Consuelo Spencer-Churchill, Duquesa de Marlborough; nacida Consuelo Vanderbilt.-a
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LA DUQUESA DE MARLBOROUGH (THE GLITTER AND THE GOLD) (EN PAPEL) CONSUELO VANDERBILT BALSAN , 2013 THE GLITTER AND THE GOLD by Consuelo Vanderbilt Balsan
Consuelo Vanderbilt era joven, hermosa y heredera de una vasta fortuna familiar. También estaba profundamente enamorada de un pretendiente estadounidense cuando su madre eligió en cambio que ella cumpliera sus ambiciones sociales y se casara con un duque inglés. Dejando su vida en Estados Unidos, llegó a Inglaterra como duquesa de Marlborough en 1895 y se instaló en su nuevo hogar, el Palacio de Blenheim. La novena duquesa ofrece una visión única de primera mano de la vida en el pináculo de la sociedad inglesa en la era eduardiana. Una observadora poco noble, pero a menudo divertida, de la intrincada jerarquía tanto arriba como abajo en el Palacio de Blenheim, también es un testigo revelador de los bailes brillantes, las grandes fiestas de fin de semana y las principales ocasiones estatales a las que asistió u organizó. Aquí están sus encuentros con todas las figuras importantes de la época, desde la reina Victoria, Edward VII y la reina Alexandra hasta el zar Nicolás, el príncipe Metternich y el joven Winston Churchill. Causando un escándalo al separarse del Duque después de 11 años, Consuelo comenzó su nueva vida como filántropa, oradora pública y defensora del sufragio femenino. Sus veladas literarias incluirían a HG Wells, JM Barrie y George Bernard Shaw. En 1921 se volvió a casar con el aviador Jacques Balsan y se mudó con él a un castillo en el sur de Francia. Estas memorias íntimas y ricamente disfrutables son un retrato maravillosamente revelador de una época dorada.
Una rica heredera americana en los salones de la aristocracia inglesa de principios del siglo xx Consuelo Vanderbilt es joven, bella y la única heredera de una gran fortuna familiar. Está locamente enamorada de uno de sus pretendientes americanos cuando su madre la obliga a casarse con un duque inglés para satisfacer así el deseo de ascenso social de la familia. De ese modo, en 1895, abandona su América natal para trasladarse a su nuevo hogar, el Blenheim Palace, como duquesa de Marlborough. Familia Vanderbilt Rica familia de empresarios estadounidenses, originarios de Nueva York. Arranca de Cornelius Vanderbilt (1794-1877). Hijo de un granjero arruinado, trabajó desde niño en el puerto de Nueva York, hasta que pudo comprarse un barco a los 16 años. Estableció un servicio de transbordadores entre Nueva York y Staten Island, pero lo vendió todo para ponerse a trabajar como capitán de un barco de vapor, a fin de conocer esta nueva tecnología y poder, finalmente, instalar su propio negocio de vapores (1829). Se hizo millonario transportando pasajeros en trayectos cortos alrededor de Nueva York. En 1847 creó su primera línea de larga distancia, de Nueva York a San Francisco (vía Nicaragua), con la que obtuvo grandes beneficios gracias a la «fiebre del oro» de California (1849). En los años cincuenta dirigió su atención hacia el sector de los ferrocarriles, tras conseguir una fuerte indemnización de sus competidores por retirarse del negocio naviero. Compró varias compañías ferroviarias que prestaban servicio en los alrededores de Nueva York, las unió y ofreció el primer servicio regular entre Nueva York y Chicago (1873). Construyó la estación Central de Nueva York. En los últimos años de su vida contribuyó a financiar algunas obras sociales, como la Universidad de Nashville (Tennessee), llamada más tarde Vanderbilt University. Heredó el negocio su hijo William Henry Vanderbilt (1821-85). Tras una época de relaciones tormentosas entre padre e hijo, había sido éste el que había «descubierto» el interés del nuevo negocio de los ferrocarriles, atrayendo hacia él al fundador de la dinastía. Al morir Cornelius, demostró su capacidad empresarial expandiendo su red ferroviaria por todo el noreste de los Estados Unidos y duplicando en sólo seis años la fortuna que había heredado. Redobló los tímidos esfuerzos filantrópicos de su padre, haciendo grandes donaciones a universidades, hospitales, iglesias y museos (formó una de las mejores colecciones artísticas de los Estados Unidos). En 1883 se retiró por motivos de salud, sucediéndole sus tres hijos -Cornelius (1843-99), William Kissan (1849-1920) y George Washington (1862-1914)- y sus cinco nietos -Cornelius III (1873-1942), Alfred Gwynne (1877-1915), Reginald Claypoole (1880-1925), William Kissan (1878-1944) y Harold Stirling (1884-1970)-. Todos ellos destacaron menos como hombres de negocios (terreno en el que se limitaron a disfrutar las rentas de la enorme fortuna familiar) que como mecenas, filántropos, extravagantes inventores y deportistas. Un hijo de Cornelius III, Cornelius Vanderbilt Jr. (1898-1974), se hizo escritor y amplió el negocio familiar con la creación de una cadena de periódicos. |
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