Musico y militar Gustavo Durán Martínez; Felipe Díaz Sandino.-a
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Gustavo Durán Martínez;
Felipe Díaz Sandino
Díaz Sandino, Felipe. Caldas de Estrach (Barcelona), 25.IX.1892 – Bogotá (Colombia), 1957. Aviador militar, político. Nacido en el seno de una familia de tradición militar, era hijo del coronel del antiguo Cuerpo de Estado Mayor Antonio Díaz Benzo y de Zoíta Sandino Gutiérrez del Palacio. Entró en la Academia de Infantería en enero de 1909 como alumno, ascendiendo por promoción a segundo teniente en julio de 1911 y a primer teniente en julio de 1913. Realiza el Curso de Piloto en Cuatro Vientos en 1915, pasando al poco tiempo al Servicio de Aviación. Se distingue en las campañas de Marruecos como teniente de Infantería, obteniendo a los veintidós años la Cruz de María Cristina. Ya como oficial piloto colabora en la localización exacta de la ciudad sagrada de Xauen, que en aquellos años carecía de una ubicación precisa en los mapas de la época. Realiza el primer enlace aéreo de Sevilla con Tetuán. En febrero de 1918 asciende a capitán por antigüedad. En julio de 1924 asciende a comandante de Infantería por meritos de guerra y tiene una brillante actuación en Marruecos durante los años finales de la Guerra. En 1929 era jefe de la Escuela de Tiro y Bombardeo Aéreo en Los Alcázares. Desengañado del derrotero que la Monarquía imponía al país, junto con otros oficiales organiza la Unión Militar Republicana (UMR) en cuyo seno se imponen como primera tarea el lograr la unidad de acción de los republicanos con los socialistas. Durante la consecución de ese objetivo que se consigue parcialmente, se involucra en la preparación de un golpe cívico-militar para derrocar a la Monarquía. Esta actividad como conspirador le lleva a ser encarcelado en Prisiones Militares de Madrid. Durante parte de 1930, en lo que se conoce como la “Dictablanda” de Berenguer, es nombrado jefe de la Oficina de Mando de Aviación a las órdenes del general Amado Balmes. En diciembre de 1930 durante la revuelta en Jaca y Cuatro Vientos permanece continuamente vigilado. Interviene muy activamente en la proclamación de la Segunda República y participa personalmente en todos los actos importantes. A continuación es nombrado jefe de Cuatro Vientos y Getafe, dejando a Ortiz como jefe de este aeródromo. A primeros de diciembre de 1932 se le nombra jefe de la 3.ª Escuadra en Barcelona. Durante el transcurso del denominado Bienio Negro y ya durante el movimiento revolucionario de octubre de 1934, actuando como jefe de la Tercera Región Aérea, se niega a cumplir las órdenes del Gobierno de bombardear el Palacio de la Generalidad en Barcelona. Esto le lleva nuevamente a ser encarcelado, esta vez en el castillo de Montjuic. Gracias a la intervención de Alcalá-Zamora fue puesto en libertad el 7 de abril de 1935. En febrero de 1936 era de nuevo jefe de la 3.ª Región con sede en Barcelona, tomando posesión en marzo del mismo año en El Prat. Su actitud durante la sublevación del general Franco el 18 de julio le hizo ponerse clara y firmemente al lado de la Generalidad y del pueblo de Barcelona, que era empujado a la acción por las organizaciones obreras. Su decisión junto con la de las fuerzas que permanecieron leales a la República, fue decisiva para que la ciudad no cayera en poder de los sublevados. El general Goded le conminó a que se uniera a “sus compañeros de armas” o de lo contrario sería fusilado. Preparó todo en El Prat para evitar y prevenir el levantamiento: puestos de vigilancia, armamento, aviones y personal, defensas del campo y focos. Llamó a todos los leales y repartió armas a los obreros civiles del pueblo, editando la proclama contra la sublevación. El día 20 fue llamado por Companys a la Generalidad de Cataluña, dándose por terminado el golpe en Barcelona el día 21 de julio. Estos y otros hechos hicieron que Díaz Sandino se convirtiera en uno de los líderes más populares por aquellos días en Cataluña. Los muros de Barcelona aparecían plagados de pintadas donde se leía “Visca Sandino”. Por su adhesión a la causa democrática y por el hecho de ser un destacado militar, la Generalidad le nombra consejero de Defensa, primer militar al que se otorga ese cargo. Desde ese puesto dirige el Frente de Aragón y consigue estabilizar las líneas republicanas. Desde el 17 de diciembre de 1936 vuelve a ocupar el cargo de jefe de la Región hasta junio de 1937. Debido a su no pertenencia a ningún partido político, pues solamente se consideraba un militar amante de las libertades y de la República, fue enviado como agregado aéreo y naval a la embajada de España en París el 16 de julio de 1937. Desde aquel puesto logró informaciones que le permitieron advertir al Gobierno de algunas operaciones militares planeadas por los nacionales. Alarmado por la próxima derrota de la República solicita permiso para regresar a Barcelona y correr la misma suerte de los que lucharon en las últimas defensas de Cataluña. Cuando el enemigo ya había ocupado el aeropuerto de El Prat en Barcelona, el subsecretario de Aviación Núñez Maza decidió nombrar a Díaz Sandino secretario general, pasándole la misión de evacuar la Aviación en pocas horas. Cumplida la misión, esperó la orden de pasar a Francia, lo que hizo rodeado de sus ayudantes, entregándose a las autoridades francesas que le envían al campo de concentración de Argelèssur- Mer, junto con todos los demás refugiados. De allí logró fugarse y llegar a la República Dominicana. Algo más tarde viaja a Venezuela, donde la nueva embajada de España le denuncia como elemento peligroso y es encarcelado. Elementos antidemocráticos consiguen que las autoridades venezolanas lo expulsen a Cuba, donde las organizaciones masónicas le prestaron ayuda. Pasado algún tiempo volvió a Santo Domingo. Fue juzgado en rebeldía en España por el régimen nacional en causa abierta en 1941. Detenido en una escala de un viaje, las autoridades norteamericanas se incautan de parte de sus escritos y documentos históricos. De nuevo en Jamaica es interrogado. Consigue pasar a Costa Rica, donde trabaja por algún tiempo. Luego va a Colombia, donde consigue reunirse con su familia también exiliada. Permanece por algún tiempo en Chile. A su vuelta a Bogotá, enferma de cáncer de estómago y fallece en 1957. Durante todos estos años, trabajó duramente en diferentes profesiones y empleos, aunque al morir se encontraba en paro. Cuentan sus parientes y amigos que antes de ser operado por tercera vez en cuatro meses, escribía a su sobrino: “Si salgo bien, volveré a la búsqueda de un trabajo como corresponde a un buen proletario”. Obras de ~: De la Conspiración a la Revolución, 1929-1937, Madrid, Libertarias, 1990. Bibl.: J. Gomá Orduña, Historia de la Aeronáutica Española, pról. de S.A.R. el Infante D. Alfonso de Orleáns y de Borbón, Madrid, Editorial Prensa Española, 1946-1950, 2 vols.; J. Salas Larrazábal, La guerra de España desde el aire, Barcelona, Ediciones Ariel, 1969; Instituto de Historia y Cultura Aérea, Historia de la Aviación Española, Madrid, Instituto de Historia y Cultura Aérea, 1988; Guerra Aérea 1936-39, Madrid, Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire, 1998- 2003, 4 vols. |
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