Colonialismo y la descolonización.-a
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Fecha de independencia: Antes de 1815 De 1815 a 1945 De 1945 a 1990 Después de 1990 |
La conquista por Portugal de Ceuta, con la que comenzó el colonialismo europeo, 1415, La llave de África, cuenta la conquista de esa ciudad por los portugueses. |
El colonialismo
El colonialismo es el sistema social y económico por el cual un Estado extranjero domina y explota una colonia. Por lo general se utiliza la fuerza militar ante la que el país invadido no puede oponerse y el colonizador, invasor o conquistador impone el control militar, político, económico y social, normalmente mediante la designación de personas originarias del país conquistador. La colonización supone la usurpación y apropiación de la tierra, y con ella, de su riqueza y recursos; el sometimiento de la población, que puede considerarse esclava o sin los derechos de la metrópoli, la imposición de los intereses de la metrópoli sobre los del país colonizado en materias de cultura, religión, estrategia militar, estrategia económica, derechos civiles, políticos o sociales.
El colonialismo también es la doctrina que legitima la dominación política y económica de un territorio o de una nación por el gobierno de un estado extranjero.
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Legado El colonialismo ha tenido consecuencias históricas muy importantes tanto desde los puntos de vista económico, demográfico, lingüístico, cultural, religioso y político. En el plano económico, la Revolución Industrial europea requirió las materias primas procedentes de sus colonias y la fuerza de trabajo, así como algunas materias primas básicas. Las consecuencias fueron enormes en América, donde la población autóctona muy vulnerable a las epidemias de origen euroasiático quedó diezmada. En África las consecuencias demográficas fueron menores, Sudáfrica es uno de los países con mayor impacto demográfico europeo. En Asia, salvo por las hambrunas de India de finales del siglo XIX, provocadas por el sistema de producción impuesto con los británicos las consecuencias tuvieron sólo un impacto transitorio. Desde el punto de vista lingüístico, el colonialismo preparó el terreno para el uso de lenguas europeas como lenguas diplomáticas y comerciales. El número de hablantes de inglés, francés, español, y portugués debe mucho a los efectos demográficos del colonialismo. Entre las consecuencias más negativas se pueden mencionar:
Las antiguas metrópolis europea fue desprendiéndose de sus colonias no sin pesar, incluso muy reticentemente, y olvida que allí no dudó en violentar los derechos humanos de las poblaciones indígenas y en aplicar políticas criminales en la búsqueda de sus propios intereses económicos o estratégicos debido al desprecio que se sentía por la población local y el racismo imperante Son pocas sociedades se escapan de haber cometido brutalidades y crímenes, en ocasiones ni siquiera aquellas que las padecieron. Es difícil y complicado saber hasta dónde retrotraerse para referirnos a reparaciones, responsabilidad (o culpa) e indemnizaciones, porque, a fin de cuentas, el tiempo de la historia no se detiene. Sin embargo, lo que en los libros de texto de historia escolar se estudia como meros procesos de colonización, para las sociedades indígenas afectadas fue un horror sin paliativos, la imposición de un modelo civilizador, mayormente egoísta y depravado. La ola de protestas raciales a lo largo y ancho del planeta ha puesto precisamente en el disparadero esta suerte de acontecimientos. Llama así la atención la tardía aceptación de la bestialidad con la que Bélgica se empleó en el Congo Belga y el desconocimiento, hasta fechas recientes, de lo que allí realmente sucedió. El artífice de aquella pesadilla, en la que miles de pobladores murieron víctimas de la depredación económica, fue el rey Leopoldo II, quien adquirió el territorio como una propiedad que más tarde, a su muerte, donó al Estado belga. Las consecuencias de los horrores inimaginables vividos por los indígenas no cesaron con esta donación y Bélgica se benefició de ello, tanto como la institución monárquica, acumulando una riqueza ingente mientras millones de seres eran víctimas de la persecución, el agotamiento y el exterminio, acompañados de la crueldad más extrema. Todavía en la actualidad hay calles y avenidas con el nombre de Leopoldo II o estatuas suyas erigidas en lugares destacados (algunas de ellas pintadas como protesta). De hecho, no ha sido hasta 2018 cuando el Museo Real del África Central de Tervuren, tras una profunda reforma, reabriría con el nuevo nombre Museo África, tras un buen lavado de cara, retirando los macabros trofeos coloniales de seres humanos expuestos y convirtiéndolo en una crítica al colonialismo. Si bien se siguen viendo en sus vitrinas miles de objetos tribales robados a los