez, este barrio fue foco de la vanguardia intelectual de mediados del siglo XIX, al ser escenario del Movimiento Literario de 1842. A lo largo de la historia, en este sector, vivieron y se reunieron destacados intelectuales nacionales y extranjeros, como Domingo Faustino Sarmiento, quien después fue Presidente de Argentina, Bartolomé Mitre, Ignacio Domeyko, Eusebio Lillo, Joaquín Edwards Bello, Nicanor Parra y Violeta Parra, entre otros.
Dispersos entre sus calles se encuentran verdaderos tesoros que dan cuenta de la vigencia de ese espíritu. Destaca la red de museos insertos en el Parque Quinta Normal, como el Museo Nacional de Historia Natural, Museo Parque Ferroviario o el Museo de Arte Contemporáneo. Esa oferta es enriquecida por el Museo de La Memoria, el Centro Cultural Matucana 100 y la Biblioteca de Santiago.
La vida de barrio aún fluye serena en los pasajes Hurtado Rodríguez, Adriana Cousiño y Lucrecia Valdés, un ambiente que contrasta con la atracción que generan, en visitantes nacionales y extranjeros, propuestas gastronómicas del nivel del restaurant típico El Huaso Enrique o la Peluquería Francesa.
En ese contexto, destaca el trabajo de la comunidad que se ha organizado para preservar este patrimonio y sumarse a las actividades de centros culturales, museos, talleres artísticos y fundaciones, hasta dar forma a un consolidado y reconocido circuito cultural de Santiago y de Chile.
Yungay fue declarado Zona Típica el año 2009.

20.-Barrio Santa Isabel 

El potente desarrollo inmobiliario que en las últimas décadas ha experimentado este barrio, principalmente a lo largo de sus vías principales como Portugal, Lira, Carmen y Santa Isabel, se ha robado el protagonismo, ocultando privilegiados rincones que en la actualidad son un tesoro aprovechado discretamente por sus vecinos. La Plaza San Isidro, de muy pocos conocida y emplazada frente al templo del mismo nombre, se constituye en un pequeño espacio donde niños y adultos encuentran un acogedor refugio. Del mismo modo, la Plaza Artesanos del 900 es una especie de jardín secreto que permite a sus habitantes disfrutar de una tranquilidad envidiable en este sector de la ciudad.
En este barrio se manifiestan las tensiones existentes entre la renovación urbana que permite la acogida de nuevos vecinos y frena la continua expansión horizontal de la ciudad-, y la necesaria protección de las cualidades y la calidad de vida de los antiguos barrios.
A pesar de ello, la construcción de nuevos edificios a lo largo de Avenida Santa Isabel ha permitido la generación de áreas verdes y espacios deportivos, mejorando progresivamente la calidad de vida en el barrio.

21.-Barrio Sierra Bella



En las primeras décadas del siglo XX, este barrio se consolidó como polo industrial al sur de la comuna, gracias a la extensión del Ferrocarril de Circunvalación desde la antigua Estación San Diego. Las grandes barracas de madera del sector de calle Franklin -que en la actualidad siguen funcionando-,  tenían conexión directa con el ferrocarril, recibiendo sin cesar cargamentos de roble pellín, lingue, luma y litre, que llegaban desde el sur  a una modesta estación que le otorgó el nombre al barrio. Desde allí igualmente salía la producción de las viñas cercanas, como  Viña María, Lo Valdivieso y Santa Carolina.
A diferencia de lo que sucede en otros barrios de la comuna, donde lo fabril no es más que un recuerdo lejano, en Sierra Bella este carácter está plenamente vigente, con talleres, imprentas, barracas, ventas de repuestos de automóviles y hojalaterías, las cuales impregnan la atmósfera de un ambiente industrial. En la actualidad y gracias al trazado de la nueva Línea 6 del Metro, Sierra Bella espera recuperar el dinamismo y la conectividad que perdió cuando se retiraron las vías del Ferrocarril de Circunvalación, entre 1970 y 1980.


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