Familia de Adolfo Hitler; Testamento político.-a
Introducción Antes del nacimiento de Adolf Hitler, el apellido de la familia tenía muchas variaciones que fueron utilizadas a menudo casi indistintamente. Algunas de las variaciones comunes eran Hitler, Hiedler, Hüttler, Hytler y Hittler. Alois Schicklgruber (el padre de Adolf), con su apellido por Hitler, el 7 de enero de 1877 y fue la única forma de apellido que Adolf participa. Origen de la familia La familia de Hitler desciende de Stefan Hiedler (nacido en 1672) y su esposa, Agnes Capeller. Su nieto fue Martin Hiedler (17 de noviembre de 1762 - 10 de enero de 1829), quien se casó con Anna Maria Göschl (23 de agosto de 1760 - 7 de diciembre de 1854). Martin y Anna fueron los padres de los menos tres hijos, Lorenz, que no hay más información, Johann Georg (bautizado el 28 de febrero de 1792 - 9 de febrero de 1857), que era el padrastro de Alois Hitler (padre de Adolf) ), y Johann Nepomuk (19 de marzo de 1807 - 17 de septiembre de 1888), un bisabuelo materno de Adolf Hitler. Ellos eran de Spital (parte de Weitra), Austria. Lista de miembros de la familia. Consanguinidad . Adolf Hitler (1889-1945), canciller alemán, Alois Hitler, Sr. (1837-1903), padre Anna Glasl-Hörer, primera esposa de su padre (sin descendencia) Franziska Matzelberger, segunda esposa de su padre, madre de Alois y Angela Klara Hitler (1860-1907), madre, tercera esposa de su padre Alois Hitler, Jr. (nacido Matzelsberger) (1882-1956), medio hermano mayor (por parte de padre), hijo de Franziska Angela Hitler (1883-1949), medio hermana mayor (por parte de padre), hija de Franziska Cuatro de los hermanos de Adolf murieron en la infancia o la niñez temprana por enfermedades:
Paula Hitler (1896-1960), hermana carnal menor y única hermana que sobrevivió hasta la edad adulta. Lateral Geli Raubal, sobrina, hija de Angela Bridget Dowling, primera cuñada por parte de Alois Jr. Heinz Hitler, sobrino por parte de Alois Jr. y Bridget Dowling Hedwig Heidemann, segunda cuñada por parte de Alois Jr. William Patrick Hitler, sobrino, nacido en Liverpool, Inglaterra, por parte de Alois Jr. y Hedwig Heidemann. Política Eva Braun (1912-1945), esposa Gretl Braun, cuñada, a través del matrimonio de Hitler con Eva Braun Ilse Braun, cuñada, a través del matrimonio de Hitler con Eva Braun Ascendente Johann Georg Hiedler (1792-1857), posible abuelo Johann Nepomuk Hiedler, bisabuelo materno, presumiblemente tío abuelo, y posiblemente el verdadero abuelo paterno de Hitler Leo Raubal Jr, sobrino Maria Schicklgruber (1795-1847), abuela paterna Johann Pölzl, abuelo materno Johanna Hiedler, abuela materna |
Adolfo Hitler, fue miembro de la generación perdida, o generación de 1914, que participo en la gran guerra, en un sentido más general, se considera que la Generación Perdida está compuesta por individuos nacidos entre 1883 y 1900. La gran generación , también conocida como la generación GI y la generación de la Segunda Guerra Mundial , es la cohorte demográfica que sigue a la generación perdida y precede a la generación silenciosa . La generación se define generalmente como personas nacidas entre 1901 y 1927. Fueron moldeadas por la Gran Depresión y fueron los principales participantes en la Segunda Guerra Mundial . La generación silenciosa es el término usado para referirse a las personas nacidas entre finales de los años 1920 y mediados de los años 1940. Soledad Garcia Nannig; Maria Veronica Rossi Valenzuela; Francia Vera Valdes |
Primera página del testamento político. |
MI TESTAMENTO POLITICO
Desde 1914, cuando como voluntario realicé mi modesta contribución a la guerra mundial impuesta al Reich, han pasado ya más de 30 años. En estas tres décadas, sólo el amor que siento hacia mi pueblo y la lealtad que me inspira han guiado mi persona y mis pensamientos m, mis actos y mi vida. Me ha dado la fuerza necesaria para tomar las decisiones más graves jamás impuestas a un mortal. He agotado todo mi tiempo, mis energías y mi salud en estas tres décadas. No es cierto que yo o cualquier otra persona en Alemania deseáramos la guerra en 1939. Ésta sólo la deseaban y la instigaron aquellos estadistas internacionales que eran de origen judío o bien trabajaban para los intereses judíos. Yo he realizado numerosas propuestas de limitación y control de armamentos que la posteridad no podrá negar eternamente para que la responsabilidad de haber iniciado la guerra recaiga sobre mí. Además, nunca he deseado que, después de la primera y trágica guerra mundial, hubiera una segunda contra Inglaterra, por no decir Norteamérica. Los siglos pasarán, pero de las ruinas de nuestras ciudades y nuestros monumentos artísticos, el odio volverá a crecer de nuevo hacia las personas en última instancia responsables, hacia aquellos a quienes tenemos que agradecer todo esto: el pueblo judío internacional y aquellos que lo ayudan.
