El arquitecto Karl Brunner.-a
Soledad Garcia Nannig; Maria Veronica Rossi Valenzuela; Francia Vera Valdes
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Barrio civico |
Académicos observan al autor de más de 300 estudios de trazado urbano en Chile. "Hoy vivimos una deconstrucción del espacio público y por eso su legado vuelve a darnos luces de cómo deben ser las ciudades modernas", dicen.
Mientras Karl Heinrich Brunner von Lehensten, arquitecto y urbanista austríaco de 42 años, viajaba a Sudamérica en un vapor, en Chile se creaba una dirección de urbanismo en el Ministerio de Obras Públicas, una oficina especialmente diseñada para recibirlo y poner en marcha sus planes para el trazado de Santiago.
"Así de importante era su llegada en 1929. Karl Brunner fue un asesor de Chile sobre urbanismo moderno y fue fundamental en la reflexión de cómo debía ser una ciudad como Santiago. Él la veía como una ciudad provinciana que debía convertirse en una metrópoli", dice la arquitecta y académica de la U. de Chile María Isabel Pavez.
Una investigación suya acerca de los trazados de Brunner en los polígonos de Independencia y Recoleta viene a fortalecer la reciente edición ampliada del libro "Karl Brunner en Chile. Urbanismo revisitado", de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de esa universidad, con apoyo de la Embajada de Austria.
"Queremos recuperar la figura de Brunner porque hoy estamos viviendo un deconstructivismo de los espacios públicos físicos. El espacio público genuino: la plaza pública de la ciudad, no la plaza de un mall donde la gente puede ir, porque es una plaza privada", dice Pavez.
Habitualmente se señala a Brunner como el autor del Eje Cívico, desde el Palacio de La Moneda por el norte hasta un edificio que albergaría al Congreso Nacional al sur, a través de Bulnes. "Esas obras no las ejecutó él, sino arquitectos posteriores. Pero lo que hizo Brunner fue definir la significancia que debía tener la monumentalidad de esa caja cívica que acogía a los poderes republicanos", dice Constantino Mawromatis, editor del libro y autor de otro artículo nuevo acerca de los estudios del territorio de Brunner a partir de la observación aérea que realizó en Austria y Alemania.
Puntos de vista
En su paso por Chile, el urbanista sumó unos 300 estudios para Santiago y otras ciudades. Algunos se realizaron, total o parcialmente; otros nunca se ejecutaron. Entre sus proyectos están el emplazamiento de Diagonal Paraguay, como ejemplo de alteración de la traza ortogonal que le entregaría a la ciudad rasgos de monumentalidad, y también del Parque Bustamante, donde antes estaba la línea del ferrocarril a Pirque.
El plan de Brunner era dotar de áreas verdes a Santiago, además de generar un continuo de parques. Según los académicos, las áreas verdes del Santiago actual son las que le corresponden al Santiago de los años 50.
Brunner también dispuso el despeje de las casas que ocupaban la primera ladera del cerro Santa Lucía y planteó el plan oficial de la comuna de Santiago en 1932. Además, enseñó que una ciudad debía tener jerarquías. Tanto de áreas verdes -desde un gran parque metropolitano hasta la plazoleta de barrio-, como en cuanto a vialidad urbana. "En Santiago todas las calles tendían a ser iguales, cerca de quince metros", explica Pavez.
"Lo que hoy falta es la escala intermedia de jerarquías", señala Mawromatis. "Actualmente se construye en los extremos: enormes autopistas o pequeños pasajes. El Estado trabajó en vivienda social pero en un momento determinado se quedó muy atrás en cuanto a urbanismo. Estamos en déficit y es difícil revertir la situación", completa Pavez.
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