pobladores. Recientemente, debido a la presión internacional, el Parlamento belga creó una Comisión de Verdad y Reconciliación para calmar su conciencia, aunque todavía no se han dado a conocer avances. Por su parte, Burundi, valientemente, ha dado un paso muy interesante a la hora de exigir a las antiguas metrópolis, Alemania y Bélgica, una fuerte indemnización económica y la devolución de los objetos hurtados como parte de un proceso de reparaciones por los abusos cometidos. Sin olvidar que se responsabiliza a los belgas de haber llevado a cabo una clasificación de la población en tres grupos étnicos que derivaría en las matanzas de la guerra civil que sufrió el país entre 1993 y 2005. Algo parecido trajo consigo el atroz genocidio en Ruanda (1994). Alemania, un país que ha asumido su culpa colectiva, y ha indemnizado a los supervivientes del Holocausto y también a los esclavos del nazismo, curiosamente no ha sabido hacer lo propio con su legado colonial a pesar de que lo perdiera en 1918. Entre 1904 y 1908, de hecho, cometió en Namibia el primer genocidio conocido del siglo XX, antes que el del pueblo armenio. Todavía no ha pedido perdón y se niega a admitir el pago de reparaciones. Ningún gobierno alemán todavía ha aceptado la cruda verdad de los hechos. En general, la Europa, tras la Segunda Guerra Mundial, fue desprendiéndose de sus colonias no sin pesar, incluso muy reticentemente, y ha quedado en la memoria como un episodio singular, pero nada destacable. Se olvida de que allí no cumplió un papel colonizador, sino destructivo, en el que no dudó en violentar los derechos humanos de unas poblaciones indígenas que eran incapaces de hacer frente al mayor poder de las armas europeas. Allí se erigieron imperios pertenecientes a países democráticos que no dudaron en aplicar políticas criminales debido al desprecio que se sentía por la población local y el racismo imperante y a la búsqueda de sus propios intereses económicos o estratégicos. Responsabilidad En la última década, la vieja Europa, acosada por sus problemas internos,y proceso de reunificación, apenas si se ha preocupado de fijar su responsabilidad, como si fuese cosa de otros. Tanto es así que apenas si ha revelado algún gesto simpático, devolviendo a Senegal una espada y a Namibia, un látigo y una biblia. Únicamente Reino Unido, Bélgica e Italia han pedido perdón. Hasta la fecha, solo un tribunal de justicia londinense reconoció una indemnización digna de tal nombre, en 2013, a 5.000 supervivientes kenianos por abusos. Italia fijó con el entonces gobierno de Gadafi una indemnización anual de 200 millones de dólares a Libia durante 25 años por los excesos cometidos, aunque solo estuvo vigente hasta 2011, cuando se produjo la Primavera Árabe. Francia anunció en 2018 su intención de devolver miles de piezas robadas en sus antiguas colonias, pero un cambio en su legislación frenó el proceso este pasado julio. Cierto es que la suerte del África actual no depende exclusivamente de la benevolencia de los europeos, pero la raíz de sus graves problemas endémicos debe achacarsea este colonialismo salvaje que, lejos de haber ayudado a construir sociedades justas y equilibradas, les dieron un modelo brutal y autocrático en el que mirarse. La evolución de muchos de estos países africanos, cierto es, ha dependido de sus propias dinámicas internas, pero bien es verdad que, influidos y mediatizados por una herencia envenenada, todavía siguen padeciendo su nefasta influencia. En algunos casos, aun no se han podido desprender de la dependencia de sus antiguas metrópolis. Y las indemnizaciones no servirán de nada si no se canalizan y se invierten bien y ayudan de forma clara y notoria a que tales estados sean sostenibles y viables a largo plazo. El dinero es como un río que hay que saber canalizar para que irrigue bien todo el territorio y no acabe en malas manos. |
Proceso de descolonización, dos sentidos:
En un sentido amplio el concepto de descolonización alude al acceso a la independencia de los pueblos y territorios sometidos a dominación política, social y económica por parte de potencias extrañas. Desde esta perspectiva, es factible hablar de una pluralidad de procesos descolonizadores : el emprendido en continente americano entre los 1783 y 1900 y de resultas del cual emergen como realidades políticas los Estados Unidos y las diferentes estados latinoamericanos; el operado entre 1920 y 1945 en relación con las dependencias de los Imperios Otomano y Ruso, que resultas del que surgen a la vida independiente buena parte de los Estados del Europa oriental, Oriente Medio y el Maghreb; o el comprendido entre el año 1945 a la década del 90 del siglo XX, a raíz del cual el conjunto del continente africano e importantes áreas de Asia, Europa, islas del Pacífico y el Caribe se estructura en unidades políticas independientes, libres ya de la dominación extranjera.