Tan sólo tres días antes del estallido de la guerra germano-polaca, le sugerí el embajador británico en Berlín una solución para el problema alemán similar a la adoptada para el distrito de Saar, bajo control internacional. Tampoco esa oferta se puede negar. Su rechazo se debió únicamente a que las personas que tienen una influencia decisiva en la política británica deseaban la guerra, en parte porque esperaban ventajas comerciales, en parte por la influencia de la propaganda organizada por los judíos internacionales. También dejé claro que si, volvía a contemplarse nuevamente a los pueblos de Europa como meros accionistas de los conspiradores internacionales del dinero y las finanzas, entonces las personas verdaderamente culpables de esta guerra asesina tendrían que responder por ello: los judíos. Tampoco dejé ninguna duda de que esta vez no debía suceder que millones de hijos de las naciones europea y aria murieran de hambre, que millones de hombres adultos fallecieran y cientos de miles de mujeres y niños fueran abrasados y bombardeados hasta la muerte en las ciudades, sin que los verdaderos responsables pagaran por su culpa, aunque fuera de una forma más humana.
Después de seis años de “lucha” que, a pesar de todos los reveses, pasarán a la historia como una de las manifestaciones más gloriosas y valientes del deseo de supervivencia de una nación, no puedo abandonar la ciudad que es la capital de mi país. Dado que nuestras fuerzas son demasiado pequeñas para seguir oponiéndose al ataque enemigo en esete lugar y dado que el valor de la resistencia personal está viéndose reducido y tergiversado por la actuación de personas sin principios, deseo que, al permanecer en esta ciudad, mi destino se sume al que millones de otras personas han asumido también el suyo.
Además, no quiero caer en manos de unos enemigos que, para entretenimiento de las masas alimentadas por la propaganda del odio, esperan un nuevo espectáculo organizado por los judíos. Por lo tanto, he decidido permanecer en Berlín, y en este lugar, escoger la muerte voluntaria en el momento en que crea que la sede de la oficina del Führer y a la vez Canciller no pueda seguir siendo defendida. Muero con el corazón lleno de alegría consciente de las inconmensurables acciones y gestas de nuestros soldados en el frente, de nuestras mujeres en casa, de los logros de nuestros campesinos y obreros y de la contribución, única en la historia, de las juventudes que llevan mi nombre.
No hace falta decir el agradecimiento que, en el fondo de mi corazón, siento hacia todos ellos, y que es mi deseo que, a pesar de todo, no abandonen la lucha bajo ninguna circunstancia, sino que sigan batallando contra los enemigos de la Patria allí donde estén, fieles a los principios del gran Clausewitz. Del sacrificio de nuestros soldados y de mi propia camaradería con ellos hasta la muerte, de una u otra forma, un día crecerán en la historia de Alemania las semillas de un glorioso renacimiento del movimiento nacionalsocialista y, por lo tanto, de la realización de una verdadera comunidad nacional.
Muchos hombres y mujeres de gran valor han decidido que su vida dependa de la mía hasta el final. Les he pedido y, finalmente, ordenado que no lo hagan, y que sigan adelante con la lucha de la nación. Pido a los comandantes de los ejércitos, de la armada y de las fuerzas aéreas que refuercen de todas las formas posibles el espíritu de resistencia de nuestros soldados en el espíritu del nacionalsocialismo, poniendo especial énfasis en el hecho de que yo mismo, como fundador del movimiento, también he preferido la muerte a una cobarde huída o, peor aún, una capitulación.
Que un día pase formar parte del código de honor del oficial alemán, como yo lo forma del de nuestra armada, el principio por el cual la rendición de un distrito o ouna población resulte impensable y por el que, por encima de todas las cosas, los líderes deban dar brillante ejemplo de devoción a su tarea hasta la muerte.
Antes de morir, expulso al antiguo mariscal del Reich Hermann Goering del partido y lo privo de todos los derechos de que pueda gozar en virtud del decreto de 29 de junio de 1941, y también en virtud de mi proclama en el Reichstag el 1 de septiembre de 1939. Nombro en su lugar al gran almirante Doenitz presidente del Reich y comandante supremo de las fuerzas armadas.
Antes de morir, expulso al anterior jefe de las SS del Reich y ministro del Interior, Heinrich Himmler, del partido y de todos su cargos estatales. En su lugar nombro al Gauleiter Karl Hanke como jefe de las SS y de la Policía alemana, y al Gauleiter Paul Giesler ministro del Interior del Reich.
Goering y Himmler han causado un daño inconmensurable al país y a toda la nación, al negociar en secreto con el enemigo sin mi conocimiento y contra mi voluntad, y al intentar hacerse ilegalmente con el poder del Estado, por no hablar del acto de deslealtad hacia mi persona. Para dar al pueblo alemán un gobierno compuesto de hombres honorables, un gobierno que cumpla su cometido de continuar la guerra con todos los medios disponibles, nombro como líderes de la nación a los siguientes miembros del nuevo gabinete:
Presidente del Reich: Doenitz
Canciller del Reich: Doctor Goebbels
Ministro del Partido: Bormann
Ministro de Asuntos Exteriores: Seyss-Inquart
Ministro del Interior: Gauleiter Giesler
Ministro de la Guerra: Doenitz
Comandante en jefe del Ejército: Schoerner
Comandante en jefe de las Fuerzas Aéreas: Greim
Jefe de las SS y de la Policía Alemana: Gauleiter Hanke
Economía: Funk
Agricultura: Backe
Justicia: Thierack
Educación y Culto Público: Doctor Scheel
Propaganda: Doctor Naumann
Finanzas: Scwerin-Crossigk
Trabajo: Doctor Hupfauer
Municiones: Saur
Líder del Frente de los Trabajadores Alemanes y miembro de Gabinete del Reich: ministro del Reich Doctor Ley.
Aunque alguno de estos hombres, como Martin Bormann o el Doctor Goebbels, etc., junto con sus esposas, se han sumado a mi iniciativa por voluntad propia y no quieren abandonar la capital del Reich bajo ningún concepto, sino que están dispuestos a perecer aquí conmigo, debo pedirles, sin embargo, que obedezcan mis exigencias y que, en el caso presente, antepongan los intereses de la nación a sus propios sentimientos. Con sus obras y su lealtad seguirán estando cerca de mí después de mi muerte como camaradas, igual que espero que mi espíritu siga entre ellos y siempre los acompañaré. Que sean duros, pero no injustos; sobre todo, que no permitan nunca que el miedo se convierta en consejero de sus actos y que estimen el honor de la nación por encima de todo lo demás en el mundo. Por último, que sean conscientes del hecho de que nuestra tarea de edificación de un estado nacionalsocialista es obra de los siglos venideros y que ello impone a todas las personas la obligación de servir siempre al interés común y subordinar a él su propia ventaja. A todos los alemanes, todos los nacionalsocialistas, hombres, mujeres, a todos los soldados de las fuerzas armadas, les pido que sean fieles y obedientes hasta la muerte al nuevo gobierno y a su presidente.
Sobre todo, encargo a los líderes de la nación y a las personas a su mando que observen escrupulosamente las leyes raciales y que se opongan sin piedad al envenenador universal de todos los pueblos: los judíos internacionales.
Berlín, 29 de abril de 1945 4 h 00 minutos Adolf Hitler
Hitler tiene origen campesino, de una área rural de Austria, cerca de la moderna Chequia
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