En sentido estricto, en cambio, el concepto de descolonización evoca exclusivamente este último proceso histórico,que nace en 1945, con fin de Segunda Guerra Mundial -cuyo punto culminante es 1960- en virtud del cual la práctica totalidad del continente africano y sustanciales áreas del Pacífico, Europa, el Caribe y Sudeste Asiático han accedido a la independencia, dotándose de sus correspondientes estructuras estatales, este proceso termino en la década del 90, con desintegración de URSS, y el termino de los fideicomiso internacionales.
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Aspectos jurídicos e institucionales de la descolonización : La Organización de las Naciones Unidas y el principio de libre determinación de los pueblos.
Desde una perspectiva jurídico-política el fenómeno de la descolonización se articula merced al ejercicio del derecho a la libre determinación por parte de los habitantes de los territorios sometidos a dominación colonial, en un proceso que culmina generalmente en el acceso a la independencia política del territorio colonial.
Sin duda, ha sido este uno de los éxitos capitales logrados por la ONU en su trayectoria y ello no obstante las confusas e incluso contradictorias previsiones contenidas en su texto constitutivo, la Carta de San Francisco.
En efecto, si bien la Carta de las Naciones Unidas proclama en sus artículos 1 y 55 el derecho de los pueblos a su libre determinación, contempla asimismo la continuación de las situaciones coloniales, ya que los artículos 73 y 74 se referían a los territorios no autónomos (aquéllos cuyos pueblos no habían alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio) y por otra parte los Capítulos XII y XIII de la Carta abordaban los aspectos jurídicos e institucionales de ciertas situaciones coloniales de naturaleza particular :
los fideicomisos, territorios dependientes sometidos a un régimen de supervisión internacional, heredero en buena medida del viejo sistema de "mandatos" vigente en el periodo de la Sociedad de Naciones.
La contradicción apuntada, sin embargo, es más aparente que real pues como se ha señalado, no era intención de los redactores de la Carta el proclamar un derecho de los pueblos coloniales a la libre determinación y, en su caso, a la independencia, sino que la afirmación de este derecho en favor de los pueblos coloniales ha constituido el resultado de una lectura en términos progresivos de las tímidas disposiciones de la Carta, merced a la presión de los Estados no alineados, consolidándose a través de la actividad posterior de la Organización.
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En este orden, el gran paso hacia la descolonización tiene lugar en 1960, año en que el sistema de la Carta comienza a definirse definitivamente relegando al olvido a aquellas de sus disposiciones que parecían tolerar la subsistencia de los regímenes coloniales.
A este respecto, debe tenerse presente que la Carta no ampara o contempla el derecho de secesión, sino que el derecho a la libre determinación beneficia estrictamente a los pueblos sometidos a dominación colonial, es decir, a los que no habían alcanzado la plenitud de autogobierno y se hallaban en situación de subordinación o dependencia respecto a 1a potencia administradora, de la que estaban separados geográficamente, y respecto de la cual existían diferencias fundamentales en la organización política administrativa, jurídica y económica.
En este contexto, la adopción por la Asamblea General de las Naciones Unidas de la Resolución 1514 (XV), en la que se contiene la "Declaración sobre la concesión de independencia a los países y pueblos coloniales" -considerada comúnmente como la "Carta Magna de la Descolonización"- concretó el ejercicio del derecho a la libre determinación en la independencia; de acuerdo con sus términos las colonias tenían derecho a decidir si deseaban convertirse en Estados soberanos e independientes, para lo cual debía consultarse a su población autóctona.
Por su parte, la Resolución 1541 (XV) adoptada sucesivamente por la misma Asamblea en una maniobra auspiciada por ciertas potencias coloniales, tendía a alterar los términos de la anterior resolución al proponer una lectura mucho más conservadora del derecho de libre determinación de los pueblos coloniales al contemplar que en su ejercicio la población colonial optara entre la independencia o las alternativas de la asociación a un Estado independiente y soberano ya existente o la integración en otro Estado.
Ha de repararse en que esta interpretación flexible del derecho de libre determinación se consolida finalmente con la capital Resolución 2625 (XXV) que refrendó la pluralidad de formas en el ejercicio del derecho de libre determinación.
Pese a estos desarrollos en el plano declarativo, conviene advertir, no obstante, que en la práctica, la descolonización se llevó a cabo en la inmensa mayoría de los supuestos en aplicación de la Resolución 1514 (XV) y el ejercicio del derecho a la libre determinación generó la consiguiente aparición de numerosos Estados soberanos e independientes, pues como afirmara la Corte Internacional de Justicia en el asunto del Sahara occidental el último objetivo del proceso descolonizador radicaba en la libre determinación y la independencia de los pueblos afectados (CIJ, Recueil 1975, p. 31).
Para ello Ias Resoluciones 1654 (XVI) y 1810 (XVII) crearon un eficaz aparato institucional, el denominado "Comité de los veinticuatro" (que cuenta desde 1979 con 25 miembros), encargado de examinar las situaciones coloniales y de velar por la aplicación de las resoluciones descolonizadoras.
El Comité Especial de Descolonización o Comité Especial de los 24 de la Organización de las Naciones Unidas es un organismo creado en 1961, encargado de monitorear e impulsar el proceso de descolonización de los territorios no autónomos bajo administración de potencias coloniales, con el propósito de poner fin al colonialismo.
En 1945, cuando se fundó la Organización de Naciones Unidas, existían más de 80 territorios no autónomos bajo régimen colonial, en los que vivían 750 millones de personas, lo que representaba una tercera parte de la población mundial.
El nombre oficial completo del Comité es Comité Especial Encargado de Examinar la Situación con Respecto a la Aplicación de la Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales.
Fin de los Imperios coloniales y nacimientos de nuevos países.
Como ya hemos indicado anteriormente, Ia aplicación de la Resolución 1514 (XV) a partir de 1960, presenta una importancia capital para la comprensión del actual mapa político mundial, que ha experimentado un crecimiento exponencial del número de Estados independientes.
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Fin del proceso de descolonización.
El proceso de descolonización termino a comienzo de la década del 90, con la desintegración de la URSS, la independencia de los estados soviéticos, y el fin de los fideicomisos internacionales.
Desintegración de URSS
El control soviético de sus repúblicas no rusas se debilitó rápidamente a medida que los movimientos nacionalistas y autónomos cobraron fuerza durante 1990 y 1991. El intento de golpe de Estado soviético en agosto de 1991 inició la desintegración de la URSS, que terminó formalmente el 26 de diciembre de 1991.
Las Repúblicas de la Unión Soviética se convierten en estados soberanos: Armenia , Azerbaiyán , Bielorrusia (más tarde Bielorrusia ), Estonia , Georgia , Kazajstán , Kirguistán , Letonia , Lituania , Moldavia , Rusia , Tayikistán ,Turkmenistán , Ucrania y Uzbekistán .
El historiador Robert Daniels dice: "Una dimensión especial que las revoluciones anticomunistas compartieron con algunos de sus predecesores fue la descolonización".
La política de Moscú había sido durante mucho tiempo asentar a los rusos étnicos en las repúblicas no rusas. Después de la independencia, los derechos de las minorías para los hablantes de ruso han sido un problema; ver rusos en los estados bálticos .
Fin de fideicomisos Internacionales.
Los fideicomisos de las Naciones Unidas eran los antiguos mandatos de la Sociedad de Naciones que se crearon cuando la Sociedad de Naciones se disolvió en 1946 y sus funciones e instituciones se integraron en la ONU. La administración de estos territorios se supervisaba en el Consejo de Administración Fiduciaria de las Naciones Unidas para garantizar la preparación de estos territorios para la autonomía o la independencia.
En la actualidad ya no existen fideicomisos. El último de ellos fue abandonado por Estados Unidos el 1 de octubre de 1994 cuando se proclamó la República de Palaos.
Conclusión.
Los pocos territorios de ultramar de las potencias europeas que quedan, a comienzo del siglo XXI son insignificante, y tiene poca factibilidad económica, autarquía, para ser estados independientes, la descolonización como proceso histórico ha terminado. El comité de descolonización de la ONU no tiene razón de ser, es despilfarro de dinero.
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El Consejo de Administración Fiduciaria de las Naciones Unidas, uno de los principales órganos de las Naciones Unidas, fue establecido en el Capítulo XIII de la Carta de las Naciones Unidas, para supervisar la administración de los territorios en fideicomiso puestos bajo el régimen de administración fiduciaria, para promover el adelanto de los habitantes de dichos territorios y su desarrollo progresivo hacia el gobierno propio o la independencia. Fue disuelto en 1994 por el Consejo de Seguridad, una vez había completado su función.
Historia
El Consejo de Administración Fiduciaria se constituyó en 1945 para supervisar la preparación de los territorios en fideicomiso para su autonomía o la independencia, como sucesor del sistema de Mandatos de la Sociedad de Naciones.
En total fueron once los territorios puestos bajo fideicomiso: siete en África y cuatro en Oceanía. Diez de estos territorios habían sido previamente Mandatos de la Sociedad de Naciones, y el undécimo fue Somalilandia Italiana.
Los propósitos del régimen de administración fiduciaria se han cumplido a tal punto que todos los territorios en fideicomiso han alcanzado el gobierno propio o la independencia, ya sea como Estados separados o mediante su unión con países independientes vecinos. El único territorio que no se ha integrado como parte de otro Estado o ha adquirido su independencia han sido las Islas Marianas del Norte al decidir convertirse en un Estado Asociado (Commonwealth) con EE.UU. desde 1976.
El 1 de noviembre de 1994, el Consejo de Seguridad puso fin al Acuerdo de Administración Fiduciaria correspondiente al último de los 11 territorios en fideicomiso originales que figuraban en su programa: el Territorio en Fideicomiso de las Islas del Pacífico (Palaos), administrado por los Estados Unidos.
Actividad
De conformidad con el artículo 87 de la Carta de las Naciones Unidas (Capítulo XIII), el Consejo de Administración Fiduciaria está autorizado a examinar y debatir los informes presentados por la autoridad administradora respecto del adelanto político, económico, social y educativo de la población de los territorios en fideicomiso y, en consulta con la autoridad administradora; a examinar peticiones provenientes de los territorios en fideicomiso; y a realizar visitas periódicas y otras misiones especiales a esos territorios.
El Consejo de Administración Fiduciaria no mantuvo ninguna responsabilidad para los territorios coloniales fuera del sistema de fideicomisos, aunque la Carta de las Naciones Unidas establecía el principio de que los Estados miembros deberían administrar tales territorios conforme a los intereses de sus habitantes.
Desde 1994, el Consejo de Administración Fiduciaria suspendió sus actividades, al no existir fideicomisos de la ONU, y aunque sigue existiendo teóricamente de acuerdo a la Carta de las Naciones Unidas, su existencia y funciones están indeterminadas. En consecuencia, el Consejo modificó su reglamento para celebrar reuniones cuando sea necesario, por petición de su Presidente, de una mayoría de sus miembros o a petición del Consejo de Seguridad o de la Asamblea General.
Composición
Su composición consistía en un número igual de Estados miembros administradores y no administradores de fideicomisos; de esta forma, el Consejo de Administración Fiduciaria consistía en los Estados miembros administradores de fideicomisos, los restantes Estados del Consejo de Seguridad no administradores, y un número de Estados miembros de la ONU no administrados hasta igualar el número con los Estados administradores de tales territorios, y elegidos por la Asamblea General por un periodo de 3 años.
Al ir reduciéndose los fideicomisos, la composición de este Consejo de Administración Fiduciaria ha quedado limitada a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad: China, los Estados Unidos, la Federación de Rusia, Francia y el Reino Unido.
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60 años de descolonización, y el fin de memoria colectiva del Colonialismo Hace sesenta años, en 1960, los países de África se liberaron del dominio colonial europeo, el continente negro logro poner fin a esta era colonial, y nacieron los modernos estados africanos. En actualidad las personas que tiene memoria histórica y vivencia personal del dominio colonial son solo los ancianos, la mayoría de la población actual de estos países, el colonialismo es historia. Hablar en la actualidad de colonialismo, es hablar de historia, y no de política actual. |
The Rising Tide of Color: The Threat Against White World-Supremacy (1920), es discutido libro sobre el razas y la geopolítica, que describe el colapso de la supremacía blanca y el colonialismo , debido al crecimiento de la población entre las personas de otras razas, aumentando el nacionalismo en las naciones colonizadas por Europa y la industrialización en China y Japón.
Para contrarrestar la amenaza geopolítica percibida, Stoddard abogó por restringir la migración de personas no blancas a países blancos, restringiendo la migración asiática a África y América Latina, y dando lentamente la independencia a las colonias occidentales en el Medio Oriente.y Asia.
Algunas de las predicciones de Stoddard en este libro demostraron ser verdaderas: transformación de Japón y China en potencias mundiales , la guerra entre Japón y Estados Unidos, la segunda guerra mundial en Europa , el colapso de los imperios coloniales europeos en África y Asia , la inmigración masiva depueblos no blancos a países blancos , el surgimiento del extremismo islámico como rival de la civilización occidental debido al radicalismo religioso.
Theodore Lothrop Stoddard (1883-1950) fue un historiador, periodista, eugenista , analista político y teórico racial y abogado estadounidense.
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La ONU todavía mantiene, a día de hoy, un listado de 17 territorios considerados colonias, pero en su mayoría son territorios que son inviables para ser un país independiente.
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